Yahoo Estilo La madre naturaleza es ‘¡a toda madre!’
La naturaleza es sabia. Todos los seres que la habitan se relacionan unos con otros de manera casi, casi milagrosa. Pero, no existe relación más estrecha que la de una madre y su hijo. De hecho, la maternidad esconde un magnifico encanto. Por ello, todas las madres de la naturaleza merecen ser respetadas, amadas y celebradas.
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Un ejemplo de la sabiduría de la naturaleza está representada en las madres lagarto. Son tan dedicadas, que desde el momento en que preparan el nido para sus huevos, se encargan de determinar el sexo de sus crías. Entre más caliente sea el nido, más posibilidades de que nazcan machos y entre más frío, la posibilidad de tener hembras es mayor.
Como si esto fuese poco, a pesar de su ferocidad y sangre fría, cargan entre los dientes a sus pequeños para transportarlos de forma segura. Lo más fascinante del asunto es que lo hacen con mucho cuidado y delicadeza.
En el mundo de los arácnidos, la araña lobo es otra madre ejemplar. Ella carga sus huevos a donde quiera que va y una vez nacen sus crías, las transporta sobre su espalda hasta que son lo suficientemente grandes para defenderse solas.
La madre pingüino emperador es ejemplo de entereza y determinación. Estas atrevidas madres se lanzan en un viaje de 119 kilómetros en búsqueda de comida, mientras el padre pingüino encuba el huevo. Una vez que el pequeñín nace, los roles se cambian: papá sale en búsqueda de la comida, mientras mamá le enseña a su hijo todo lo necesario para sobrevivir en lo salvaje.
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Mientras las mamis elefante se las traen con embarazos que tardan 22 meses; las madres leonas son ejemplo de generosidad; permitiendo que cualquier cachorro de la tribu beba su leche para alimentarse. Y es que la palabra madre, es todo un concepto de vocación y entrega, por ello, celebrarlas sin importar la especie es nuestra responsabilidad y deber. ¡Un feliz día a todas las madres del universo!
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