Protocolo real: cómo ser la princesa perfecta
Texto: Mariana Israel
Máxima Zorreguieta está por cumplir el sueño de todas las mujeres que alguna vez aspiramos a ser Blancanieves o la Cenicienta. Sin embargo, los cuentos infantiles omitían un pequeño gran detalle: el estricto protocolo real.
A pocos días de la coronación de Máxima como reina consorte de Holanda, te contamos las exigencias con las cuales tendrías que lidiar si estuvieras en sus zapatos.
Trabajo de tiempo completo
Para ser princesa o reina es necesario trabajar duro todos los días, ¡incluso en vacaciones! El foco –y la lente del paparazzi– están puestos en ti las 24 horas y no puedes darte el lujo de quebrar el protocolo públicamente, en ningún lado.
En 2001, durante unas vacaciones de Máxima y Guillermo en la Patagonia argentina, el fotógrafo Francisco Bedeschi los siguió hasta la hostería donde estaban alojados y capturó una imagen de la pareja de novios besándose, que hoy vale miles de euros. Esta anécdota fue incluida en el libro "Máxima, una historia real", escrito por los periodistas argentinos Gonzalo Álvarez Guerrero y Soledad Ferrari en 2009. Para los autores, el incidente llevó a Máxima a darse cuenta de que su vida nunca iba a ser la misma. El control de la imagen pública debe ser total y eso excluye besos con el novio.
Reglas de oro
¿Qué otras reglas de protocolo te rodearían si fueras princesa? Nadie podría fotografiarte mientras comes, por ejemplo (¡punto a favor!), solo en los brindis. Aparte, si llegaras a ser reina, nadie podría pasar antes que tú por la puerta ni dirigirte la palabra si tú no hablaste primero. “Máxima nunca será llamada por su nombre y, en caso de que alguien solicitara su atención, debería hacerlo siempre utilizando la frase 'su majestad'”, explica Rubén Alberto Gavaldá y Castro, fundador del Centro de Altos Estudios en Ceremonial de Buenos Aires, a infonews.com.
Tampoco podrías fumar, aunque ésta es una regla que Máxima rompe. De acuerdo con sus biógrafos no autorizados, se reúne con su suegra, la Reina, a fumar a escondidas. Finalmente, el protocolo real te obligaría a moverte siempre custodiada. Olvídate de dar un paseo o de salir a correr sola. Hasta las compras deberás hacer en compañía y bajo estricta vigilancia, costumbre que casi espanta a Letizia Ortiz, princesa de Asturias, en sus primeros meses de romance con Felipe.
¿Algo más? Sí. Máxima, por ejemplo, no podrá ofrecer entrevistas sin autorización de la oficina del Primer Ministro, usar anteojos, caminar delante de su marido, ni saludar con un beso a su interlocutor.
En cuanto a la moda, las reglas suelen aplicarse a los actos oficiales; por supuesto que no podrías usar minifalda ni nada demasiado revelador. Y existen códigos de vestimenta estrictos para casamientos, velorios, coronaciones y otros eventos.
¿Una buena noticia? Te permitirían vestir jeans en tu vida “privada” (que ya sabemos que en realidad es “pública”). “En 2013 no nos debería sorprender que una princesa utilice jeans, ya que todas las mujeres lo hacen en su día a día”, declara Marina Fernández, directora de la Escuela Internacional de Protocolo en Barcelona, al Diario ABC de España. La princesa Mary de Dinamarca, Catalina de Cambridge, Máxima y Letizia usan jeans regularmente. Son un símbolo de libertad, entre tantos corsés.
Después de conocer las exigencias del protocolo real, ¿sigues con ganas de convertirte en una princesa?
Fuentes consultadas: Infonews (infonews.com), Diario ABC (abc.es), "Máxima, una historia real", de Gonzalo Álvarez Guerrero y Soledad Ferraro, Ed. Sudamericana (2009).
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