Un cambio en las heces podría alertar de cáncer de intestino
La mayoría de la gente siente pudor al hablar de sus hábitos intestinales e incluso de sus problemas digestivos. Sin embargo, los médicos instan a que dejemos de hacerlo porque hablar de ello es el primer paso para evitar muertes innecesarias por cáncer de intestino o de colon, una enfermedad silenciosa pero con algunas señales tempranas que podrían alertar al paciente.
Es cierto que los síntomas del cáncer de intestino pueden ser sutiles, ya que no siempre te hacen sentir mal. De hecho, puede que estés pasando por alto algunos ya que, según los expertos, hay un signo relacionado con las deposiciones que puede apuntar hacia el cáncer de intestino.
Los pólipos, que son crecimientos precancerosos, pueden "sangrar en las heces o causar un bloqueo en el intestino", según UCLA Health, un sistema de salud que comprende varios hospitales, la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA y una extensa red de atención primaria en la región de Los Ángeles. Se cree que es la segunda causa de muerte por cáncer en países como el Reino Unido y en España, según las cifras publicadas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), de detectan más de 44.200 nuevos casos al año. Este tipo de cáncer sucede por células que cambian y crecen en el intestino grueso, que está formado por el colon y el recto.
El bloqueo causado por el crecimiento de pólipos puede resultar en un "cambio en la forma de las heces", y normalmente el cambio toma la forma de heces muy estrechas.
"Cuando las heces estrechas ocurren con poca frecuencia, probablemente son inofensivas. Sin embargo, en algunos casos, las heces estrechas, especialmente si son delgadas, pueden ser un signo de estrechamiento u obstrucción del colon debido al cáncer de colon", según publica la Clínica Mayo.
Por otro lado, junto a este cambio en el tamaño y la dorma de las heces, más del 90 por ciento de las personas con cáncer de intestino tiene una de las siguientes combinaciones de síntomas:
Cambio persistente en el hábito intestinal: si hace caca con más frecuencia o tiene caca más suelta y líquida, a veces con dolor abdominal.
Sangre a veces, la sangre en la caca puede ser un signo de almorranas, pero si no son almorranas, entonces esto podría ser un síntoma de cáncer de intestino.
Calambres abdominales o hinchazón después de comer: cualquier malestar estomacal causado por comer que, a menudo, conduce a la pérdida de apetito y pérdida de peso
Otros síntomas incluyen tener ganas de defecar sin necesidad de ir al baño, así como estreñimiento o diarrea que dura más de unos pocos días.
Cada persona tiene movimientos intestinales propios y por eso, los médicos señalan que no se puede hablar de qué es normal y qué no. El tamaño, la forma y la consistencia de las heces cambian de un individuo a otro. En lugar de buscar por un comportamiento normal hay que estar pendientes de los cambios. “Si antes era fácil la evacuación intestinal pero ahora es difícil o me demoro más, si antes era solido pero ahora es más líquido, son todos cambios notorios que merecen una visita a un doctor”, explica el oncólogo Joaquín Guerra.
El tamaño también importa. Según los expertos, si lo normal era tener deposiciones grandes pero ahora son delgadas, como un lápiz, lo mejor es consultar a un médico. Esto puede deberse, como hemos explicado antes, a la presencia de pólipos o de cáncer de colon. Si es así, el intestino se vuelve estrecho y por eso las deposiciones serán más delgadas.
También hay que estar atento a la consistencia y al color pues cambios en este frente puede mostrar problemas. Las heces oscuras, púrpuras o negras indican presencia de sangre. La diarrea crónica o las evacuaciones infrecuentes son un indicio de enfermedad. Si a esto se suma la flatulencia o si hay una combinación de las tres se debe considerar una señal de alarma.
Si bien no se conoce la causa exacta del cáncer de intestino, las investigaciones han revelado que el riesgo de desarrollarlo depende de factores como la edad, la genética y el estilo de vida. Los estudios también han demostrado que la obesidad, además de comer mucha carne roja o procesada, también puede aumentar el riesgo de la enfermedad. Por ejemplo, comer una loncha de bacon al día se ha relacionada con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. No obstante, el cáncer es complicado, y hay que aclara que tener uno o más de cualquiera de estos factores de riesgo no significa que definitivamente vaya a desarrollarse un cáncer de colon.
"Este es un grupo de enfermedades que puede resultar en casi cualquier signo o síntoma, dependiendo de la parte en el cuerpo en donde se origine el cáncer e incluso hacia dónde se ha propagado", tal y como explica la Sociedad Americana contra el Cáncer. "Lo que lo hace aún más complicado es que muchos otros problemas de salud que no son cáncer pueden causar los mismos signos y síntomas que el cáncer".
A veces todas esas molestias a la hora de ir al baño pueden ser síntomas causados por otras enfermedades distintas al cáncer intestinal o colorrectal como por ejemplo: las infecciones, las hemorroides o una enfermedad inflamatoria intestinal.
Pero si notas cambios en tus hábitos intestinales, como heces más estrechas de lo normal, que duran más de una a dos semanas, es importante comentarlo con el médico para que pueda valorar otras señales y descartar otros diagnóstico como el síndrome del intestino irritable (SII). Esta es otra afección que puede causar cambios en el tamaño de las heces, de manera que sean más pequeñas, más grandes o más estrechas de lo habitual. El síndrome del intestino irritable también causa cambios en la consistencia de las heces.
El cáncer de colon es la tercera causa más común de cáncer en el mundo. Cuando se detecta a tiempo, las posibilidades de sobrevivir aumentan, pero cuando se diagnostica tarde, como sucede con muchos pacientes, la expectativa de vida no es mayor a cinco años.
Aunque la mejor manera para detectar este tipo de cáncer es la colonoscopia a partir de los 50 años (o más temprano si hay más factores de riesgo familiares), algunas de esas señales de alerta son fácilmente visibles en las heces. En otras palabras, el intestino puede dar información de esta enfermedad. Solo hay que mirar las señales y saberlas interpretar.
Una de las pruebas que es probable que se lleve a cabo para un diagnóstico de cáncer de intestino es un examen de cualquier bulto en el recto o la barriga, conocido como examen rectal digital (DRE, por sus siglas en inglés). Además suelen pedir un análisis de sangre y orina para conocer el estado de salud del paciente y ver los marcadores tumorales, sustancias que en caso de cáncer suelen tener una concentración más alta de lo normal.
Para confirmar o descartar la presencia de sangre oculta se suele realizar un análisis de heces, así como una colonoscopia en caso de que las pruebas anteriores hagan sospechar de una lesión en el colon. Si durante la colonoscopia se detecta una lesión sospechosa, se extrae una muestra de tejido para su análisis, que permitirá confirmar el diagnóstico. El médico también puede pedir radiografía, ecografía abdominal o endorrectal, entre otras.
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