Tomar la iniciativa

Hace años que juramos haber abandonado el prejuicio de que a la hora del amor, ellos deben tomar la iniciativa. Sin embargo, aún nos cuesta ser las que los invitan a la primera cita, las que les roban el primer beso o las que terminan con tanta vuelta y los llevan derechito a la cama si no es en la primera, por lo menos, en la segunda noche.

Tomar la niciativa / iStockphoto
Tomar la niciativa / iStockphoto

Tenemos tan metido en nuestro ADN que si somos las que aceleramos, los hombres van a salir corriendo o van a sentirse desorientados, que muchas veces nos inhibimos por miedo a ser rechazadas y a que nos juzguen como poco femeninas o muy libertinas o, lo que es peor, como "desesperadas".

Ahora, si lo tuyo es tomar la iniciativa, lo que conviene es que aprendas el arte de la sutileza. Tal vez el ámbito en el que mejor se desenvuelve la seducción. ¿Para qué ser obvia si se puede llegar a buen puerto a fuerza de guiños y señales de esas que dicen más que mil palabras?

Para que tengas un parámetro de cómo decir sin gritar, de cómo avanzar sin pisar a fondo el acelerador, aquí van algunas ideas:

- Mueres por él y quieres invitarlo a salir. Arma un encuentro con amigos comunes. Y si no quieres ser la organizadora, para disfrazar aún más tus intenciones, busca quién pueda acompañarte en la aventura. Eso sí, siéntate a su lado y despliega todos tus encantos.

- Si tampoco quieres rodearte de gente, busca alguna actividad que sepas que les gusta a ambos, y muéstrale en el diario o la web que ese grupo de rock va a tocar el próximo fin de semana; o que esa película francesa va a estar en cartel al día siguiente….Si él no lo dice, no temas lanzar un "¿Vamos"?

- Ahora, si ya vienen saliendo hace semanas, y él no toma la iniciativa (aunque lo ves más que entusiasmado sabes que tiene miedo de arriesgar), tal vez lo que te conviene es pasar a la fase dos de la conquista: invítalo a comer a un lugar romántico o tiéntalo con tu especialidad en la cocina y sirve una cena especial en tu casa.

- También puedes desafiarlo a un partido de Scrabel o tentarlo con ese libro que quiere leer, no consigue, y vos tenés en la biblioteca aunque te olvidás siempre de llevárselo a la oficina/universidad o a las citas que vienen teniendo.

La lista podría continuar. Hay tantas "excusas" como mujeres dispuestas a conquistar. Lo importante es no dejar escapar la oportunidad de un buen momento compartido. Y jamás te avergüences de lo realizado para llegar a ese instante. Tú no has hecho todo, solo le has dado un empujoncito.

¿En qué momentos has tomado la iniciativa? ¿Qué hiciste para "decidirlo"?

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