Flores naturales, ¿tan ecológicas como parecen?

Texto: Natalia Iscaro

¿Podríamos pensar en un día de San Valentín, de la Madre, o simplemente en un marido que se olvidó del regalo de cumpleaños de su mujer sin su ramo de flores? Ciertamente, la respuesta es no. Sin embargo, así como las prácticas sustentables nos obligan a repensar nuestras prácticas más habituales, esta costumbre de caballeros tiene sus bemoles. A continuación, las implicancias de una decisión en apariencia estética, inocente, con información para que a tu próximo ramo, lo elijas de manera consciente.

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Uso de químicos

Con los años, los agricultores prácticamente han devenido en científicos. Y así como nuestros tomates y zanahorias son estimulados químicamente para ser más hermosos y gustosos, lo mismo sucede con tus flores favoritas. Esto lastima al planeta. Tampoco ayudan los plaguicidas, utilizados para combatir pulgones, orugas, ácaros y otras plagas que puedan experimentar las plantas.

En este sentido, existen normas que prohíben el uso de ciertos productos para estos fines, y los agricultores y vendedores deben estar autorizados. Si quieres sumar tu grano de arena, infórmate y pregunta antes de comprar.

La exportación

Una de las normas más afianzadas de la sustentabilidad consiste en afirmar que el traslado de materias primas o productos terminados desde una punta a la otra del planeta implica gastos de combustible y, en casos, refrigeraciones y procesos que no son saludables para el planeta, aún cuando el bien a comercializar sea eco-friendly.

En el caso de las flores, muchas veces llegan a los Estados Unidos de América Latina o África. Este proceso aumenta exponencialmente la emisión de CO2 (dióxido de carbono), uno de los principales responsables del calentamiento global.

Fuera de estación

“Lo que Natura no da…”, reza el dicho. Y así es. Si vamos a comprar tulipanes en una fecha en que las flores no crecen (los tulipanes necesitan clima frío), eso implicará que los invernaderos que las produjeron debieron gastar para generar un clima apropiado. Si quieres ser amiga del comercio justo, se recomienda acudir a las ferias locales y preferir ramos de estación, cultivados en suelo local.

El código de conducta

Ya en 1998, la Organización Internacional del Trabajo de la UNESCO (OIT) fue la principal promotora del desarrollo de Código de Conducta Internacional para la Producción de Flores Cortadas (CCI). Este documento define las condiciones mínimas para la producción sustentable de flores en todo el mundo. Allí no sólo se refieren a las normas de producción, su salud y seguridad, el uso de plaguicidas y químicos y la protección ambiental. También se hace alusión al salario mínimo, el trabajo infantil y/o forzoso. Esto se debe a que la industria de recolección de flores suele utilizar mano de obra de zonas y regiones del mundo en estado de subdesarrollo, cuyas condiciones precarias son aprovechadas para su maltrato y explotación. Por todo esto, infórmate, pasea, y, por las dudas, ¡apuesta a las flores de tu jardín!

Fuentes: The Ecologist (www.theecologist.org)

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