“La Bohème”: el gran clásico de Charles Aznavour que, como el tango, añora un pasado idealizado que ya no volverá
Si bien para muchos es la canción más legendaria, tal vez más aznavouriana del “rey de la canción francesa”, el texto de “La Bohème ” no está firmado por Charles Aznavour , sino que es obra de Jacques Plante y fue compuesto inicialmente para una opereta de Georges Guétary.
Estrenada en 1965, la letra de la canción gira alrededor de las escenas de la vida bohemia parisina y da cuenta de los tiempos de juventud atravesados por una vocación artística que se abre camino en medio de las penurias económicas y una agitada vida nocturna.
La historia transcurre en París, precisamente en el barrio bohemio de Montmartre, donde se preparó el escenario de lo que inicialmente fue el encargo de una opereta para Georges Guétary, titulada “Monsieur Carnaval”, con libreto de Frédéric Dard, letra de Jacques Plante para las partes cantadas y música del propio Charles Aznavour.
Con sus colinas de calles empedradas y ambiente bohemio, a finales del siglo XIX el distrito de Montmartre había ganado mala fama por los cabarets y burdeles que se establecieron en el barrio. Sin embargo fue el barrio elegido por artistas como Monet, Dalí, Picasso, Van Gogh, Renoir y Degas, que se trasladaron allí atraídos porque el costo de vida era más accesible y construyeron una comunidad artística que moldeó el espíritu del “barrio bohemio con más encanto de París”.
La aparición de los cafés, salas de baile y los cabarets artísticos propició en Montmartre un ambiente de creatividad vanguardista. El primer cabaret, fundado hacia 1881 por Rodolphe Salis, fue Le Chait Noir, donde se reunían jóvenes artistas, escritores, compositores y músicos que publicaban sus novelas, una revista y hasta vendían sus cuadros. Por las noches, entre canciones y narraciones, improvisaban un “teatro de sombras”.
Hacia 1900, Montmartre contaba ya con más de cuarenta locales para el entretenimiento, entre cabarets, cafés, music-halls, teatros, circo. A Le Chat Noir le siguieron Cirque Fernando, Elysée Montmartre, Le Moulin de la Galette, Divan Japonais, Moulin Rouge y el Théatre Libre . La transformación de Montmartre, con aquel ambiente cultural y lúdico, pronto se convirtió en atracción turística.
En el número 49 de la rue Gabrielle se encuentra el primer apartamento y estudio parisino donde Picasso vivió hacia 1900; en el número 22 de la rue des Saules está el Au Lapin Agile, uno de los cabarets más antiguos de París. Y un poco más allá, en la rue des Saules, el mítico restaurante La Bonne Franquette, donde se reunían Degas, Renoir y Monet y en cuyo jardín el mismísimo Vincent Van Gogh pintó su famoso cuadro “La Guinguette”, en 1886.
Las tertulias discurrían entre intercambios de estilos, colores y formas ; disquisiciones sobre las injusticias sociales y algunos versos improvisados en un arrebato de inspiración que se extendían hasta altas horas de la noche. Después, algunos marchaban a seguir la noche en un cabaret, como el Moulin Rouge; otros regresaban a sus atelieres, quizá para retomar alguna obra en la que estaban trabajando.
Justamente, la historia de “La Bohème” gira alrededor de la figura de un pintor y sus años de iniciación en Montmartre . Una historia atravesada por cierta melancolía y una suave nostalgia del paso del tiempo, temas clásicos que el cantante francés de origen armenio había desarrollado anteriormente a lo largo de su obra.
Sus versos evocan la nostalgia de un artista que vivió en aquel Montmartre bohemio, pero que ya no reconoce como tal. Evoca la nostalgia de un lugar que se ha transformado y se muestra apesadumbrado por la pérdida del espíritu despreocupado de entonces.
En una entrevista concedida en 2012, el mismo Aznavour señaló sobre este tema. “‘La Bohème’ gira sobre una inconsciencia y libertad total, un momento en el que podemos inventarnos artísticamente, pero también construirnos en relación con los demás. La canción trata sobre el estilo de vida bohemio, la vida de un artista despreocupado en la pobreza. Sin embargo, parece que esta forma de vida ya no existe. Es una puesta en abismo, porque si el Montmartre que tanto añora el protagonista de la canción ya no existe, el estilo de vida mencionado en ‘La Bohème’ tampoco”, aseguraba Aznavour.
“Bohemia de París alegre, loca y gris de un tiempo ya pasado / En donde en un desván con traje de cancán posabas para mí / Y yo con devoción pintaba con pasión tu cuerpo fatigado / Hasta el amanecer, a veces sin comer y siempre sin dormir / La bohemia, la bohemia / Era el amor felicidad / La bohemia, la bohemia / Era una flor de nuestra edad”, cantaba taciturno el gran intérprete francés a aquellos años de juventud.
Un ícono de la chanson française
Nacido en París el 22 de mayo de 1924, desde su infancia Charles Aznavour estuvo inmerso en el mundo artístico, ya que su familia llevaba una vida donde la música y el arte dramático estaban presentes. De niño asistió a una escuela de teatro y a los 9 años subió por primera vez al escenario del teatro Petit-Monde.
La historia es que, sus padres, de origen armenio, atendían en París un pequeño restaurante familiar llamado Le Caucase, sobre la rue de la Huchette, donde el pequeño Aznavour comenzó a cantar para los clientes y frecuentar a muchos artistas, acompañado por su hermana al piano. Cuenta la leyenda que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, su familia participó en la Resistencia escondiendo a judíos y armenios en su apartamento.
En 1946 fue descubierto por Edith Piaf, quien lo convirtió en su protegido y lo invitó a participar como número de apertura de sus conciertos y como pianista. Si bien en 1956 obtuvo su primer gran éxito con “Je m’voyais déjà”, un título que habla de los sueños de fama y gloria de un artista musical, fue especialmente en los años 60 cuando ganó popularidad gracias a su trabajo como autor para otros artistas, como la cantante Sylvie Vartan, Johnny Hallyday y Mireille Mathieu.
Intérprete de 1400 canciones grabadas en nueve lenguas, su repertorio se compuso mayormente de temas populares. En cualquier caso, de las muchas composiciones que Aznavour interpretó durante su carrera, “La Bohème” es una de sus creaciones más emblemáticas. Si bien cuando compuso esta canción ya era un artista consolidado, con el correr de los años se convirtió en uno de los títulos más grandes del repertorio de canciones francesas y patrimonio cultural de Francia.