Deloris Jordan, la mujer detrás de la leyenda del baloncesto

Deloris Jordan es la orgullosa madre del considerado por muchos el mejor jugador de baloncesto de la historia. Sí, hablamos de Michael Jordan. Cuarto de cinco hermanos, creció en un hogar unido en el que cada uno tenía su lugar especial y cuya infancia ha sido convertida en libros por su madre y su hermana.


Deloris y Michael Jordan

La madre de Michael Jordan es una mujer religiosa que desde siempre intentó inculcar a sus hijos la creencia de que cada uno tenía su lugar en la familia y en el mundo. Porque no se le puede dar bien todo a todo el mundo. Cada uno, a lo suyo. El genio del baloncesto debía de ser un soñador cuando era niño, porque cuentan que un día apareció en la cocina de casa y le dijo a su madre que quería ser alto. Cualquiera le hubiese contestado que bebiera mucha leche. Deloris, no. Ella le aconsejó que pusiera sal en sus zapatos y rezara.

Precisamente aquella anécdota es la que le dio título al primer libro escrito por Deloris Jordan sobre la infancia de su famoso hijo. Salt in his shoes (2003) fue el primero de cinco libros, más bien para niños. El último lo publicó el año pasado bajo el título Dream Big. Los seis textos (Salt In His Shoes, Dream Big, Baby Blessings, Did I Tell You I Love You Today?, Family First y Michael's Golden Rules) están plagados de historias y curiosidades sobre todo un mito del baloncesto. Siempre contados con los ojos de una madre que intentó que cada uno de sus hijos se sintiese especial. Por eso dicen que en cierta manera se alegró cuando Michael no pudo acudir desde el minuto cero al homenaje que le hacían a su hijo mayor, militar, el día que se retiraba. Ella sabía que era su día especial, y que la llegada de su famoso hermano ganador de seis anillos de la NBA le hubiese eclipsado.

Pero además de escritora ocasional y madre a tiempo completo, Deloris Jordan es filántropo. De ella nació la idea de poner en marcha la James Jordan Foundation para ayudar a niños y padres en temas de educación. Lo hizo en 2000 como homenaje a su marido, muerto en un atraco. Ella es la presidenta y cofundadora, junto con su hijo Michael, de la Fundación.

Deloris siempre intenta estar ahí para sus hijos y sus nietos. Por eso y pese a que en un principio no iban a poder ir, al final consiguieron acompañar a Michael cuando conquistó el oro olímpico. Era el gran sueño del mítico jugador y nada más conseguirlo pudo compartirlo con su familia, especialmente con su madre. Ella recuerda que cuando el partido terminó, Michael corrió hacia ella, la levantó, le colgó la medalla y le dijo “Mamá, este es un sueño cumplido”.

"No paraba de mandarle notas a los guardias de seguridad para dejarle saber a Michael que habíamos llegado. Pero no estábamos seguros que supiera", dijo. "Luego, después del partido, corrió hacia mí, me levantó, y me puso la medalla de oro y me dijo, 'Mamá, este es un sueño cumplido'".