Yahoo Estilo La bandera de Italia y la dieta de Silvio Berlusconi, una leyenda llena de realidad
La vida de Silvio Berlusconi, que murió el 12 de junio a los 86 años, estuvo marcada por las constantes polémicas. El Cavaliere, que amasó una fortuna valorada en casi 6.900 millones de euros y era padre de cinco hijos de dos matrimonios diferentes, también protagonizó numerosas leyendas. Una de las más curiosas es la que dice que se comía la bandera de Italia a través de la propia gastronomía. Una anécdota que resulta ser verídica tal y como ha confirmado Rubén Amón. El periodista español ha participado en la tertulia de El Hormiguero y ha contado cómo fue el día que compartió mesa con el exprimer ministro italiano, una de las figuras políticas más controvertidas de nuestro siglo.
El colaborador de Espejo público y Onda Cero, que ha vuelto a ser relacionado con la vicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís, ha explicado cómo fue el día que comió con el expresidente del grupo Mediaset y exdirector del AC Milan.. "En su casa, debajo de un retrato de Garibaldi, nos fuimos comiendo la bandera de Italia. Ensalada de rúcula tomate y mozzarella, después carne roja con patata cocina y judías verdes, y helado de pistacho, nata y fresa", ha dicho. Ante el asombro de Pablo Motos y sus compañeros, ha asegurado que su relato es fiel a la realidad. "En Berlusconi todo lo que parece una broma es totalmente en serio", ha añadido.
El encuentro que relata el periodista, que fue corresponsal en Roma y ha publicado las biografías de Jesulín de Ubrique y Plácido Domingo, tuvo lugar en el Palacio Grazioli. Se trata de una villa del siglo XVI ubicada en pleno corazón de Roma que fue durante un cuarto de siglo el hogar de Berlusconi. En esta propiedad recibió a mandatarios como el presidente ruso Vladimir Putin y el actor George Clooney. En 2021 se trasladó a una villa en la Vía Apia que compró años atrás por tres millones de euros al director Franco Zeffirelli, al que dejó vivir gratuitamente en esta residencia hasta su fallecimiento en 2019.
Un último adiós con pantallas gigantes
La capilla ardiente de Berlusconi está instalada en su mansión de Árcore, donde tan solo pueden acceder sus más allegados aunque numerosos seguidores se están acercando a dejar mensajes de condolencias y homenajes. El funeral de Estado tendrá lugar este miércoles en el Duomo, la catedral de Milán, cuna de Berlusconi. Al último adiós se espera que acudan autoridades como el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella y también la primera ministra, Giorgia Meloni. También podrían estar presentes compañeros de Forza Italia, partido político que fundó y del que es diputada Marta Fascina, la mujer que estuvo a su lado hasta el final. La misa estará oficiada por el arzobispo de la ciudad, Mario Delphini, y en las inmedaiciones de la iglesia se instalarán pantallas para que los ciudadanos puedan seguirla a través de Mediaset, grupo del que su segundo hijo, Pier Silvio, es vicepresidente y consejero delegado.
