Técnicas de conquista
Hay veces en las que una simple mirada basta. Pero hay otras en las que hacerle sentir al otro que nos interesa, requiere de un minucioso trabajo de seducción. Porque tampoco se trata de presentarnos con un moño en la cabeza, listas para el regalo… Aprender ese vaivén, esa sutil "danza de apareamiento", es todo un arte: un poquito de interés, otro tanto de distancia; una pizca de simpatía, algo de misterio. Cada uno tendrá su juego pero hay ciertas técnicas universales que nos fallan.
Y no temas ser quién da el primer paso. Si la otra persona te interesa, no lo dejes escapar. Está solo con una copa en la mano, pregúntale cómo se llama ese trago que está bebiendo. Hojea el menú, dile qué plato te recomienda. Eso sí, no seas demasiado obvia. La primera regla que debes aprender es que el flirteo demasiado evidente y físico, dicen, se traduce en relaciones muy cortas y casuales.
Pero como no todas son palabras, hay que cuidar especialmente el lenguaje corporal, que será quién más hable de nuestro deseo. No es lo mismo acercarse al hombre deseado con los brazos cruzados sobre el pecho o pedirle que encienda tu cigarrillo sin mirarlo a los ojos, que presentarte erguida, segura, utilizando las palabras adecuadas. ¿Sabían que una mujer es capaz de enviar más de 35 señales de flirteo por hora? Solo se trata de concientizar esos gestos y ponerlos en uso.
Y hay más. Inclinar la cabeza mientras alguien nos habla, por ejemplo es, según los expertos, una muestra inequívoca de interés por quien nos está hablando. Si quieres elevar el voltaje, súbele la intensidad a tus ojos (que le salgan chispas) y dile con ellos lo que estás sintiendo.
Una buena sonrisa también es irresistible. No solo porque te muestra como alguien alegre y con buen humor, sino porque usada a tiempo, mientras él habla, por ejemplo, será interpretada como una señal de que estás disfrutando de la conversación y de su compañía. Es más, reírse es tremendamente sexy y lo hará sentir seguro de que va por el buen camino. Ahora si es muy serio, no dudes en ser tú la que lo hagas reír.
Y no te rindas si no sucumbe a tus pies al primer intento. Existe lo que se llama "la regla del tres" del amor. Dicen que antes de emprender la retirada, debes haber llamando la atención de un hombre al menos tres veces. Hay veces que tardan en "responder", y no es que no le intereses, sencillamente no pueden creer su suerte.
¿Tienes alguna técnica que te haya resultado infalible? ¿Nos la compartes?
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