Piensa distinto, piensa mejor: 10 tips
Pensar mucho no quiere decir pensar mejor. Los pensamientos obsesivos, los prejuicios y la tensión diaria generan un "ruido mental" que nos impide tomar buenas decisiones. Por eso, Jonah Lehrer (www.jonahlehrer.com), reconocido divulgador en temas de neurociencia, psicología y humanidades, ha elaborado una serie de estrategias para vencer los obstáculos del pensamiento y tomar decisiones más acertadas, creativas, intuitivas e incluso emocionales. ¡Toma nota!
1. Que la presión no te paralice. Hay ciertas tareas que sabemos hacer hasta con los ojos cerrados, pero cuando nos sentimos presionados por la situación, tendemos a bloquearnos o a equivocarnos de manera inexplicable. No hagas caso de los pensamientos de auto boicot, confía, respira y deja que tu cuerpo actúe por instinto.
2. Toma en cuenta otros puntos de vista. Todo el tiempo, y de manera natural, el cerebro está filtrando lo que ocurre para comprobar si los acontecimientos coinciden o no con algo previamente aprendido. Si sólo tomas en cuenta lo que tu cerebro asimila como una "certeza", quizás estás limitando tus opciones de aprendizaje. Por más extraño (diferente, contradictorio, inusual) que te parezca algo que miras o escuchas, no lo descartes como un dato inútil; es probable que ahí haya una lección para ti.
3. Escucha tus emociones. Los pensamientos conscientes son solo una parte de lo que está ocurriendo en nuestro cerebro. Hay momentos en los que el inconsciente nos está enviando tanta información que no podemos procesarla. Es ahí cuando el cerebro va relacionando pensamientos con emociones. Por eso, si estás en un momento decisivo, no tomes a la ligera esos mensajes que se presentan como corazonadas: tu cabeza está tratando de enviarte un mensaje importante.
4. Toma un buen baño. ¿Te ha pasado que las ideas más originales (locas, ocurrentes) se te ocurren mientras tomas una ducha o cuando estás a punto de quedarte dormido? Dicen los expertos que los pensamientos más creativos llegan cuando se tranquiliza la mente; esos momentos de introspección se generan cuando el hemisferio derecho se relaja y hay menos pensamientos que "interfieren" con la resolución de un problema.
5. No tomes tan en serio tus recuerdos. Los científicos han encontrado que la memoria nos juega malas pasadas. El acto de recordar con insistencia un acontecimiento puede cambiar la estructura de ese recuerdo, los detalles se recombinan y la narrativa del suceso se altera. Entre más lo recuerdas, menos preciso se vuelve. Si tienes algún recuerdo entrañable o doloroso, anótalo y luego olvídalo. Siempre puedes volver a tu registro original.
6. Los prejuicios y las creencias son "zonas seguras" sobre las que se mueve el pensamiento, pero también pueden estar limitando tu experiencia de vida. Eso ocurre todo el tiempo con la comida. Algo que a otros puede parecerles un sabor exquisito (casi siempre es algo caro), puede no ser agradable para ti. No dejes que el precio o la opinión de los demás influyan en tu capacidad de disfrutar las cosas. Goza a tu manera, cuestiona lo que sabes: a tu mente le hacen bien los retos, la mantienen flexible.
7. Una cosa a la vez. El cortex prefrontal, ahí donde residen la voluntad y el pensamiento cognitivo, tiene un tejido muy delgado que se fatiga y se satura fácilmente. En un estudio se le pidió a la mitad de los participantes que recordaran una cifra de 7 dígitos, y a la otra mitad, 1 solo dígito. Luego les dieron un refrigerio. Los que debían recordar la cifra de 7 dígitos, eligieron pastel de chocolate. Los de un dígito, eligieron fruta o ensalada. ¿Por qué? El "músculo" de auto control de los primeros estaba exhausto, así que se entregaron al estímulo que les daba más satisfacción.
8. Estudia tus errores. Cuando fallas no significa que todo lo que hiciste estuvo mal, quizás sólo te atoraste en una pequeña parte del proceso. Enfócate en esa parte y trata de mejorar ese detalle, cambia de estrategia si es preciso. Ojo: no se trata de ser perfeccionista -eso también provoca bloqueos- sino de impulsar a las células del cerebro a que creen nuevas vías de aprendizaje.
9. Sueña despierto. Olvídate de la eficiencia. Hoy se sabe que soñar despierto es la mejor herramienta para la creatividad, pues provoca un alud de actividad neuronal en el circuito cerbral que conecta las diferentes partes del cerebro, propiciando la generación de nuevas asociaciones de ideas.
10. Piensa la forma en que piensas. Esta actividad mental es mejor conocida como metacognición. Muchos científicos coinciden en pensar que el "sano juicio" no tiene que ver con la inteligencia o con la experiencia, sino con la capacidad introspectiva. Lehrer equipara al cerebro con una navaja suiza: está llena de herramientas distintas, todas son útiles si las sabemos usar en el momento adecuado. La imaginación, soñar despierto, las emociones, el raciocinio... ¿Sabes cuál de tus herramientas te soluciona mejor la vida?
Fuente: jonahlehrer.com / Real Simple