¿Bipolar o malhumorada?

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Texto: Mariana Israel

Como si fuese un chiste –de muy mal gusto– te tildaron de “bipolar” por tus cambios de humor. Pero esta enfermedad es muy grave como para tomársela con liviandad. No cualquier alteración en el estado de ánimo se traduce en bipolaridad. Sigue leyendo para aprender sobre esta condición y sus síntomas.


Sube y baja emocional


Imagina vivir la mitad del tiempo exultante y desbordante de energía y la otra mitad deprimida, incapaz de moverte de la cama. A grandes rasgos, así se manifiesta la bipolaridad, una enfermedad atribuida a factores biológicos y ambientales, que repercute en el estado de ánimo. Quienes la sufren viven en un sube y baja emocional, oscilan entre períodos de manía y depresión.


¿Cómo diferenciar la bipolaridad de las variaciones normales del humor?


En general, los cambios son más frecuentes, más intensos y más duraderos. Comienzan a afectar las relaciones interpersonale, así como el desempeño laboral o escolar. Si bien una persona bipolar puede tener momentos en los cuales su estado de ánimo se estabiliza, si no recibe ningún tipo de tratamiento, los giros en su humor volverán una y otra vez.

La buena noticia es que este desorden mental se puede tratar y es posible llevar una vida normal.


Algunos signos de alarma


Estos son varios de los síntomas que una persona bipolar sufre en las fases maníaca y depresiva.


Fase maníaca

• Te sientes tan feliz que ni las malas noticias, ni una tragedia, pueden alterar tu estado de felicidad pura.
• Sientes ira o irritabilidad extrema, repentinamente.
• Tienes delirios de grandeza o de misticismo. Piensas que tienes un vínculo especial con Dios, algún famoso o líder político.
• Sientes que eres invencible.
• Estás hiperactiva, ¡más que nunca! Eres incapaz de relajarte.
• Asumes riesgos excesivos: conduces a toda velocidad, haces inversiones demasiado arriesgadas o descuidas tu salud sexual.
• Las ideas y los pensamientos te apabullan. Son como una catarata incontrolable e imparable.
• No sientes necesidad de dormir.


Fase depresiva

• Sientes tristeza o desesperación, repentinamente.
• Crees que no vales nada y perdiste toda esperanza.
• No te interesan las actividades que en algún momento disfrutaste.
• Te sientes fatigada y sin energía.
• O duermes mucho o no duermes nada.
• Aumenta notoriamente tu apetito o empiezas a perder peso bruscamente.
• Te cuesta concentrarte, recordar datos o tomar decisiones.
• Tienes ideas suicidas.


Si bien estos síntomas te ayudan a comprender la dimensión del problema de la bipolaridad, ¡no intentes autodiagnosticarte! Hasta para los psicólogos y psiquiatras este sigue siendo un gran desafío, ya que existen muchas clasificaciones y criterios. Por esto, consulta con tu médico o terapeuta si experimentas síntomas de este tipo, que empiezan a perjudicar tu vida cotidiana.

Fuentes consultadas: Asociación Americana de Psicología (Apa.org), Asociación Americana de Psiquiatría (Psychiatry.org)


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