Aromaterapia para chicos: el bienestar desde el olfato
Flores, hojas, ramas, frutos, raíces, semillas… todas esas piezas esenciales para la naturaleza también pueden convertirse en una herramienta para lograr nuestro bienestar a través del aromaterapia. Percibir ciertos olores nos ayuda a estar en armonía tanto a nivel físico como emocional.
¿Por qué no aprovechar entonces estos beneficios para los niños? La aromaterapia puede ser usada por los más pequeños, siempre y cuando se tomen las precauciones precisas. Así como en los adultos, es importante saber que no reemplaza a la medicina tradicional; sin embargo, se complementa logrando efectos más duraderos. Por otra parte, su acción en ellos es más inmediata debido a que tienen una sensibilidad especial, sus sentidos están más alertas.
Cada esencia tiene su don, la lavanda induce al sueño y a la vez alivia los dolores de cabeza; la mandarina es buen un calmante, especialmente para los malestares estomacales; el eucalipto descongestiona, relaja y sirve de repelente para insectos; la menta favorece la concentración y la creatividad, y alivia los problemas digestivos; la manzanilla quita las tensiones, y la rosa cicatriza heridas y recompone la piel.
Con los niños podemos usar estas esencias mezclándolas en el agua del baño (no más de una gota cuando son bebés), como medio para masajes (diluyéndolas en un aceite neutro de almendras, jojoba, oliva o caléndula, para que no irrite su piel). Asimismo, sirven para curar heridas (en chicos mayores de 5 años) y para aromatizar el cuarto, colocando unas gotas en un difusor (es importante retirarlo cuando el niño entra en la habitación).
Ansiedad, tensiones, cólicos, entre otros males, llegan a disiparse a través de la terapia con aromas. Por eso, en esta nota te contamos algunas recetas para que lo compruebes tu misma.
Como pócimas mágicas
Antiséptico: es ideal para evitar infecciones originadas por rasguños, picaduras o cortes. En un recipiente, mezcle 3 gotas de aceite de ajonjolí (sésamo) con 3 de lavanda y 2 de árbol de té.
Cuando el sueño no llega: la lavanda es buena para relajar al niño, especialmente cuando está muy inquieto o no puede conciliar el sueño. Dé unos masajes suaves en los pies y en la espalda, o coloque unas gotas de su aceite en un paño y éste, debajo de la almohada para que desprenda su aroma. Otra opción puede ser masajearlo con esta fórmula: 3 gotas de lavanda, 3 de aceite de almendras y 2 de manzanilla romana.
Para bajar la fiebre y aliviar el dolor de cabeza: mezclar 2 tazas de agua tibia con 8 gotas de aceite esencial de lavanda. Llevar un rato a la heladera para que esté freca. Humedecer un paño y colocar en la frente.
Consejos importantes
* No olvidar que los niños tienen la piel muy sensible. Por eso necesitamos respetar ciertas normas para usar con éxito la aromaterapia.
* Desde 0 a 6 meses: no utilice otras esencias que no sean manzanilla o lavanda; 1 gota debe ser diluida en 10 ml de aceite neutro. A partir de los 6 meses hasta los 3 años: ya se puede sumar la esencia de árbol de té. Siempre respetando las medidas anteriores. Desde los 4 en adelante: se incluyen más variedades y se pueden mezclar 4 gotas en el aceite neutro.
*Variedades permitidas: lavanda, árbol de té, rosa, manzanilla romana, sésamo, menta, mandarina, neroli, aceite de almendras y eucalipto, con cuidado.
*¿Cómo saber si puede usarlo? Diluir una gota de la esencia elegida en aceite neutro y, luego, colocar un poco de la mezcla en la cara interna de la muñeca del niño. Esperar unas horas y observar si ha provocado una reacción alérgica.
*Nunca deje de consultar con el pediatra.
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