Quiérelos lo suficiente: ¡cuídate!

Por: Silvia Renata Figiacone

La crianza de los chicos es una tarea ardua que muchas veces se siente difícil. Más de una vez se escucha a los padres referir cansancio por las responsabilidades vinculadas a la paternidad y la necesidad de tener tiempo propio, espacios de ocio y momentos dedicados al cuidado personal.

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Ciertamente, la calidad de vida de los padres influye directamente en la manera que tienen de relacionarse con sus hijos de modo que el cuidado personal, el autoestima y el autoconcepto de los padres impacta directamente sobre la forma que tienen de dirigirse a sus chicos.

Autoconcepto y adultez

El autoconcepto es el modo general que tiene una persona de concebirse a sí mismo, cómo se considera en relación a su aspecto físico, sus habilidades, su temperamento, sus creencias y sus aptitudes (Plummer, 2005). Esto está directamente relacionado con el feedback que se recibe de otros y se construye desde la temprana infancia. El autoconcepto positivo se traduce en seguridad a ojos de los demás, el negativo en cambio puede ser visto desde fuera como inseguridad o titubeo al momento de actuar o conducirse.

En la adultez (y en cualquier etapa de la vida) el autoconcepto positivo ayuda a desempeñarse de manera independiente y segura y a pisar firme en el camino de la propia vida.

Autoestima y adultez

Tanto en chicos como en adultos autoestima supone el valor que uno se asigna como persona querible y valiosa. El autoestima está empapado de cuánto creemos que valemos, es una variable más afectiva que racional. Para Plummer, la diferencia percibida entre el self ideal y el self percibido resulta en cuánto una persona se valora a sí misma.

Cuando una mujer decide ser madre, incorpora a su ideal de self la tarea de ser mamá con todo lo que ella implica: miles de experiencias inolvidables y una necesidad definitiva de postergar algunos espacios propios. Ser madre requiere una nueva negociación entre el self ideal y el percibido para que la autoestima no se vea amenazado por tantos cambios.

El cuidado para cuidar

Si autoestima y autoconcepto están directamente relacionados con lo que pensamos y sentimos acerca de nosotros mismos, trabajar en ellos es sin duda algo importante para tener un nivel de calidad de vida satisfactorio.

Al tener hijos, la comunicación con ellos, el afecto explícito, el asignar responsabilidades y el desarrollar y sostener pautas parentales funcionales lo es todo si queremos un hijo sano y feliz en la adultez. Ello exige cientos, miles de veces, poner a nuestro hijo en primer lugar. Eso facilita que muchas mujeres sientan que "sus espacios", "sus necesidades", "sus deseos" se postergan a causa de la maternidad.

Así, cuidado personal está directamente relacionado con el rol de madre. Pero cuidar a los chicos no significa pensar de manera centrada en si misma sino todo lo contrario: pensar en qué madre necesita mi hijo para ser feliz.

En ese sentido, cuidarse significa, en términos de Plummer, orientarse de manera concienzuda hacia un autoestima saludable.

Las bases de la autoestima saludable

- El autoconocimiento (saber quién soy y qué lugar ocupo en el medio en que vivo)

  • Conocer cuáles son los valores que rigen mi modo de vivir y conservarlos. Ser flexible con ellos lo suficiente como para actualizarlos a medida que crezco pero firme lo suficiente como para tener cimientos sobre los que sentir piso firme

  • Entender que más allá de mandatos sociales, es indispensable ser uno mismo, vivir de acuerdo a ello y tener una identidad que perdura a lo largo del tiempo

  • Comprender como funcionan las relaciones, proteger las relaciones fundamentales de la vida de cada uno, construirlas positivamente desde la empatía para con el otro y el respeto mutuo

- La autoaceptación (saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y convivir con ellas)

  • Aceptar que con frecuencia cometemos errores y aprender de ellos

  • Cuidar el físico y valorar el propio físico más allá de su relación con el físico ideal socialmente sugerido. Tener conciencia de la propia edad.

- El autocuidado

  • Aprender y saber cómo cuidar de uno mismo y su entorno

  • Recordar que la vida es difícil, no siempre un cuento de hadas, y está repleta de desafíos que la hacen rica e interesante

  • Ejercitar la capacidad de autonomía y autogestión para favorecer que sea posible hacer frente a los desafíos que la vida plantea

- Autoexpresión y autoconfianza

  • Entender que cada una de nosotras tiene derecho a ser ella misma

  • Preocuparse por desarrollar cada día, capacidad de resolver problemas cotidianos de manera creativa

  • Ser capaz de aprender a expresarse con libertad y transparencia en el marco de lo que socialmente puede considerarse políticamente correcto

Estos lineamientos (entre otros) conducen al desarrollo de sana autoestima. Ello facilita que la percepción de si mismo sea positiva y que aquello que hacemos diariamente pueda considerarse satisfactorio. Cuando no lo es, que sea posible asumirlo con naturalidad y buscar caminos para sentirse mejor. Cuidar de uno mismo es sin duda el puntapié para el cuidado del entorno, y lo más valioso del entorno de una mamá es sin duda su familia.

Referencias

Plummer D. (2005) Helping adolescents and adults to build self esteem: a photocopiable resourse book. Jessica Kingsley Publishers.

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