Demasiado joven para morir, demasiado viejo para rockear

La gran rola y disco de Jethro Tull, Demasiado joven para morir, demasiado viejo para rockear, es una de las joyas de la música. Bien podría ser la rúbrica de esas glorias del rock que se dejan ver ahora en televisión.

Hay un programa muy bueno en VH1, That Metal Show, que es un pulmón dentro de la flaca oferta musical en cuanto a heavy metal se refiere. Aquí han desfilado algunos personajes prácticamente irreconocibles, como el virtuoso guitarrista Yngwie Malmsteen, poseedor de los dedos más rápidos del oeste.

Dios sí perdona, pero el tiempo no, reza el refrán popular. Sorprende ver a un Yngwie regordete, tal parece que no ha quedado nada de aquel caballero de la guitarra de hace 20 años. A México ha venido varias veces, la anterior hace tres años, pero no presentaba aún esa figura que ahora le vimos.

Irreconocible también el mejor guitarrista de Kiss, el maestro Ace Frehley, un lujo que valió la pena ver. También en ese mismo programa han desfilado sorpresas agradables, como a la guapísima Lita (coLita, para los fans) Ford, la rubia que fuera la imagen del metal femenino de los años 80.

El que sí se ve muy chistoso es Bret Michaels, en Rock of Love, nada que ver con lo que fue, uno de los modelos del glam rock de los años 80. Aún así, en su programa le ponen chavas dispuestas a denigrar lo más posible al género femenino en pos de acostarse con un rock star.

Por supuesto que hay figuras que parece estacionadas desde hace tiempo en una edad que no avanza, como el legendario Mick Jagger o Iggy Pop. Más no es el caso de gente como el trozo de roca que es Keith Richards o el envejecido camaleónico Boy George.

En el área latina también hay cambios notables, el más reciente sin duda es el querido Charly García, al que le han reconstruido cuerpo y cara (y al parecer rodilla, de lo que se le está tratando actualmente en un hospital). En México hay varios ejemplos, pero son más los que se conservan muy bien, como Pakito Gruexxo, Fito de la Parra, Abraham Laboriel, Álex Lora, Ricardo Ochoa

La verdad es que la fachada no importa tanto. Viejos los cerros y reverdecen y más sabe el diablo por vejo que por diablo, pero la mejor forma de sintetizar a estos grandes rockeros, es como bien termina la rola de Jethro Tull: No, tú nunca serás demasiado viejo para el rock and roll, si eres demasiado joven para morir.

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