“Bodas de Sangre” en Pompeya: Los amantes de Lorca escapan en la ciudad maldita

Pompeya (Italia), 23 jun (EFE).- La quietud de la noche en Pompeya, la ciudad romana arrasada por un volcán, fue hoy rota por el amor desgarrado de un hombre y una mujer, los amantes de “Bodas de Sangre”, la tragedia de Federico García Lorca con la que el director Lluis Pasqual ha emocionado en el antiquísimo teatro de esta urbe maldita y sepultada en ceniza.

"Creo que después de 'Medea' es el título más importante de la historia del teatro", sostiene en una entrevista con EFE Pasqual, sentado en unas sillas flamencas sobre el escenario de este teatro de piedra milenario, minutos antes de empezar la función.

El maestro es uno de los máximos expertos en García Lorca pero sin embargo esta es la primera vez que dirige "Bodas de sangre", la gran tragedia del poeta andaluz, y lo hace en un foro de excepción, en las ruinas de la ciudad arrasada por el Vesubio hace dos milenios.

EL ODIO EN EL IMAGINARIO

En realidad, alega, esta historia de odio encarnado entre familias y amores proscritos, que él ha ensayado durante 50 días en Sicilia, tiene "mucho que ver" con el "imaginario colectivo" mediterráneo, con las afrentas enquistadas en las familias más antiguas.

"Es cierto que en los pequeños pueblos (...) este pensar lo que dice la gente, ese estar pendiente de la opinión de los demás, esas pasiones no permitidas y reprimidas siguen aún en nuestro imaginario colectivo en España, especialmente en el sur, y en Italia porque somos primos hermanos", opina.

La acción transcurre entre un corro de sillas y con una antigua puerta pompeyana de fondo, sobre un suelo de terrazo manchado por el polvo del camino.

En el centro de la escena, una apabullante Lina Sastri se rasga las vestiduras con dos papeles, el de la madre y de la novia, cambiando de rictus y registro en un parpadeo y arrancando un aplauso espontáneo a un público que la escucha, absorto, desde la oscuridad.

PURA POESÍA ENTRE RUINAS

Porque para representar esa pugna a navajazos con el destino, ese ardor pasional preámbulo de la guerra que llegaría, Pasqual se ha despojado de todo exceso para acentuar, más si cabe, la esfera poética de esta obra maestra.

Mientras, con palmas, coros y "verde que te quiero verde", todo el universo "lorquiano", todo su simbolismo y desgarro, se despliegan sobre las tablas, esta vez pronunciado en un -más dulce- italiano.

La madre quiere nietas, porque los hombres se matan en el campo; la novia rechaza en secreto las guirnaldas de naranjo que deberán ornar su cabeza; Leonardo espolea sin descanso su caballo, símbolo funesto, y la luna, desde el bosque y en el cielo de Pompeya, espera a bañarse, una vez más y por siempre, de sangre.

"Lorca ya es un clásico que se puede poner al lado de Eurípides o de Shakespeare. Lorca consigue hacer una tragedia y sobre todo esos personajes femeninos que vuelan y al mismo tiempo tienen los pies atados a la tierra", celebra el director.

CLÁSICOS EN POMPEYA

La obra forma parte del cartel de la sexta edición del “Pompeii Theatrum Mundi”, un festival veraniego, al aire libre, organizado por el Teatro Nacional de Nápoles en colaboración con el Parque arqueológico de Pompeya.

El Teatro Grande de este lugar, uno de los yacimientos más importantes del planeta, ofrecerá hasta el 16 de julio ocho citas con el mejor arte escénico, especialmente clásicos.

La primera obra en salir a las tablas ha sido “Clitenmestra”, adaptación de la novela “La casa de los nombres” del irlandés Colm Toíbín, sobre la mítica reina de Micenas, ejecutora del cruel Agamenón.

Otra mujer vengativa, “Medea”, también pasará desde el 1 de julio por Pompeya, representada en el clásico de Eurípides.

Por último, el 15 de julio, Pompeya revivirá las aventuras de Ulises en una “narración épica” que conjugará prosa, música, lírica, danza y juegos de luces.

Las “Bodas de sangre” de Pasqual, dada su factura, son una coproducción entre cuatro teatros italianos, el Mercadante de Nápoles (sur), el Biondo de Palermo (sur), el Nacional de Turín (norte) y el Estable de Catania (sur), que acogerán esta producción en sus tablas el próximo enero.

Mientras, entre todos estos personajes llegados de la mente mitológica de los antiguos griegos, los amantes de Lorca han dejado sus huellas en Pompeya, como dos condenados a vivir su pasión clandestina a los pies del Vesubio. EFE

Gonzalo Sánchez

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