Camila Valero y el síndrome del impostor que la atormenta

Camila Valero en la alfombra roja de la serie 'Mala Fortuna'. (Photo by Alan Espinosa/Getty Images)
Camila Valero en la alfombra roja de la serie 'Mala Fortuna'. (Photo by Alan Espinosa/Getty Images)

POR Alejandro Feregrino-. Ser parte de la dinastía Pinal seguramente no es nada fácil y Camila Valero lo sabe muy bien.

Hija de Stephanie Salas y del músico Pablo Valero, uno de los integrantes de la banda ‘Santa Sabina’, Camila ha logrado forjar su carrera en la actuación al margen de los escándalos de la ‘Dinastía Pinal’.

En entrevista con Excelsior, Valero reconoció que pertenecer a una familia tan poderosa en el mundo del espectáculo le ha abierto muchas puertas, aunque también tiene sus complicaciones.

"Mentiría si no reconozco que el estar en una familia como ésta también me ha ayudado a tener muchas oportunidades. Eso es claro, pero ha sido una chamba alterna, extra, hacerme de mi propio nombre y brillar por mí sola".

El ‘hija de’ o ‘hermana de’ que Camila menciona no es cosa menor. También es ‘nieta de’ y ‘bisnieta de’. Y es que el escándalo ha rodeado siempre a la familia Pinal, desde la muerte de la hija mayor de doña Silvia, Viridiana Alatriste, los problemas de su abuela Sylvia Pasquel con sus hermanos Luis Enrique y Alejandra Guzmán; hasta la reciente boda de su hermana Michelle y el morbo que provocó la presencia de Luis Miguel.

Camila comenzó su carrera siendo aún una niña, en el programa ‘Bizbirije’, del Instituto Politécnico Nacional. Más tarde se mudó a Estados Unidos para estudiar la carrera de teatro en la Universidad de Nueva York.

De regreso en México retomó su profesión en películas como Dos veces tú y Perfectos Desconocidos. Con sólo 26 años ha dado pasos firmes en su carrera y, recientemente, estrenó Pacto de Silencio en Netflix, en la que comparte créditos con artistas de la talla de Marimar Vega, Adriana Louvier y Chantal Andere; además de incursionar como DJ.

Pero, pese a todo, Valero aún no logra dimensionar el éxito que ha ido cosechando y que, poco a poco, la van convirtiendo en una de las jóvenes actrices con mayor proyección en México.

"Sufro mucho el síndrome del impostor", reconoció en la entrevista.

"Siento que no me está yendo tan bien como quisiera y no he trabajado en meses, ni he tenido un proyecto en momentos de mi vida y veo a la gente, a mis amigas, y me dicen: '¡te está yendo cañón, ¿no?!'. Y yo así de ‘¿sí?’ Yo siento que no".

"Y ahí no sé si es que o yo no estoy logrando identificar que me está yendo bien o que realmente queremos dar una cara de que 'todo está increíble, que la vida es buena, que me fui de vacaciones y estoy trabajando en esto'. Pocos van a saber qué hay abajo", dijo.

A esto, se suma la presión que pesa sobre ella y la opinión de los fans, principalmente en Instagram, donde tiene más de 150 mil seguidores.

"Me encantaría que me valiera, pero sí soy muy sensible. Puedo tener 200 comentarios super buena onda, super lindos, pero si hay uno que es insultante, me voy a sentir mal. Por eso, Instagram no debería ser personal. Nunca contesto".

Pese a todo, Camila sigue avanzando en su objetivo: abrirse camino por sí sola y brillar con luz propia.

"Ya me ha tocado que en algún proyecto no saben quién soy o quién es mi familia. Y digo ¡Gracias! Prefiero que me conozcan como Camila que como una extensión de mi familia, que aunque se le quiere y se le aprecia, soy más que eso, tengo muchas otras cosas".

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