Una boda íntima en Segovia, un vestido romántico y un velo especial: el enlace de Anais

Hay historias de amor que empiezan por un flechazo. Y a muchas prometidas les sucede eso mismo con su vestido de novia. Anais nos cuenta que cuando vio el diseño tuvo claro que ese sería su look nupcial. "Elegí a Raquel López. Bueno, realmente me eligió ella a mí porque fue amor a primera vista. Buscando fincas para poder celebrar nuestra boda, vi un reportaje de sus vestidos en uno de los espacios y de repente apareció él, una foto del que sabía 100% que era mi vestido, en ese momento ya no había dudas".

Un vestido de novia muy especial

La novia nos explica que se enamoró de un diseño de colección y que, gracias a que le encantaban todos los detalles, apenas hubo que hacer unos ajustes. "La verdad que fue muy sencillo porque el modelo era casi al cien por cien lo que quería, simplemente ajustamos un poco el largo de las mangas, ya que la boda se celebraba en agosto, y bajamos un poco más el escote. El resto era tal cual el diseño que Raquel había confeccionado".

El vestido por el que se decantó Anais es el modelo Sophie de la colección Ácrona. Una propuesta que, tal como explican en su web, está "basada en la intemporalidad donde el lujo de los tejidos nobles reluce más que nunca, el recuerdo eterno que perdura en el tiempo y el buen hacer de la costura de autor una belleza intemporal nunca muere perdura siempre en el recuerdo, la defensa a la sostenibilidad, tejidos rescatados se mezclan con actuales para dar lugar a una novia que adora la exclusividad".

Se trata de una prenda con un favorecedor escote delantero que se abre mucho más en la espalda. Cuenta con mangas ligeramente abullonadas que culminan en unos elegantes puños con botonadura forrada. Pero lo más especial, sin duda, es la falda. Fluida y llena de movimiento, acompaña a la novia a cada paso, y llena de romanticismo la pieza. Un diseño tan cómodo y especial que Anais lo mantuvo hasta el final del día.

Del velo al ramo, los detalles del look nupcial

Aunque muchas prometidas apuestan por el velo, cada una lo luce de una forma diferente. En el caso de Anais, se decantó por lucir uno de bámbula anudado al moño. Una elección atrevida y diferente con la que no todas las novias se atreverían. Pero ese no fue el único complemento con el que culminó su look nupcial. "Para el ramo tenía claro que quería algo muy sencillo, que no eclipsara al vestido y que también fuera acorde al resto de la decoración. Elegí una composición de eucalipto y paniculata de Flores en el Columpio", nos cuenta.

También lució unos pendientes de diamantes, en forma de lágrima; dos anillos de compromiso, uno de diamantes de Aristocrazy y otro con un zafiro engarzado; y zapatos creados a medida por Just-Ene.

Hay novias que prefieren llevar su melena suelta y otras, como Anais, nos explican que se sienten más cómodas al recogerlo. "Tenía claro que quería llevarlo lo más recogido posible para que el protagonismo lo tuviera el vestido. El truco de hacer el desmontable para la cena y fiesta me pareció que le daba un toque muy fresco también. En cuanto al maquillaje, al ser muy morena, también tenía claro que quería algo natural, pero que centrara la atención en los ojos, fue muy fácil entenderme con Alba, enseguida supo lo que quería y el resultado habla por sí solo".

Su 'sí, quiero'

Anais e Isaac se casaron el 10 de agosto de 2024 en la Real Fábrica de Cristales de La Granja, el día más caluroso del año en Segovia, según nos cuenta la novia. Era la segunda boda para ambos, por lo que desde el primer momento quisieron organizar una celebración muy íntima. "Fuimos 21 adultos y 7 niños (incluyendo los dos hijos de mi marido), con una ceremonia muy especial, fuimos nosotros los que dedicamos unas palabras a nuestros invitados en lugar de ellos a nosotros. Al ser tan poquitos pudimos hablar de nuestras historias con ellos y lo que nos unía, y eso la hizo muy especial, se quedaron muy sorprendidos y emocionados".

La novia nos cuenta que para la organización contaron con el equipo que tiene la Real Fábrica de Cristales. Estaban liderados por Carmen y lo hicieron todo facilísimo. Artigot (Laura y Constanza) se encargó del catering y fue todo un acierto, nuestros invitados no hacían más que alucinar con la cantidad y la calidad de la comida. Nuestra oficiante, Sonia, vino con sus chicas que estuvieron toda la ceremonia pendientes de mi vestido, de colocarlo, de que estuviéramos cómodos, ¡una maravilla! Luces de cuento se encargó de que la cena fuera de película con esas lámparas clásicas. Y High Volume se ocupó de la música durante todo el evento. Yo me encargué de todos los detallitos y de organizar alguna sorpresa para los invitados y así conseguir que una boda íntima fuera mucho más animada", nos explica Anais.

Cuando le pedimos un consejo para otras parejas que, dentro de poco, pasarán por el altar, lo tiene claro: "Que hagan la boda que ellos quieran, sin modas ni compromisos. Es su día y lo van a recordar para toda la vida. ¡Hay que vivirlo al máximo! ¡Intentad comed, sé que es complicado, pero es necesario! Y, sobre todo, estad juntos el uno con el otro todo lo que podáis, es vuestro día y merecéis disfrutarlo de la mano".