Iguales y diferentes
Hombres y mujeres, somos, a Dios gracias, muy distintos en nuestras formas de comunicar. Esto puede acarrear malos entendidos, cortocircuitos innecesarios, alejamientos absurdos.
Escena de domingo: ella (unos 35 años); él (unos 38 años); un niño (unos 5 años). Los tres están sentados a la mesa de un restaurante de pastas. Durante la hora y media que dura el almuerzo ella y él apenas se miran ni se dirigen la palabra, salvo cuando el niño los fuerza a hacerlo porque pide algo.
Me los imagino unos años atrás, sin el niño, tan enamorados como para desear formar una familia. Me pregunto cómo han llegado a esta instancia de aburrimiento y falta de diálogo.
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En su libro "Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus", su autor, el filósofo británico John Gray, explica que "para mejorar las relaciones entre los sexos es necesario crear una comprensión de nuestras diferencias que aumente nuestra autoestima y dignidad personal, y quinspire al mismo tiempo la confianza mutua, la responsabilidad personal, una mayor cooperación y más amor."
Nosotras hablamos. Ellos se sumergen en sus cuevas.
Nosotras reclamamos afecto, contención; ellos juegan su juego sin darse cuenta de lo que sucede.
Gray aclara: "Sin el conocimiento de su diferencia, los hombres y las mujeres se enfrentan unos a otros. En general nos sentimos frustrados o enojados con el sexo opuesto porque hemos olvidado esa verdad importante. Esperamos que el sexo opuesto sea más como nosotros. Deseamos que 'quieran lo que queremos' y 'sientan lo que sentimos'. Suponemos erróneamente que si nuestros compañeros nos aman reaccionarán y se comportarán de cierta forma, la forma en que nosotros reaccionamos y nos comportamos cuando amamos a alguien. Esa actitud nos dispone a sentirnos decepcionados una y otra vez y nos impide tomar el tiempo necesario para comunicar en forma afectuosa cuáles son nuestras diferencias."
El amor de pareja no siempre es mágico. Cuando el amor cede a la rutina y la vida diaria comienza a imponerse, los hombres siguen esperando que las mujeres piensen y reaccionen como hombres y las mujeres esperan que los hombres sientan y se comporten como mujeres.
Los hombres son concretos, resultadistas, están programados para encontrar soluciones. Nosotras somos emocionales y necesitamos expresarnos y compartir nuestro universo de sentimientos.
Según Gray, "muchas veces una mujer solo quiere compartir sus sentimientos acerca de su vida diaria, y su marido, creyendo que la ayuda, la interrumpe con una avalancha de soluciones para sus problemas. Cuando una mujer no sabe como pedirle apoyo directamente a un hombre o compartir en forma constructiva una diferencia de opinión, puede sentirse impotente para obtener lo que necesita sin dar un consejo o una crítica no solicitados. Sin embargo, demostrar aceptación sin dar consejos o expresar críticas representa un gran paso."
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Quizás, llegados a cierta instancia, convendría deponer las armas, bajar las expectativas preconcebidas, y entender, comportándose con empatía, desde qué perspectiva el otro actúa.
No. No somos iguales. Pero, ¡viva la diferencia!
Mira el video de John Gray hablando de "Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus"