Cómo evitar desmayos durante la visita al consultorio

Texto: Juan José Aguilar

Para detener la intervención solo necesitas levantar la mano / Foto: Thinkstock
Para detener la intervención solo necesitas levantar la mano / Foto: Thinkstock

Los desmayos son muy frecuentes en el consultorio dental. Ocurren por diferentes razones, en su mayoría debido a la presión sanguínea baja, a la falta o exceso de oxígeno, a la poca glucosa en sangre o la tensión extrema.

El dentista se encuentra capacitado para resolver casi cualquier situación que pueda presentarse en el consultorio, pero no está por demás que te quedes con unos consejos para prevenir esa situación en donde tu salud termina dependiendo de los demás.

Alimentación
Asegúrate de ir bien alimentado. Tu cerebro necesita oxígeno y glucosa para mantenerse activo. Si vas con tu estómago vacío eres más propenso a un desmayo debido al rápido consumo de glucosa que causa la adrenalina sobre tu cuerpo.

Presión sanguínea
La presión sanguínea baja ocasiona poco aporte de oxígeno al cerebro, ocasionando mareos, debilidad y probable desmayo. Tomar líquidos, alimentarte adecuadamente, mantenerte ejercitado, y llevar ropa cómoda, pueden ayudarte a prevenir un desmayo.

Un desmayo puede ocurrir por falta de oxígeno (hipoxia) o también por exceso del mismo (hiperventilación). Es normal que el paciente se sienta angustiado y comience a sentir que no puede respirar. El respirar apresuradamente desequilibra los niveles de dióxido de carbono ocasionando vasoconstricción de las arterias que irrigan al cerebro, lo que produce mareos, entumecimiento de extremidades, hormigueo de boca.

Si este círculo vicioso no se detiene ocasionará pérdida momentánea de consciencia. Es aconsejable informarle a tu dentista inmediatamente después de sentir cualquiera de estos síntomas, para evitar entrar en el círculo.

Síncope
La deficiente adaptación al tratamiento dental puede producirte una tensión emocional extrema, ocasionando al sistema nervioso la necesidad de luchar o huir. Tu cuerpo genera adrenalina y noradrenalina, alterando el flujo sanguíneo y estancando la sangre en las extremidades. Se altera el flujo normal hacia el cerebro, lo que puede producir frialdad, palidez y sudoración, llevándote rápidamente a un desmayo.

Relájate, tú tienes el control y puedes detener el tratamiento a placer con solo levantar la mano. No tiene por qué ser un martirio. Las tensiones emocionales son una de las causas más comunes del desmayo. Haz de la relajación tu mejor aliado.

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Juan José Aguilar es Lic. Cirujano Dentista (UDG) Especialista en Odontología estética y restauradora. Cédula 5711438