Bustamante gana 'Tu cara me suena 11' con una genial imitación de Antonio Molina y rompe a llorar ante la emoción de Chenoa
Este viernes se celebraba la gran final de Tu cara me suena 11, una gala llena de emoción y muchas sorpresas que ha coronado a David Bustamante como ganador absoluto. El cantante cántabro se llevaba la victoria con un impresionante 45% de los votos del público. Su interpretación de Adiós a España de Antonio Molina dejó a todos sin palabras. Además, tal y como el cantante explicó, esta canción es muy especial para él porque su abuelo se la enseñaba desde niño y se ha convertido en un emblema en su vida. Al escuchar su nombre como vencedor, Bustamante se arrodillaba en el escenario, visiblemente emocionado, y rompía a llorar. Esta reacción fue compartida por Chenoa, miembro del jurado y su compañera en la primera edición de Operación Triunfo, que tampoco pudo contener las lágrimas. “Me he divertido como si estuviera empezando mi carrera y eso de vez en cuando es genial” confesaba Bustamante.
El segundo lugar fue para Raoul Vázquez, quien se metió en la piel de Tom Jones con My way y consiguió un notable 32% de los votos. Su interpretación fue recibida con gran entusiasmo, pero no fue suficiente para desbancar a Bustamante. En tercer lugar, con el 23% de los votos, quedó Julia Medina, cuya poderosa actuación imitando a Céline Dion con la canción de Queen The show must go on dejó una huella imborrable en el público y el jurado. Conchita, interpretando a Billie Eilish con What was I made for?, fue la primera eliminada, seguida por Supremme de Luxe, que ofreció una vibrante actuación como Raphael con el tema Balada triste de trompeta. Ambos demostraron un gran talento, pero no lograron acumular suficientes votos para avanzar más en la competición.
El desarrollo de la gala fue una montaña rusa de emociones, con cada actuación elevando la tensión y las expectativas. Bustamante, con su impecable caracterización de Antonio Molina, no solo conquistó al público sino también al jurado. La conexión entre el artista cántabro y Chenoa fue uno de los momentos más conmovedores de la noche, recordando a los espectadores la profunda relación de amistad que se forjó en Operación Triunfo. Tras la actuación de Bustamante, la juez del programa no paraba de decir "¡No se puede cantar mejor!" y compartieron un tierno momento que demostraba el gran cariño que se tienen.
Otro de los momentos más emotivos de la noche se producía con la mención especial a Ángel Llàcer, presidente del jurado, que no ha podido asistir a la mayoría de las galas de esta edición debido a un importante problema de salud. Como el propio presentador confesó, desde el pasado mes de febrero ha tenido que lidiar con una fascitis necrotizante, una grave infección que ha puesto en riego su vida y le ha hecho someterse a cuatro operaciones. Tras la contracción de una bacteria durante un viaje a Vietnam, Llàcer ha estado luchando por recuperarse de esta complicación médica y aunque llegó a reincorporarse dos galas, finalmente no pudo continuar. Por ello, en la gala final aprovechó la ocasión para dar una sorpresa al público y mandar un cariñoso mensaje a los concursantes: "Cuando yo esté al cien por cien y, me sienta superpoderoso, volveré. Pero eso será en la próxima edición".
La gran final de Tu cara me suena 11 no solo celebró el talento y la dedicación de sus concursantes, sino que también subrayó la importancia del apoyo y la conexión entre ellos. Tras confesar su admiración por el cántabro, Miriam Rodríguez, vencedora en la anterior edición, entregó el galardón al artista tras un espectacular número imitando a Dua Lipa. En un gran gesto de generosidad, Bustamante decidió compartir su premio equitativamente con sus cuatro compañeros finalistas tras destinar su parte a la Fundación Pequeño Deseo, reconociendo que cada uno ha dejado una marca inolvidable en el programa y en el corazón de los espectadores. Al final, el vencedor repetía su actuación entre aplausos y mucha emoción, esta vez rodeado de todos sus compañeros y los miembros del jurado para celebrar el final de una edición que ha dejado huella.