Control de heridas y hemorragias

Este tipo de emergencias son las más comunes / Foto: Thinkstock
Este tipo de emergencias son las más comunes / Foto: Thinkstock

Una herida abierta, aunque no presente pérdida significativa de sangre, puede infectarse fácilmente si no se cuida de manera adecuada. Para evitar complicaciones, sigue estos pasos:

1. Lávate las manos para manipular la herida. Si los tienes, usa guantes de látex estériles.

2. Si está sucia, límpiala con el chorro de agua de la llave.

3. Higieniza con agua y jabón alrededor de la herida. Seca perfectamente.

4. Cúbrela con gasa estéril.

5. Si el herido no ha sido vacunado nunca, no está seguro de cuántas dosis ha recibido o hace más de 10 años de su última vacuna, es mejor que acuda a un centro de salud para la aplicación de la vacuna contra el tétanos.

6. De igual forma, debe acudir a un centro de salud si la hemorragia no se detiene, tiene incrustado un pedazo de vidrio, madera o cualquier otro material; o si la cortada ha sido a consecuencia de un mordisco o se ha infectado.

¿Qué hacer en casos críticos?
En caso de una hemorragia abundante, es vital mantener la calma y tranquilizar a la persona herida. Los pasos a seguir son:

1. Recuesta a la víctima en un sitio plano y estable o siéntala en una silla, porque puede sufrir un desvanecimiento o una caída que podría ocasionarle nuevas lesiones. También, debe cubrirse su cuerpo con una manta para mantenerla caliente.

2. Si tienes acceso a guantes de látex estériles, deberás utilizarlos.

3. De ser necesario, retira o corta la ropa para dejar la herida a la vista.

4. Debes observar la hemorragia. Si la sangre es más oscura y sale a chisguetes, es sangre arterial y, por lo tanto, la herida es muy grave.

5. Si existe un objeto incrustado en la herida, no lo quites.

6. Presiona la herida con los dedos o la mano sobre un apósito estéril (gasa, por ejemplo) o un paño limpio sin pelusa.

7. Sobre el apósito, aplica una venda de manera que mantenga la presión, pero sin llegar a cortar la circulación de la sangre. Si aún así continúa la hemorragia, recubre con otro apósito y vuelve a vendar, asegurándote de presionar en el sitio correcto.

8. Llama a urgencias médicas y vigila a la víctima hasta que llegue la ayuda.

9. No retires nunca el primer apósito; de quitarlo, la herida podría volver a sangrar.

10. El uso de torniquetes solo debe utilizarse si la presión falla o ha existido amputación de algún miembro o parte del cuerpo. Los torniquetes pueden ocasionar la muerte del tejido y la pérdida de la región afectada, sea una pierna o brazo.

11. El herido no debe comer, fumar ni beber, porque podría empeorar su situación.

La hemorragia nasal
Por lo general, es consecuencia de un golpe, estornudo o sonarse la nariz. Puede detenerse fácilmente:

1. Sentada, la persona afectada debe inclinar la cabeza hacia adelante y sacar la sangre de las fosas nasales. Si se inclina hacia atrás, la sangre puede bajar por la garganta y provocar vómito.

2. Debe respirar por la boca y presionar la nariz con los dedos justo por debajo del tabique nasal, en la parte blanda de la nariz.

3. No debe hablar, toser, tragar, ni escupir. Al cabo de 10 minutos, debe soltar la nariz.

4. Al detenerse la hemorragia y sin mover la posición de la cabeza, hay que limpiar alrededor de la nariz.

5. Por último, la persona deberá mantenerse quieta por un par de horas. Para evitar que la hemorragia se repita, no deberá hacer esfuerzos ni sonarse.

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Omar Luja es médico cirujano y homeópata por la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, Instituto Politécnico Nacional, México. Cédula: 7719134.