Consultas sexuales más frecuentes
Mujeres, hombres y parejas buscan su plenitud sexual y no acallan sus dudas. De hecho en los últimos dos años ha habido un incremento del 30%. Por suerte la mayoría de los tratamientos son efectivos. Y, ¿cuáles son las consultas sexuales más frecuentes?
Desinformación sexual
Muchos varones y mujeres son analfabetos sexuales, ya que, desinformados, por sucumbir a muchos mitos, desconocen que necesitan para excitarse. Muchos y muchas no saben que la respuesta sexual cambia con el tiempo y que se necesitan más estímulos, más caricias y más prolongadas.
Anorgasmia
Es una consulta bastante frecuente por parte de mujeres, que se sienten muy frustradas por no lograr el orgasmo. Dentro de las mujeres anorgásmicas se diferencian aquellas que sienten deseos de hacer el amor pero que no logran excitarse ni lubricar bien de otras mujeres (los casos más comunes que veo en la consulta) que lubrican bien, y logran altos picos de excitación pero no alcanzan su orgasmo.
La respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, o con la fantasía: algunas solo lo alcanzan por estimulación de la zona del clítoris y de los labios menores (un 50% aproximadamente), otras por caricias en los pezones, otras, por caricias en el Monte de Venus, o por estimulación en la zona anal. Sólo un 35% llega exclusivamente por penetración, con la salvedad de que siempre la estimulación directa o indirecta del clítoris participa de esta respuesta .
Disfunción del deseo
La pérdida del interés por el sexo, el "no tengo ganas, me duele la cabeza, etc", responde a diversas causas, que pueden ir desde un estrés laboral hasta un conflicto de pareja. No siempre la persona disfuncional es consciente del origen de su problema. Un duelo no elaborado, el resabio de una educación represora, la crisis de la mediana edad de la vida, fracasos económicos o amorosos, pueden inhibir el deseo.
Vaginismo
Es importante diferenciar lo que se llama coito doloroso o dispareunia (en el cual la penetración, a pesar de acarrear dolor o molestias, es posible en forma parcial o total) del vaginismo donde la penetración no es posible puesto que, ante la introducción del pene o de un dedo, los músculos de la vagina se contraen de manera no voluntaria.
La mujer puede excitarse y lubricar, pero cuando el compañero quiere realizar el coito percibe una resistencia, al punto que si hace demasiada fuerza ella comienza a sentir dolor. Puede ser causado por factores orgánicos (vaginitis, endometriosis, bartolinitis, etc.) pero lo más frecuente, es que esté provocada por causas psicológicas. Desde fobias a la penetración (hay casos donde las mujeres fantasean que sin son penetradas van a sufrir desgarros o lastimaduras), conflictos infantiles y experiencias traumáticas del pasado (abuso sexual infantil), terror al embarazo y a la maternidad, hostilidad hacia el compañero, influencias familiares coercitivas.
En general todos estos problemas tienen solución, a través de las llamadas terapias sexuales, psicoterapias focalizadas, breves y de resolución sintomática, a través de las cuales se trata de lograr una entrega a la experiencia sexual, sin temores ni culpa, en un ambiente no exigente, relajado y sensual, que permita el natural transcurrir de la respuesta sexual..
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