Bella Hadid rompe con su novio, Marc Kalman, y se retira temporalmente por los efectos de la enfermedad de Lyme

Bella Hadid credit:Bang Showbiz
Bella Hadid credit:Bang Showbiz

La modelo Bella Hadid, de 26 años, ha regresado a la soltería en medio de una etapa muy convulsa a nivel personal. Tras dos años de relación sentimental, la maniquí habría roto con su novio Marc Kalman y, según los rumores iniciales, habría ingresado en una clínica de rehabilitación para lidiar con una serie de problemas de salud.

Fuentes de su entorno han salido ahora a la palestra para confirmar la primera de las informaciones y desmentir la segunda: lo cierto es que la estrella de las pasarelas llevaría cuatro meses de "baja médica" debido a las complicaciones derivadas de la enfermedad de Lyme que padece. Hadid se estaría sometiendo a "tratamientos diarios" a raíz de un notable agravamiento de su condición, que ya en el pasado le provocó diversas infecciones, estrés e incluso un brote de depresión.

"Estaban muy enamorados, pero al final el noviazgo se agotó y terminó su camino. Decidieron dejarlo. Bella es una persona encantadora, pero sufre mucho por las presiones de la fama", ha explicado un informante antes de insistir en que la artista no sufre adicción al alcohol o a otras sustancias peligrosas. "Bella se está tomando tiempo libre, más que merecido, para centrarse en su salud y en su lucha contra la enfermedad de Lyme. Nunca ha estado en rehabilitación, nunca ha tenido un problema con el alcohol o las drogas. Su ruptura con Marc ha sido amigable, ella es una persona que siempre se ha cuidado mucho y no ha tenido reparo en decirlo", ha asegurado en conversación con 'Entertainment Tonight'.

Bella Hadid, quien también mantuvo una mediática relación con el cantante canadiense The Weeknd, se refirió de forma muy gráfica al calvario que ha venido sufriendo a causa de su preocupante dolencia en una entrevista de hace unos años. "Básicamente, el dolor que sentía en el nervio de mi mandíbula acabó transmitiéndose al resto de mi cuerpo. Todo lo que tocaba me producía un daño inmenso. Un dolor muy diferente, que no había sentido nunca", señalaba. "Extenuación, deshidratación, depresión crónica y fatiga, inflamación del rostro, migrañas, y un dolor insoportable", enumeraba así sus múltiples síntomas.