Ese maldito sudor
Todos los excesos son malos, dice la sentencia popular. Y en el caso del sudor, que en su medida justa ayuda al cuerpo a mantenerse fresco, cuando sobrepasa los límites puede ser causada por una patología: la menopausia, la ansiedad, el consumo de cierto tipo de medicamentos, el hipertiroidismo u otra serie de afecciones quizás sean la raiz de este fenómeno denominado hiperhidrosis.
Manos, cuerpo, cabeza, cara, las axilas, se llenan de agua corporal de manera impredecible en las personas que padecen este mal.
En el caso de las mujeres es realmente poco elegante, además. Estar en una reunión de trabajo o en una cita amorosa y que subrepticiamente empecemos a transpirar en zonas muy visibles es una situación bastante incómoda y vergonzante, que producirá una momentánea inestabilidad emocional que no sabremos cómo manejar.
Pero atención, existen dos tipo de hiperdrosis: primaria, que no tiene una causa médica, y secundaria, que es producto de alguna enfermedad.
Las personas con hiperhidrosis parecen tener glándulas sudoríparas bastante activas. Cuando la sudoración excesiva afecta las manos, los pies y las axilas, se llama primaria o focal y afecta del 2 al 3% de la población, aunque menos del 40% de los pacientes con dicha afección busca asesoría médica. En la mayoría de los casos de hiperhidrosis primaria no se puede encontrar la causa, y es un padecimiento que parece darse en familias, o sea, de manera hereditaria.
Siempre será positiva una visita al médico para descartar que exista una enfermedad que la esté causando.
De acuerdo con lo que indica un estudio médico realizado por el doctor Kevin Berman, del Atlanta Center for Dermatologic Disease de Estados Unidos, los tratamientos pueden ser los siguientes:
Antitranspirantes: la sudoración excesiva se puede controlar con antitranspirantes fuertes, los cuales taponan los conductos sudoríparos. Los productos que contienen del 10 al 15% de hexahidrato de cloruro de aluminio son la primera línea de tratamiento para la sudoración en las axilas. A algunos pacientes se les puede prescribir un producto que contenga dosis más altas de cloruro de aluminio, que se aplica en las noches en las áreas afectadas. Los antitranspirantes pueden causar irritación de la piel y las grandes dosis de cloruro de aluminio pueden estropear la ropa. Los desodorantes no previenen la sudoración, pero ayudan a reducir el olor corporal.
Medicamentos: los medicamentos anticolinérgicos ayudan a prevenir la estimulación de las glándulas sudoríparas, pero, aunque son efectivos con algunos pacientes, estos medicamentos no han sido estudiados tan bien como otros tratamientos. Los efectos secundarios son, entre otros: boca reseca, mareo y problemas con la micción. Los betabloqueadores o las benzodiazepinas pueden ayudar a reducir la sudoración relacionada con el estrés.
Iontoforesis: este procedimiento aprobado por la FDA utiliza electricidad para cerrar temporalmente la glándula sudorípara y es más efectivo para la sudoración de las manos y de los pies. Las manos o los pies se meten en agua y luego se pasa una corriente eléctrica suave a través de ésta. La electricidad se incrementa gradualmente hasta que el paciente sienta una ligera sensación de hormigueo. La terapia dura aproximadamente de 10 a 20 minutos y requiere varias sesiones. Los efectos secundarios, aunque son poco comunes, abarcan ampollas y agrietamiento de la piel.
Botox: la toxina botulínica tipo A (Botox) está aprobada por la FDA para el tratamiento de la sudoración intensa en las axilas, una afección llamada hiperhidrosis axilar primaria. Pequeñas dosis de toxina botulínica purificada inyectadas debajo del brazo bloquean temporalmente los nervios que estimulan la sudoración. Los efectos secundarios incluyen dolor en el sitio de la inyección y síntomas seudogripales. Si se está pensando en aplicarse Botox en otras áreas de sudoración excesiva, hable con el médico en detalle. El Botox utilizado para el sudor en las palmas de las manos puede causar debilidad leve pero temporal e intenso dolor.
Simpatectomía torácica endoscópica (STE): en casos graves, se puede recomendar un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo, llamado simpatectomía, cuando otros tratamientos fallan. Este procedimiento cierra la señal que le ordena al cuerpo sudar excesivamente y, por lo general, se lleva a cabo en pacientes cuyas palmas de las manos sudan mucho más copiosamente de lo normal. También se puede utilizar para tratar la sudoración extrema de la cara. La STE no funciona igual de bien para aquellas personas con sudoración excesiva en las axilas.