Higienismo: la pureza de la nutrición

Descanso y buena nutrición: el punto clave / Foto: Thinkstock
Descanso y buena nutrición: el punto clave / Foto: Thinkstock

El higienismo y la dieta higienista, en un sentido general, buscan dar a conocer la “higiene vital” como la pauta para llevar un estilo de vida que sea capaz de mantenernos sanos, o en su defecto, nos ayude a recuperar la salud perdida.

A principios del siglo XIX, en los Estados Unidos, surge el Higienismo como una corriente naturista, de la mano de grandes pioneros naturistas, como Isaac Jennings, Sylvester Graham y su ayudante Russell Thacker Trall, el doctor Herbert Shelton y el sacerdote alemán Sebastian Kneipp (quien también fue el padre de la hidroterapia), entre otros. La historia cuenta que en el año de 1844, en Nueva York, Russell Thacker Trall abrió el primer centro higienista llamado “Water-cure”.

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Si nos remontamos a siglos antes de Jesucristo, podríamos decir que Hipócrates sentó las bases del Higienismo al proclamar su sabia frase: “que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento.”

La corriente higienista enseña el camino a la salud partiendo del conocimiento de las causas que dan lugar a la enfermedad. Posteriormente, en el año 1920, Shelton y Graham promulgaron que la higiene vital se basa en los siguientes principios:

  • La salud es el estado normal del ser vivo

  • Toda situación anormal es corregida por la fuerza vital (en griego, Arqueus)

  • Anormal es el estado de toxemia, en general causado por infringir las leyes naturales

  • La enfermedad es un proceso vital que tiende a restablecer el estado de salud, y es un signo de que el organismo está trabajando para restituirla

  • El higienista potenciará la fuerza vital con reposo, actividad física y mental, ayuno, hidroterapia y alimentación naturista vegetariana

De acuerdo con lo anterior, las principales herramientas con las que contamos para obtener una buena salud son todas aquellas que ayudan a mejorar la energía vital, el sistema inmunitario, así como la fortaleza física, psíquica y espiritual de la persona.

Por lo que algunas de las pautas básicas para llevar un régimen higienista, serían:

  • Estar en contacto continuo con lo que la naturaleza nos brinda: el sol, el aire, la luna, la lluvia

  • Prescindir al máximo, y dentro de lo posible, de sustancias químicas, medicamentos, fibras sintéticas

  • Practicar algún ejercicio físico que nos ayude a adoptar un enfoque espiritual de la vida

  • Dormir las horas necesarias para recuperarnos y evitar las situaciones de estrés

  • Tratar de sanar nuestras emociones y rodearnos de un ambiente positivo

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Dentro de esta corriente, la alimentación también juega un papel muy importante, pues busca la armonía y sincronía de todos los órganos del cuerpo, eliminando todas las impurezas que alteran su funcionamiento. La dieta higienista se caracteriza por:

  • Debe ser rica en frutas, verduras, semillas, brotes, germinados, raíces y cereales integrales

  • Los alimentos deben ser cultivados de la manera más natural posible

  • Los alimentos deben consumirse mayormente crudos para mantener todas sus propiedades

  • La mezcla de los alimentos es importante; es una dieta desasociada, por lo que no se deben mezclar proteínas con carbohidratos. Tampoco debes mezclar frutas y verduras o frutas dulces y ácidas. Esto debido a que nuestro sistema digestivo prepara diferentes jugos gástricos para procesar cada grupo de alimentos

  • El régimen puede contar o no con huevos y lácteos, pero el 50% debe ser crudo

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Uno de los beneficios más reconocidos que se obtienen al adoptar este estilo de vida es la dificultad para enfermarse de las personas que lo siguen; de hecho, es raro que un higienista caiga enfermo. Sin embargo, no es fácil decidir el iniciar un régimen de este tipo, pues hacerte a la idea de no utilizar, por ejemplo, medicamentos o saber que no disfrutarás de la variedad de sabores que una dieta convencional te puede brindar, no es fácil. Ahora, si nos detenemos a pensar en los beneficios para la salud, pensando en que nuestro cuerpo es solo uno y debemos cuidarlo para toda la vida, quizá este cuestionamiento nos haga, por lo menos, intentarlo.

¡Tú generas el cambio!

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Gabrimar Lascurain es fitness manager.