Toda la verdad sobre los edulcorantes
Para los que amamos los dulces, el edulcorante sintético es el consuelo que reemplaza al azúcar. Aun cuando algunos se terminen acostumbrando, es difícil resignar esa “adicción” que tenemos los golosos para cuidar nuestro cuerpo.
¿Cuidar nuestro cuerpo? Este es un punto polémico, porque se ha dicho mucho acerca de lo malo que pueden llegar a ser este tipo de aditivos. Se habló de alergias, de colesterol y hasta de cáncer, entre otras enfermedades. ¿Cuál es la verdad? Porque hoy es normal encontrarlos en productos como yogures, bebidas light, postres o galletas… no vaya a ser que por querer cuidarnos terminemos empeorando nuestra salud.
Para saber más
¿Por qué decimos que el azúcar es un edulcorante natural? Porque el más común, llamado sacarosa, suele extraerse de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera. Pero, este ingrediente, tan popular entre niños y adultos, aporta una gran cantidad de calorías: 4 por cada gramo.
La miel y las frutas también contienen azúcar natural (fructosa y polialcoholes) pero son menos famosas a nivel industrial.
¿Cuál es la ventaja de los edulcorantes sintéticos? Que endulzan igual o más que el azúcar, pero tienen una cantidad mínima, o algunos nada, de calorías. Es decir, que no engordan y llegan a endulzar de la misma manera un comestible o una bebida. Por eso se utilizan para evitar la obesidad, la diabetes y, supuestamente, también las caries. Aunque tampoco cuentan con ningún valor nutritivo.
Veamos cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno de estos endulzantes artificiales.
Los permitidos (aprobados por la FDA)
Según la U.S. Food and Drug Administration, los edulcorantes sintéticos que pueden consumirse son los siguientes:
Acesulfame K (o de potasio): aunque fue descubierto en 1967, su consumo recién se permitió en 1988. Este edulcorante se caracteriza por ser eliminado a través de la orina, debido a que el cuerpo no puede digerirlo. Como el calor no lo altera, se usa para hacer bebidas Light, caramelos y postres. Sin embargo, más allá de que está legalizado su uso, contiene componentes como el cloruro de metileno, que podrían llegar a ser cancerígenos. Asimismo, se dice que causaría dolores de cabeza, náuseas y hasta depresión. De todas maneras, la Organización Mundial de la Salud afirma que es seguro su consumo en una cantidad de 15 mg por peso corporal.
Aspartame: no contiene calorías y es alterable al calor, por eso no se puede utilizar en ciertos alimentos. Se ha hablado bastante mal de este aditivo, porque se lo acusó de provocar esclerosis múltiple, lupus sistémico y pérdida de cabello, entre otras enfermedades. Pero se dice que fue una campaña maliciosa promovida por otros intereses. De todas maneras, este producto está prohibido en personas que padecen un mal llamado fenilcetonuria, debido a que no cuentan con una enzima que lo metabolizaría correctamente, y podría traer problemas neurológicos. Sin embargo, la FDA asegura que 50 mg de este edulcorante por peso corporal, en gente sana, no afecta ni pone en riesgo la salud.
Sacarina: es el edulcorante más antiguo, conocido desde 1879. Si bien endulza alrededor de 300 veces más que la sacarosa, hay personas que sienten cierto dejo amargo o metálico en la boca. Su mala fama también parece haber sido una falacia. Se culpó a los productores de azúcar porque la sacarina disminuyó notablemente su consumo.
Este producto estuvo prohibido durante un tiempo en los Estados Unidos debido a que se divulgó que producía cáncer en la vejiga de los ratones de laboratorio. Más tarde quitaron la prohibición, ya que según los expertos este problema no ocurre en los seres humanos. Incluso, hoy la Organización Mundial para la Salud considera adecuada una ingestión de 2.5 mg de sacarina por kilogramo de peso. Aún así, existen sospechas acerca de su toxicidad y hay rumores de que podría ser potencialmente nociva para el feto durante el embarazo.
Sucralosa: este ingrediente, salido al mercado hace poco tiempo, se considera 600 veces más dulce que el azúcar común. Si bien no se le atribuyen riesgos cancerígenos ni de otro tipo, contiene algunas calorías y no deja de ser un aditivo artificial (aunque se diga lo contrario). Asimismo, algunos investigadores dan cuenta de que traería problemas intestinales.
Neotame: es uno de los edulcorantes más dulces y no se altera frente al calor. Aunque se metaboliza de forma veloz, también es completamente eliminado y puede ser consumido por los que padecen fenilcetonuria. Es un producto aprobado por las investigaciones científicas y se dice que es seguro en todo tipo de personas, incluso, en niños y embarazadas. Sin embargo, como en todos los casos, existe una corriente que asegura que aún no hay resultados de estudios a largo plazo y que ese podría ser su riesgo.
*Controversial: si bien en muchos países europeos y latinoamericanos el edulcorante ciclamato está permitido, en los Estados Unidos la FDA fue abolido. Es que las pruebas con animales de laboratorio daban como resultado cáncer. Sin embargo, la teoría asegura que las dosis que podrían ingerir los humanos no son peligrosas.
Aún queda mucho por investigar. Sin embargo, no podemos dejar de sostenernos en la ciencia y en los organismos nacionales e internacionales responsables a la hora de cuidar nuestra salud.
Obsesionarnos no nos permitiría llevar una vida feliz. De cualquier forma, la recomendación principal es leer las etiquetas de los productos que contienen edulcorantes sintéticos, para saber cómo son sus fórmulas y cuál es la cantidad recomendada por kilogramo.
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