Buenos hábitos financieros

Buenos hábitos financieros
Buenos hábitos financieros

Casi todo el mundo tiene algun proyecto en mente que necesita una buena inversión de dinero. Pero pocos pueden evitar gastar impulsivamente y hacerse el hábito de ahorrar (sí, ahorrar, esa costumbre arcaica que se practicaba antes de la aparición de las tarjetas de crédito, los pagos en cuotas o en 36 mensualidades "sin intereses"). En estos tiempos de incertidumbre, lo más recomendable es concentrarse en sanear la economía personal. Para ello, lo primero que hay que hacer es poner los pies en la tierra y optar por mejores hábitos financieros:

Vive sobre tu prespupuesto. ¿Sabes exactamente cuánto gastas al mes? ¿Y cuánto ganas al año? Si no tienes la certeza, haz el siguiente ejercicio: cada mes, traza en una hoja tres columnas. En la de la izquierda anota cuánto ganas, en la de en medio, escribe tus gastos fijos, incluyendo el pago mínimo de tu tarjeta de crédito, y trata de ser lo más específica posible. En la tercera columna anota todos esos gastos extras (restaurante, cine, golosinas, maquillaje, fiestas, regalos, antojos de la tiendita de la esquina, etc). Pero sé muy sincera, recuerda que la única perjudicada o beneficiada eres tú. Observa cuánto gastas en frivolidades y antojos; revisa tus prioridades y piensa si el mes que entra puedes ahorrarte algo de dinero. Haz lo mismo con tu presupuesto anual y sé muy realista.

¿Lo quieres o lo necesitas? La publicidad y los sistemas de pago han borrado completamente la frontera entre las necesidades y los caprichos, haciendo parecer a estos últimos como prioritarios. Olvídate del impulso y aprende a decir que NO. Lleva una vida frugal, piensa en tu tranquilidad y la de tu familia, eso vale mucho más que un capricho del instante.

¿Deudas? Las hay buenas y malas. No vale la pena endeudarse por algo desechable o que se deprecia rápidamente. Si vas a endeudarte, que sea por algo que valga la pena, algo que gane valor con el tiempo; aprende a distinguir entre los gastos y las inversiones.

Adquiere conocimientos sobre finanzas. Cuando vamos de viaje a un destino desconocido, generalmente nos informamos, compramos un mapa o una guía, hacemos reservaciones, hablamos con amigos que hayan ido antes, compramos un seguro de viajero si es un destino con ciertas restricciones, etc. El mismo sentido de previsión hay que tener cuando uno se embala con un crédito, una tarjeta, un plan de financiamiento o un préstamo. Lee, infórmate, consulta las mejores opciones y decide qué es lo más prudente de acuerdo con TU REALIDAD, porque los vendedores del banco son especialistas en crear fantasías financieras, pero no conocen tus impulsos de gasto, tus planes a futuro o lo delicado de tu situación laboral. ¡Ah! Y no olvides leer las letras chiquitas al final del contrato.

Hazlo tú mismo e involucra a los que te rodean. Un mal hábito financiero se construye a partir de dos factores: no tengo tiempo y no sé hacerlo. ¿Sabes cuánto dinero ahorrarías si te decidieras a hacer más cosas por ti misma? Ejemplos: un pastel de cumpleaños, tu colación de medio día y media tarde, la decoración de tu casa, la limpieza del jardín, el moverte en trayectos cortos (a pie o en bici). Piensa en tu cotidianidad y trata de resolverla por ti misma, con los medios a tu alcance. Si no tienes dónde aprenderlo, seguro lo encuentras en internet. Y si no, tienes el teléfono de quien sí sabe. Crea vínculos, aprende y ahorra.

Haz planes y tómalos en serio. Ese viaje con tus amigas, la casa, los estudios, la colección de tu música favorita... Ahí están tus sueños, postergados e incluso olvidados por falta de dinero. ¿Y si les das una segunda oportunidad? Quizás sean el pretexto que estabas buscando para empezar a ahorrar. Revisa tus gastos anuales, recorta las frivolidades y los desechables (incluido ese segundo manicure mensual y las bebidas ultra azucaradas que realmente no necesitan ni tus hijos ni tú), y tómate más en serio. Tendrás que apretarte el cinturón y ser disciplinada, pero valdrá la pena. Es más, pídele a tus amigas y a tu familia que te ayuden a lograrlo. En menos de lo que piensas, ellos también habrán ajustado su presupuesto.

¿Qué otro hábito financiero recomiendas aprender para mantener sana la economía personal?