Cosas a las que hoy dejo de darles importancia

Estoy, casi sin quererlo, cayendo en esto de la "reflexión de #findeaño". Debo decir que este 2012 me ha tenido muy ocupada: mudanzas, trabajo, pareja, viajes, responsabilidades, despedidas, celebraciones, risas y bastantes lágrimas. Soy una persona que tiende a guardarse muchos pensamientos, ideas, y vivo mucho tiempo en el barullo de mi propia cabeza y le doy demasiada importancia a algunas cosas. Así que sí, tengo muchas cosas que quiero transformar, porque seamos sinceros aferrándome a ellas solo me obligaré a repetirlas y lamentarme día tras día por la misma historia (¿te suena familiar?).

Así que resumí las cosas que a las que desde hoy quiero dejar de darles importancia (y hablo en presente porque "el mañana nunca llega"). En voz de Jeremy Aldana: "El dolor te dejará cuando lo dejes ir."

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Mis errores. Sí ya me equivoqué, ¿y luego qué? Algo tengo que aprender, poco a poco. Pero ya no más colapsos ni enrredos de desahogos interminables. El dolor es inevitable y sufrir es opcional.

La gente no cambia a menos que quiera. No importa cuánto lo intentes.

Dejar de preocuparse por las decisiones de otros. No importa cuán doloroso sea que un ser querido siga haciéndose daño, o mal cuidándose directo a su tumba. Es decisión suya, y solo suya. Te duele porque los quieres, pero pedirles "hazlo por mí" es un acto de extremo egoísmo.

¿Cuánto peso? Lejos de si es o no saludable, se trata de dejar a un lado la báscula para obligarme a entrar en un catálogo de "aceptable". Estoy cómoda, y mientras lo esté, todo debería estar bien.

¿Me engañará, me defraudará, me dejará de querer? De nada me sirve malgastar mi energía en algo que podría ocurrir. ¿Qué tengo hoy, aquí y ahora? Eso es lo que merece mi atención y energía.

¿Qué esperan de mí? En realidad no debería importarme mucho. Sí, hay personas que saben que puedes dar más y más, pero eso no significa que tengas que cumplir con todas sus expectativas. Si ocurre, será en su momento, y no porque me lo hayan pedido, sin porque tenga sentido para mi.

¿Me dará cáncer, diabetes o un derrame? Sí, podría tener más o menos posibilidades por mi herencia genética, pero preocuparme por ello, y darle más importancia que al hecho de que ahora no me encuentro en esa situación...

La salud de otros. Los llamo mis seres queridos por algo, pero si mi papá no hace nada para mejorar su salud, no lo va a hacer. Y debo dejar de darle importancia a su decisión o indecisión. Él es el único actor de su vida, y no tiene por qué hacer las cosas por mi, o por mi mamá o por mi hermano. Si lo hace que lo haga por él. Mientras tanto, si decide comer lo que no debe, por mucho difícil que sea, es su decisión.

El tiempo. Bien dicen que es relativo. Que pase rápido o lento es una mera perspectiva. Pero no me define ni me hace claudicar. Darle demasiada importancia al tiempo me lleva a tener siempre prisa. ¡No tengo prisa! ¿Por qué tengo que ser de alguna forma o haber alcanzado algo específico a una edad específica?

No tengo suficiente dinero para... El retiro, los viajes, la salud. Mientras me preocupe lo que NO tengo, en lugar de lo que tengo, seguiré siempre echando en falta lo que No hay, y cuando lo haya, algún otro vacío llenará su lugar (ironía).

El control. Una mera ilusión. Nunca tuve control de todo ni lo tendré. Así que dejaré de darle importancia al reloj, a los pensamientos de los demás, los resultados de los demás...

No soy lo suficiente buena para... ¿Y qué hay de las cosas para las que soy excelente? Ahí hay una oportunidad.

Que a otros no les agrade mi yo. No soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo, y tampoco los demás. En realidad no tiene por qué importarme, o quitarme el sueño, que a Fulana no le agrade.

El sufrimiento exacerbado de los demás. No es que yo sea insensible. Pero una cosa es martirizarse y otra cosa es hacer algo al respecto para enfrentar el dolor. Si sufres, y quieres sufrir, entonces es tu decisión. Yo decido no hacerlo y no preocuparme.

La moda, los cambios de temporada... La ropa es ropa y para mí es útil. Si mi "sentido de la moda" no acomoda en algún lugar, entonces no voy. No importa.

Los logros de los demás comparados con mis logros. Si sigo viviendo comparando lo que he "logrado" a lo largo de mi vida en comparación con lo que han logrado mis compañeros del colegio... ¿Para qué les digo más?

El pasado, adiós pasado. Dicen que si extrañas algo, es porque fue bueno. Se vale recordarlo, pero no vivir en él. De lo contrario todo se repite, repite, repite.

La desilusión de los demás. Si me atrevo a preocuparme porque otros se han desilusionado por "mi culpa"... ¿Acaso yo les dije que se ilusionaran?

El cambio, es cambio y cambiará. No hay de otra. El sol sale, la luna se ilumina, hay mareas, tormentas, la gente viene y va...

Miedo a ser "demasiado egoísta". Para todo hay un demasiado y un demasiado poco, pero ser egoísta definitivamente no es malo. Así que no tengo miedo a ser demasiado egoísta, siempre y cuando al tomar una decisión no tenga dudas, ni remordimientos. Si eso ocurre, estás en el lugar correcto.

¿A qué cosas crees que debes dejar de darles importancia?

"Ocurren cambios increíbles en tu vida cuando decides tomar el control de aquello sobre lo que tienes poder en lugar de anhelar controlas las cosas que sobre las que no." Steve Maraboli

@travesabarros

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