Modelos de belleza

Ni lo intentes. No te gastes en hacer dietas, ni en desangrarte en el gym, ni siquiera con la cirugía estética lo lograrás. Definitivamente, las mujeres perfectas que nos muestran los medios de comunicación no son reales.

Si nos remontamos en el tiempo para ver cómo han ido cambiando los modelos de belleza, podemos analizar los iconos que los representaban.
En los 40's, la bella Greta Garbo, con una moda y unas formas de toques masculinos, bien de post-guerra, que fumaba en la pantalla, era el máximo ideal al que aspirar.

Entre mediados de los 50's y mediados de los 60's, las curvas aumentaron: se usaban mujeres carnosas, con pechos y caderas, como Marilyn Monroe, Sophia Loren y Brigitte Bardot.

A partir de allí, promediando los 70's, el ideal fueron mujeres con menos curvas pero más charme, como Jane Fonda. Candice Bergen o Jacqueline Bisset.

Solo las modelos de alta costura, como Kuka, eran muy altas y muy delgadas, y les estaba reservado porque nadie utilizaba su imagen masivamente para vender nada.

Pero desde entonces hemos ido de mal en peor hacia la estética de la anorexia, extrema delgadez: mujeres que tienen pechos importantes, pero con cinturas de 45 cm, pelo increíble, sin imperfecciones de ninguna especie. Frente a esto, que se sostiene desde hace demasiado tiempo, las mujeres normales, reales, no tenemos nada que hacer, y en algún punto lo sabemos. Sin embargo, este modelo ha impactado en nuestras hijas (las tasas en la población masculina son ínfimas), y entonces los trastornos alimentarios , como la anorexia y la bulimia, se han convertido en suerte de epidemia.

El diseñador y fotógrafo Jesse Rosten se tomó el trabajo de demostrar en un video cómo todas las mujeres que aparecen en revistas y publicidades han sido mejoradas a través del Photoshop, un programa de retoque fotográfico de la compañía de software Adobe. Y llegó a la conclusión de que la única manera que tienen las mujeres de parecerse a ellas es usándolo. El video fue realizado en clave de humor, como si fuera la publicidad de una producto de belleza al que Rosten llama Fotoshop, en el que se utiliza el mismo discurso que las compañías de cosmética.

Mira el video aquí.