Los No de la estimulación
En general solemos tener presente y resaltar acerca de lo que incluye la estimulación: la información acerca de su definición, qué debemos hacer para lograr un buen desarrollo del pequeño, cómo favorecer la adquisición de las habilidades esperables para cada etapa, pero claramente hay otra lista de cosas a tener en cuenta tan importantes como ellas que son los NO de la estimulación, para evitar cometer algunos errores frecuentes en este proceso.
NO es un programa exigente
A diario se escuchan padres que se proponen seguir una planificación diseñada con anticipación de una serie de ejercicios con el objetivo de que sus hijos aprendan, le brindan juguetes y materiales en exceso para ello y se olvidan de jugar y de disfrutar del tiempo compartido.
El riesgo de ello es la sobre estimulación, la exigencia desmedida hacia el niño y perderse de disfrutar junto a él de su crecimiento.
NO es una competencia.
Cada niño tiene su ritmo y sus posibilidades y es importante no caer en comparaciones y competencias con otros niños que podemos tomar como referencia o modelo.
La motivación es más efectiva que la competencia y la exigencia y permite conocer a cada niño en su singularidad, respetando sus gustos, preferencias y tiempo.
NO es una carrera
Si decidimos acompañar a nuestro hijo en su crecimiento y desarrollo de una manera saludable, sin duda se tratará entonces de acompasar el ritmo y NO empujarlo o apurarlo.
Cada pequeño llegará a cada objetivo según sus posibilidades y no favorece ningún proceso el apuro.
No es una actividad aburrida.
La estimulación tiene dos elementos fundamentales: el juego y el aprendizaje. Por ello las propuestas deben ser atractivas y divertidas.
No es una técnica para tener un bebé más inteligente
El objetivo de la estimulación es entre otros brindarle a cada pequeño la oportunidad de ir por más, pero respetando a cada uno: sus diferencias, sus características y sus tiempos.
El objetivo de la estimulación no es lograr que su bebé adquiera adquisiciones anticipadas a sus tiempos sino motivar ir por ellas y construir recursos eficaces para ello.
Como vemos lejos de tratarse de algo del orden de lo obligatorio y lo tedioso es fundamental aportar un clima ameno de compartir diferentes propuestas que motiven y favorezcan el aprendizaje de una manera divertida y espontánea.
Disfrutar de cada día sigue siendo la clave para que el niño se interese por enriquecer sus posibilidades y así, ¡compartir nuevas aventuras juntos!
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