El niño de 'Big' se salvó de los peligros del estrellato infantil gracias a la conciencia que le rodeaba

Tom Hanks sentando en una mesa de un comedor con un niño mientras les entregan una tarta de cumpleaños, en una escena de 'Big'. Imagen: 20th Century-Fox/Getty Images.
Tom Hanks sentando en una mesa de un comedor con un niño mientras les entregan una tarta de cumpleaños, en una escena de 'Big'. Imagen: 20th Century-Fox/Getty Images.

Tom Hanks se erigió como el protagonista de Big, el clásico familiar de los 80 donde interpretó a aquel niño convertido repentinamente en un hombre adulto. Pero aunque todos tengamos en mente al actor de Salvar al soldado Ryan o Naúfrago como la estrella de esta cinta dirigida en 1988 por Penny Marshall, compartió protagonismo con el joven David Moscow, quien dio vida a la versión infantil del personaje en los primeros compases del film.

Que no le tengamos en nuestro radar es normal, puesto que tras trabajar en esta cinta apenas se dejó ver en producciones de alto nivel en Hollywood. Sin embargo, al contrario que otros niños prodigio de la industria a los que el mundo de la interpretación consumió, Moscow consiguió mantener los pies en la tierra y disfrutar de una vida normal y plena. Y todo gracias a una imposición que le pusieron sus padres.

Tras Big, en la que trabajó con tan solo 12 años, le siguieron llegando papeles en cintas como La pandilla de Disney, por lo que no hubiera sido raro que la fama se le hubiera metido en su cabeza y hubiera perseguido alcanzar la cima de Hollywood dejando de lado aspectos esenciales de su vida. Pero eso no pasó, porque su familia solo le permitió seguir actuando si seguía determinadas reglas, como el sacar altas notas en la escuela.

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Así lo ha contado en una entrevista reciente con Page Six: “Mis padres estaban muy al tanto de lo que estaba pasando y yo tenía muchas reglas, muchos límites”, afirmaba Moscow, ahora de 47 años, al medio. “Si quería seguir actuando, necesitaba sacar sobresalientes en la escuela y ese tipo de cosas”.

Pero la protección de sus padres no fue solo a nivel académico, también en su tiempo libre y actividades por Nueva York, una ciudad que considera que podría haber sido muy agresiva para él sin estas limitaciones. “Creo que me protegieron de manera alocada porque crecer en la ciudad puede ser una locura. Te subes al metro a las 8 am, no vuelves a casa hasta, ya sabes, las 7 de la noche. ¡Pueden ocurrir muchos problemas allí!”, continuaba.

Además, Moscow también menciona que su éxito como actor en Big nunca le hizo llamar mucho la atención en su entorno, especialmente en la escuela. Según sus palabras, sus compañeros ponían más atención a mundos como el deporte que al cine, lo que le ayudó a pasar desapercibido y a disfrutar de una vida completamente normal. “Fui a la escuela en Harlem”, explica. “Si no eras un jugador de baloncesto en el equipo de baloncesto, a ellos realmente no les importaba. Entonces, de cierta manera, eso también fue genial. Era discreto en mi escuela secundaria”.

Nunca ha dejado de lado la industria del cine y la televisión, ya que ha seguido actuando en películas pequeñas, ha desempeñado la labor de productor en cintas como Under the Silver Lake e incluso dirigió un thriller llamado Desolation. No obstante, en la actualidad está más centrado en objetivos profesionales relacionados con la preservación del medio ambiente. Busca potenciar la comida sana y ecológica, ha publicados libros sobre el tema, tiene una empresa de desarrollo de viviendas sostenibles, presenta un programa llamado From Scratch sobre alimentación y naturaleza e incluso desarrolla proyectos transmedia.

Es decir, que David Moscow tiene una vida profesional y personal plena disfrutando de su pasión por la interpretación y de sus compromisos, lo que es probable que no hubiera sido posible si en su infancia la industria de Hollywood se le hubiera comido. Pero por suerte, tuvo estas estrictas limitaciones que le permitieron mantener la cabeza firme, disfrutar de las experiencias de cualquier niño y seguir dentro de este mundo que tanto admira.

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