11 hábitos que dañan tu piel
La piel del rostro es, quizás, una de las partes que más apreciamos de nuestro aspecto: al igual que un lienzo, en él se dibujan experiencias e intenciones, es un reflejo de nuestra forma de vivir y nuestro estado general de salud. Por eso, independientemente de la genética o las habilidades para maquillarse, es básico aprender a mantenerla sana por dentro y por fuera. No tiene nada de caro ni de complicado, sólo es cuestión de evitar los malos hábitos:
Irse a dormir sin desmaquillarse. Durante la noche aumenta ligeramente la temperatura corporal y la presión sanguínea. Esto favorece la absorción de las sustancias que llevamos en la piel. Por eso es importante que antes de dormir la limpies a conciencia. Recuerda que sobre tu maquillaje se han adherido, a lo largo del día, partículas de polvo y contaminación; debajo, los poros luchan por respirar y permitir la regeneración de las células. No importa si llegas muy cansada, dedícale algunos minutos. Si no puedes hacer un largo ritual, por lo menos retira la capa superifical con toallitas húmedas.
Comer chatarra. Las harinas refinadas, los edulcorantes, los conservadores, las grasas con que se fríe la comida chatarra, entre otras sustancias, desgastan a tu cuerpo más de lo que lo alimentan, y eso se refleja en la piel. Cambia tu alimentación por comida fresca (principalmente fruta y verdura) y verás la diferencia. No olvides tomar agua, es el mejor anti arrugas.
Dormir poco. La oscuridad y el descanso profundo son más importantes para la piel que una crema carísima. Durante la noche, el cuerpo regenera las células (incluyendo las de la piel) y se desintoxica. Por eso, si tienes un tono de piel apagado o grisáceo, si padeces psoriasis o acné, puedes ayudarle a tu piel si te programas para dormir un poco más.
Fumar. Según un estudio publicado en la revista médica Plastic and Reconstructive Surgery, diez años fumando son como veinticinco de envejecimiento prematuro para la piel. Si fumas, saca tus cuentas y opta por darle un respiro de salud a tu piel.
Olvidarse del cuello y el escote. En temporada de frío, estas áreas se mantienen bajo la ropa, pero en cuanto comienzan los días templados hay que protegerlas de la radiación solar y la contaminación. En estricto sentido, no hace falta comprar tratamientos especiales, puedes extender a dichas zonas los tratamientos que aplicas en el rostro.
Usar cosméticos caducos. Un cosmético echado a perder puede ser tan tóxico como un alimento y provocarte alergias, irritación, manchas, etc. Revisa el envase de cada producto: todos, por normativa, deben llevar una fecha, un número o un dibujo con una cifra que indique el tiempo de vida útil del producto (por ejemplo, 12M indica que el producto tiene 12 meses de vida a partir de que lo abres).
No lavar brochas o pinceles. Con suerte, recordamos limpiarlos una vez al año, pero deberíamos hacerlo una vez al mes, ya que entre los hilos van quedándose restos de maquillaje y células muertas, lo que constituye un verdadero cultivo de bacterias que pueden provocar granos, espinillas e irritación. No tiene gran ciencia, sólo hay que lavarlos con jabón neutro y dejarlos secar al aire libre.
Compartir maquillaje. Después de leer el punto anterior es fácil imaginar por qué se recomienda que el maquillaje sea de uso exclusivamente personal. Compartir el maquillaje con las amigas puede ser un acto muy lindo, pero implica un riesgo de contagio de bacterias.
Abusar del exfoliante. Esto puede tener el efecto contrario al que estás buscando, ya que una piel sobreestimulada se vuelve más grasosa y a la vez vulnerable a irritaciones, dermatitis o brotes severos de acné. La recomendación de los expertos es hacerse una exfoliación cada diez días y evitar los productos que contengan granulitos.
Ir al dermatólogo cada diez años. Nuestra piel, al igual que el resto del cuerpo, va cambiando durante el año, sobre todo después de las vacaciones o los periodos de larga exposición al sol. Revisa tus lunares una vez al año o si notas algo extraño, como cambio de color, apariencia, tamaño, irritación, etc.
Tostarte durante horas bajo el sol de las 2:00 pm, usar camas de bronceado, abusar de los tintes, usar crema sin FPS... En resumen: actuar como candidata al cáncer de piel. Allá en la década de 1980 fue lindo verse bronceado, pero hoy, treinta años después y con lo que sabemos del cáncer de piel, es casi un acto irresponsable salir a la calle sin protección solar. Lejos de ser una exageración, pregunten a cualquier dermatólogo cuál es la mejor crema antiarrugas. Lo más probable es que respondan: "El bloqueador solar". Finalmente, aquí les dejo un video, es cortito, muy bueno. Si les gusta, si conocen a alguien que pueda necesitarlo, compártanlo.