Atiende tu alimentación durante la jornada de trabajo
Cada vez somos más los que trabajamos preocupados por la economía. Las jornadas de trabajo son más duras e implican estar más tiempo fuera de casa y menos oportunidad para cocinar y cuidar la salud. La salud es un reflejo de la alimentación que llevamos, es por ello que debemos protegerla.
Estas son algunas recomendaciones para hacerlo más fácil:
Busca alternativas prácticas para facilitar tus horarios de comida como aventajar las preparaciones una noche antes para que al día siguiente no te quite mucho tiempo la elaboración.
Cuando cocines un platillo, prepara mayores cantidades y congela para que tengas de esa comida para otro día.
Congela carne, salsa y frijoles en porciones individuales eso te evitara el tener que llegar a la carnicería día a día.
Considera tener provisiones a la mano, ya sea en tu cajón, la guantera del carro o tu bolsa pero lleva contigo barritas integrales o bolsitas con frutos secos en caso de no tiempo de comida debido a sobrecarga de trabajo, así el estomago no se quedara vacío.
No te olvides de moverte, estaciónate más lejos. Si tu trabajo consiste en estar sentado por un largo periodo de tiempo procura levantarte a dar unos pasitos cada hora, eso ayuda a tu circulación.
Quienes trabajan en oficina es mayor el desgaste mental y el cuerpo requiere energía adquiere alimentos cerebrales como colación, nueces, almendras, amaranto, naranja, cacahuate, ajonjolí, etc.
Lleva contigo una botella de agua natural para que no olvides tomarla, logrando un consumo de 2 litros de agua diario.
Establece horarios para comer y evita no brinques tus tiempos de comidas.
Si con frecuencia comes en la calle, busca platillos que lleven verduras y no sean a base de pan, bolillo o arroz. Sustituye el refresco por agua fresca o agua mineral. Evita alimentos fritos.
Las jornadas de trabajo son pesadas, pero lo serán más si enfermas.
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