“Caminito”: la historia de un amor furtivo que nació en un vallecito riojano y se convirtió en uno de los tangos más famosos en la voz de Carlos Gardel

Carlos Gardel
“Caminito”: la historia de un amor furtivo que nació en un vallecito riojano y se convirtió en uno de los tangos más famosos en la voz de Carlos Gardel

“Caminito que el tiempo ha borrado / Que juntos un día nos viste pasar / He venido por última vez / He venido a contarte mi mal / Caminito que entonces estabas / Bordeado de trébol y juncos en flor / Una sombra ya pronto serás / Una sombra lo mismo que yo”, rezan los primeros versos del mítico poema escrito por Gabino Coria Peñaloza, musicalizado muchos años después por Juan de Dios Filiberto. Considerado el tercer tango más famoso en todo el mundo, luego de “La Cumparsita” y “El Choclo”, la pieza fue grabada por Carlos Gardel, y alcanzó su mayor popularidad con una interpretación de Ignacio Corsini.

Si bien parece difícil no asociar el tango “Caminito” al paisaje de La Boca, la historia de sus versos nació en un pequeño pueblo de La Rioja denominado Olta, pintoresca localidad de Los Llanos, un vallecito rodeado de montañas bajas, cuando el joven poeta Gabino Coria Peñaloza se encontró deslumbrado por una señorita que vivía en aquellos pagos.

“ ‘Caminito’ se inspiró en un sendero de aquel pueblito de Olta, en La Rioja, donde alguna vez transité allá por mis años mozos ”, reveló alguna vez Gabino Coria Peñaloza, el autor del tango que lleva ese nombre y que alcanzó fama internacional.

Como curiosidad, la letra del tango fue escrita en 1903, 23 años antes de que Juan de Dios Filiberto compusiera la música, finalizada hacia 1926. Y para diferenciarla del tango clásico, la inscribió como “canción porteña”, ya que aseguraba, su música tenía un carácter de “vidalita y de cierta música pampeana”, influencias folklóricas propias de su estilo.

Un amor inesperado

Oriundo de Mendoza, y luego de vivir una temporada en Buenos Aires, Gabino se había radicado en La Rioja, más precisamente en Chilecito. La historia es que viajaba desde allí hacia San Luis cuando una gran crecida del río lo dejó varado en Olta por varios días. Fue entonces cuando lo invitaron a una tertulia en casa de una distinguida familia del lugar donde conoció a María, una joven y atractiva profesora de música. Fue un flechazo a primera vista. Resulta que el camino desde Olta hacia Loma Blanca tenía una acequia al costado, donde Gabino y su enamorada comenzaron a verse furtivamente.

Ahora bien: ¿Cómo llegó aquella letra inspirada en un camino perdido de Los Llanos riojanos a convertirse en ícono del barrio de La Boca? Aquí es donde entra en la historia el gran pintor Benito Quinquela Martín, quien en 1920 presentó a Gabino Coria Peñaloza y Juan de Dios Filiberto. De aquel encuentro nació una sólida dupla creativa, autora de numerosos tangos exitosos como “El pañuelito” (1920), “La cartita” (1921) y “La Vuelta de Rocha” (1924), entre otros.

Así las cosas, una tarde de 1925, Filiberto le tarareó a su nuevo socio parte de una melodía que había compuesto inspirándose en un sendero de su barrio, La Boca, y solicitó a Coria Peñaloza que compusiera una letra para esa melodía. Cuando volvieron a encontrarse meses después, Filiberto reclamó nuevamente la letra al poeta, razón por la cual Gabino volvió a su pensión, y entre papeles y anotaciones sueltas encontró aquel poema escrito hacía más de veinte años, inspirado en aquella joven riojana, y no dudó en ofrecerlo tal como estaba a Filiberto.

Mal no le fue. En 1926, “Caminito” ganó el primer premio en el Concurso de Canciones Nativas del Corso Oficial de Buenos Aires, y el 26 de noviembre de ese mismo año lo grabó Gardel, aunque todavía no alcanzaba la repercusión esperada . Fue Corsini quien finalmente lo empujó al éxito el 5 de mayo de 1927, interpretándolo en un sainete que se presentó en el Teatro Cómico (hoy Lola Membrives). A partir de entonces, se volvió un éxito en Argentina y en el mundo, hasta transformarse en uno de los tangos más famosos de la historia, junto a “El Choclo” (1903) y “La Cumparsita” (1917).

Vale aclarar que, si bien la letra del tango no se refiere a ese camino, sí la música, que efectivamente Filiberto escribió inspirándose en el Caminito de La Boca.

Quinquela Martin en su taller de La Boca
Quinquela Martin en su taller de La Boca

“Desde que se fue / Triste vivo yo / Caminito, amigo / Yo también me voy / Desde que se fue / Nunca más volvió / Seguiré sus pasos / Caminito, adiós / Caminito que todas las tardes / Feliz recorría cantando mi amor / No le digas si vuelve a pasar / Que mi llanto tu suelo regó / Caminito cubierto de cardos / La mano del tiempo su huella borró / Yo a tu lado quisiera caer / Y que el tiempo nos mate a los dos”, sigue la letra de la popular canción.

Lo que hoy se conoce como Caminito era parte del recorrido que hacía una antigua vía del ramal del Ferrocarril Buenos Aires al Puerto de Ensenada, pero en 1928 fue clausurado y dejó la zona abandonada, una franja que se abre en una curva de unos 150 metros. En 1950, Quinquela recuperó el terreno para hacerlo una calle peatonal que a su vez sería un museo, y adoptó el nombre que llevaba el tango, “Caminito”.

Caminito, en La Boca
Caminito, en La Boca - Créditos: @PATRICIO PIDAL

“ Un buen día se me ocurrió convertir ese potrero en una calle alegre. Logré que fueran pintadas con colores todas las casas de material o de madera y cinc que lindan por sus fondos con ese estrecho caminito (...). Y el viejo potrero, fue una alegre y hermosa calle, con el nombre de la hermosa canción y en ella se instaló un verdadero Museo de Arte, en el que se pueden admirar las obras de afamados artistas, donadas por sus autores generosamente ”, recordaba en sus memorias el mismo Quinquela Martín.

En 2022 finalizó la restauración y puesta en valor de la icónica calle-museo, con la recuperación de los colores originales que utilizó el mismo Benito Quinquela Martín. La intervención se documentó través de fotografías históricas de la época y de imágenes publicadas en la revista National Geographic en 1959, por lo que se pudo rescatar la distribución y paleta cromática del artista.