Clases de orientación a padres
Ser padres no es tarea sencilla y es una gran responsabilidad que merece la pena revisar, consultar, pedir ayuda y ajustar cuantas veces sea necesario.
En esta época hay mucha información acerca de la maternidad, la paternidad y la crianza; tanta, que muchas veces en lugar de ayudar, confunde. Por ello es muy importante poder despejar de toda la información recibida, la más empática con nuestra manera y elegir el propio estilo de ser padres.
A diario nos encontramos con situaciones que nos preocupan, que nos angustian o que advertimos que no están del todo bien.
Poder asistir a una consulta de orientación de padres es una oportunidad de ponernos en cuestión, abrir el juego a escuchar la opinión desde una mirada ajena a lo familiar, que oriente hacia la salud del pequeño, de cada padre, de la pareja y de la familia en general.
Es revisar la modalidad de crianza que tal vez aún sin una decisión reflexiva, sin saberlo y aún más, sin estar de acuerdo fuimos adquiriendo para poder acompañar en el crecimiento de los hijos de la mejor manera posible y abrir la puerta para poder disfrutar más del día a día.
Por ello es un acto de amor, porque los padres están dispuestos a exponerse, a cuestionarse y ser cuestionados, a denunciar desacuerdos con el objetivo de ser los mejores padres posibles para que sus hijos crezcan lo mejor posible.
En estas consultas los padres transmiten aquellas situaciones que les preocupan y el terapeuta abre el juego a conocer nuevos daros solidarios o no de tal situación, que contextualiza el hecho, trabaja en el hallazgo de la lógica de lo que sucede, invita con sus preguntas a reflexionar acerca de rol de cada uno y de la pareja de padres frente a la misma, despeja la posición singular de los niños, para luego o bien construir una estrategia de intervención que ayude a su resolución o bien realizar una derivación de tratamiento si lo considera necesario.
Los temas más frecuentes en las consultas:
Rutina de sueño.
Límites.
Caprichos y berrinches.
Enuresis.
Control de esfínteres.
Dificultades en el vínculo con alguno de sus padres.
Dificultad en la socialización.
Selección del jardín de niños y escuelas.
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Marisa Russomando es Psicóloga especialista en Maternidad y Crianza y Directora de La Cigüeña
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