Problemas sexuales, ¿problemas de comunicación?

Una serie de supuestos, incomprensiones y desencuentros, se repiten con singular frecuencia en muchas parejas con problemas sexuales. La mayoría de ellos llevan a la insatisfacción causada por la falta de comunicación:

iStockphoto
iStockphoto

- ¡Suponía que eso te tenía que excitar!
- No hay que hablar de sexo, todo surge espontáneamente
- Tiene que saber lo que a mí me gusta. ¡Cómo se lo voy a pedir, tiene que surgir de manera natural!
- ¿Le gustará lo que le estoy haciendo?
- A mí me gustaría que ella me estimulara los genitales con la boca / si le hago sexo oral va a pensar que soy una cualquiera
- ¡Si sabes bien lo que a mí me gusta!, no hace falta que te lo ande diciendo
- ¡Cuánto más me gustaría que me acariciara en todo el cuerpo! / seguro que ella está esperando que la penetre enseguida
- Siempre va directamente a los genitales, no se da cuenta que prefiero que lo haga luego de un rato largo de juegos

Así se van entretejiendo una serie de suposiciones, malentendidos, falsas creencias e ignorancia de lo que al otro le sucede: cada uno hace lo que cree que al otro le gusta y no lo que realmente le gusta. La ausencia de diálogo y las distorsiones en la comunicación son factores importantes para que un problema sexual, persista y se mantenga.

En realidad, el único modo de saber lo que satisface al compañero, es preguntárselo. Cuando algo se explicó o "sugirió" muchas veces y la pareja no lo entendió hay que pensar que no se transmitió el mensaje adecuado, o que el receptor no pudo, no supo o no quiso recibirlo, o que en el medio de los dos hay un abismo insalvable. Lo mejor es no seguir insistiendo de la misma manera sino buscar una nueva manera de comunicarlo.

Por eso, durante la terapia sexual, procuramos que la pareja disfuncional comience a dialogar de otro modo, comunicándose los sentimientos, fantasías y deseos que hasta ese momento trataron, por miedo o vergüenza, de callar. Y saber que cuando uno de los miembros de la pareja tiene un problema, termina siendo un problema que padecen los dos. De ahí que no funcione el “anda al sexólogo, que te cure, porque yo no tengo nada que ver, no es mi problema”. El sistema se resintió, los dos sufrirán por el conflicto tanto como se podrán beneficiar con los logros que obtengan.

Tal vez te interese:

El deseo sexual a terapia

Placeres sensuales