Bautista, de Gran Hermano: su vínculo con la tragedia de Los Andes y su gran sueño vinculado a la música

Bautista Mascia, el ganador de Gran Hermano 2024
Bautista Mascia, el ganador de Gran Hermano 2024 - Créditos: @adrian diaz bernini

Luego de una edición que superó los doscientos días, finalmente Gran Hermano llegó a su conclusión. Esta vez el gran ganador fue Bautista Mascia, un joven de Uruguay que en el marco del reality no solo encontró el premio mayor, sino también amigos y hasta una relación de pareja. Pero lejos de ser este el comienzo de su historia, el ciclo es solo un eslabón más dentro de una vida atravesada por el amor a la música. En un mano a mano con LA NACIÓN, Mascia contó qué espera para su futuro y qué diferencias hay entre quién fue y quién es luego de GH.

–¿Qué se siente apagar las luces de la casa?

–Es un momento muy loco, se lo describía a uno de los productores del programa, que me parecía increíble ese momento exacto donde se apagan las luces de la casa. Es una escenografía muy fuerte, donde nosotros vimos esas luces prendidas durante siete meses y nunca se apagaron. Lo que ves en la casa es estático y por eso cuando uno sale, lo que más impresiona es estar en un auto, ir moviéndote y ver que todo va cambiando tan rápido. Apagar la luz es estar ahí y ver cómo se va apagando la que fue tu casa durante tanto tiempo. Es una emoción muy grande. La verdad es que es el fin de un cuento superloco que viviste con tus compañeros. Yo sentía que estaban todos mirando eso desde otro lado y se siente una energía fuerte. Es un momento muy especial.

-¿Qué pensás que te llevó a ganar la final? ¿Qué balance hacés de tu recorrido?

-Pienso que es muy acertado lo que siempre decía Santi (Del Moro), que todo es una mezcla del corazón y la cabeza. Para mí no gana el más estratega porque esa estrategia tiene que estar acompañada del corazón y cuando falla una de las dos no se da lo mejor. Pienso que las circunstancias del juego y las placas se fueron dando de una manera, a veces más por mérito mío u otras por cuestiones de la casa. Creo que cuando tomé decisiones de juego para mí eran las correctas, aunque eso no significaba que fuera así. Yo estaba tranquilo, nosotros adentro hablábamos con Gran Herman y siempre mi postura fue que ante cada situación, yo respondía de una manera honesta y sincera, como a mí me parecía. A veces la casa y el juego te ponen una presión en la que decís: “por ahí, ser yo no es lo más conveniente acá adentro”. Y como son 22 personalidades diferentes, en realidad 29 porque esos fueron los participantes, en algún punto el juego te hace dudar de vos mismo porque ves que todos se mueven diferente. Pero te puedo decir que yo fui fiel a mis convicciones , y eso me dejaba tranquilo.

–¿Cómo era el Bautista que entró y cómo es el que salió?

–Por un lado, soy el mismo que entró, con las cosas buenas pero, por otro lado, aprendí mucho. La casa es como un curso intensivo de vida en siete meses. Nosotros hacíamos un paralelismo porque cuando entrás a la casa es como que nacés, generás tus vínculos, hacés tus amigos y te enganchás con gente como me pasó a mí con Denu, a la que por suerte ya pude ver. Pero también empezás tus peleas y tus desacuerdos, te hacés hermanos y madurás relaciones. Dentro de toda esa locura, yo aprendí mucho del otro. Al ser todos tan distintos, está piola la casa porque es una oportunidad para no cerrarte a lo que vos traés y conocés. Y la idea justamente es que seamos todos diferentes y si somos diferentes no podemos pensar que la forma de uno de ver las cosas es la correcta; entonces ves qué hay del otro lado y de cada uno te llevás cosas.

Bautista Mascia, y el último minuto en la casa
Bautista Mascia, y el último minuto en la casa

-Vos tenés un comercio, ¿eso es así?

-Sí, con dos amigos de toda la vida hicimos un almacén, vendemos carne, pero también pizza, vino y otras cosas, es algo muy chiquito, pero hermoso. Tengo muchas ganas de volver, estar en Uruguay. Yo siempre fui muy emprendedor , siempre me gustó laburar mis cosas, y nunca tuve un jefe. Desde que tengo 16 años empecé a hacer mi plata con mis emprendimientos, organicé eventos y hasta vendí cosas mías.

-También jugaste al rugby...

-Sí, soy muy deportista y vengo de familia muy deportista. Un hermano mío es jugador profesional, Franco, que fue el que entró en la casa. Él estuvo jugando un tiempo al fútbol y mi hermana también es muy atleta. Yo en un momento hice mucho deporte, jugué en el seleccionado de rugby, ese es un deporte que me enseñó un montón de cosas.

-Y a esa lista, ahora también hay que agregarle ser ganador de Gran Hermano, pero de todos esos rubros, ¿en dónde hay una esencia tuya muy importante?

-Yo tengo claro que la música es mi pasión más grande, lo hago por amor al cien por ciento. Cuando arranqué con la banda Toco para vos, yo estaba muy contento porque me iba bien en lo que me gustaba. Luego, cuando arranco mi camino solista era muy difícil. Lo que más me mueve es hacer música, componer, la parte de producción me encanta, y al mismo tiempo con eso cubro la cuestión de emprender. Ya sea el almacén con mis amigos, una banda musical o el mundo del espectáculo, yo sé que todo se conecta . Steve Jobs decía que uno hace puntos en la vida y después mirás para atrás y ves como todo eso se conecta y cobra sentido. Lo que más me representa es que la música es una pasión muy grande, y también el emprender. Y lo de ganar Gran Hermano es algo en lo que estoy cayendo recién ahora.

-¿Qué no te puede faltar?

-La diversión , creo que todos los que entramos a esa casa somos inquietos, nos gusta vivir emociones. Yo necesito eso, también lazos verdaderos, ya sea relación amorosa, familia o amigos que conocés bien, gente en la que vos te puedas apoyar. Si me refiero a la casa, yo establecí una muy buena relación con mis compañeros, pero siempre tenía un grupo de contención por el que ponía las manos en el fuego. Ante cualquier duda, yo sabía que estaban Nico, el Chino, Licha o Denu. Tiene que haber pasión, eso es lo que mueve a uno para hacer cualquier cosa, y eso va guiando tu intuición.

-Leí que sos sobrino de Gustavo Zerbino, uno de los sobrevivientes de la tragedia de Los Andes, ¿cómo se convive en tu familia con esa historia y cómo fue para vos crecer con ese relato?

-Para nosotros nunca fue un tema tabú, sino que es un ejemplo de superación. Gus es un tío, lo quiero un montón, es el padre de mis primos. Nosotros crecimos con eso, escuchando esa historia increíble A. medida que fui creciendo, fui entendiéndola cada vez más, siempre me gustó saber detalles y de a poco fui creando y entendiendo todo lo que habían vivido. Hace pocos años, con mis primos y con Gus fuimos caminando hasta el lugar en donde se cayó el avión, en Los Andres, y pude dimensionar esa historia. De hecho con los chicos lo hablé alguna vez adentro y cuando pensaba cosas de la casa, me entraba el “imagínate lo que era eso”. No voy a comparar una cosa con la otra, pero lograba conectar algunas cosas: el tema de la contención de los unos a los otros porque nosotros éramos como en la película, en vez de La sociedad de la nieve, “La sociedad de la casa ”. Cuando alguien andaba mal o se sentía solo, tenías que ayudarlo vos, no entraba nadie de afuera. El público veía los titulares de cada episodio una hora y media por día, pero ahí adentro eran 24 horas por día. Pero volviendo a Gus, él es un ejemplo y hasta un honor tenerlo como referente tan cercano.

–¿Qué es lo próximo a tachar en la lista?

–Qué decirte, tengo tantos sueños. A mí me gusta la música, siempre fui poniéndome objetivos de lugares para tocar. Me gusta soñar , desde tocar en un lugarcito para doscientas personas a un Gran Rex o un Luna Park. Siempre me niego a pensar que lo mejor de mi vida ya pasó. Esto sé que es muy difícil de superar, pero vamos a ver hasta dónde. Uno tiene que tratar de visualizar hacia dónde quiere ir y ponerse objetivos para arrancar porque sino te podés perder un poco; yo siento eso. No te puedo dar ahora una respuesta certera, pero en un tiempito veremos dónde terminamos.