Cómo es la nueva canción de The Beatles, “Now and Then”
Si uno de los mitos más perdurables de la cultura popular del siglo XX es la supuesta supervivencia del cuerpo de 65 años de Walt Disney a temperaturas subárticas, el siglo XXI ya puede contarnos cómo es posible traer de regreso de la muerte a John Lennon (1980) y George Harrison (2001) para unirlos (tal como se pegaban esas fotos destruidas por el tiempo o la furia en tiempos analógicos) con los sobrevivientes Paul McCartney y Ringo Starr en lo que ellos mismos y la industria de la expectativa llamaron, con calculada melancolía, “la última canción de The Beatles”.
La balada “Now and Then” (“De vez en cuando”, para respetar las traducciones de las ediciones argentinas) fue subida hoy mismo a las plataformas de streaming como el lado A de un simple que en su lado B trae nada menos que una versión remasterizada de “Love me do” (ya lo habían hecho en 2009), el primer simple editado por EMI el 5 de octubre de 1962.
Es cierto que la reunión de los Beatles ya había sido probada en la retrospectiva caja Anthology, de 1995, donde Paul, George y Ringo se unían a la fantasmal voz de Lennon en “Free as a Bird” y “Real Love”, pero esta vez la combinación entre la longevidad de la base rítmica de los Fab Four y la aceleración tecnológica de la última década confluyeron para que The Beatles tenga un lanzamiento a sesenta años de la salida de su primer álbum. Como en el caso de “Free as a Bird”, lo que hay aquí no es una cinta perdida del grupo entre 1962 y 1969 sobregrabada después, sino otra de las grabaciones caseras de Lennon en Nueva York en los años en que dedicó su vida a la crianza de Sean, su hijo con Yoko Ono. Se trata, entonces, de la tercera grabación encontrada de Lennon al piano que es completada por el resto de los ex Beatles. Esto es Lennon solista feat. Paul McCartney que sí toca el bajo y agrega coros; Ringo, que pone batería y pandereta y un arreglo de cuerdas dirigido por Giles, el hijo de George Martin, a quien se ha llamado siempre el “quinto beatle”. De George se rescató una parte de guitarra slide (su clásico sonido taciturno y otoñal) de las sesiones de Anthology que fue insertado con mucha precisión y criterio y es, acaso, lo más conmovedor desde lo sonoro de “Now and Then”.
La “nueva” canción de Los Beatles no tiene nada nuevo para ofrecer excepto que la tecnología utilizada por Peter Jackson en el documental Get Back ayudó a que la voz de Lennon pudiera ser aislada del piano y se escucha más clara que en “Free as a Bird”, donde sonaba con un leve zumbido distorsivo. Aun así, dista de ser “crystal clear” (con una claridad de cristal), como afirma McCartney en el teaser subido al canal de YouTube de Los Beatles. Y es mejor así. La perspectiva de que a través de un programa de Inteligencia Artificial se hubiera creado una nueva canción de los Beatles reales, los que grabaron entre 1962 y 1969, es tan aterradora como creer la fabulación de que Walt Disney sobrevive cual Blancanieves. La IA fue usada aquí pero como una herramienta más del estudio de grabación y con la misma finalidad con la que Jackson consiguió mejorar el sonido en las cientos de horas de filmación con las que armó la épica de backstage de 468 minutos de Get Back, donde se ve a Los Beatles al borde del colapso durante la grabación de lo que sería Let it Be, el último LP del grupo como tal.
Así, la utilización de la voz de John es limpia, no hay artificios, no se extremaron recursos tecnológicos para hacerla parecer de aquí y ahora como sí suenan el bajo, la batería, las cuerdas y hasta la guitarra de George. Tiene el grano del demo, es lo-fi, casi como si se las hubiera cantado al contestador automático de un teléfono o la hubiera pasado en un audio de WhatsApp.
Pero si la melodía no está a la altura de lo que Lennon hizo con los Beatles, Yoko o solo hasta el álbum Double Fantasy (1980) hay algo luminoso e inquietante en la letra. “Se que es verdad, todo sucedió por vos/ y si pude atravesarlo todo fue por vos/ Y así ahora como entonces/ si tuviéramos que empezar de nuevo/ Sabríamos bien que te amaría/ De vez en cuando, te extraño/ De vez en cuando, quiero que estés para mí”. Si bien puede leerse como una más de las tantas canciones que Lennon le dedicó a Yoko (contando desde la rabiosa “Everybody’s got Something to Hide Except Me and My Monkey”, de 1968; hasta la suave “Woman”, de 1979), también pareciera la declaración de amor final de John hacia Paul. Más aún si se tiene en cuenta que “Now and Then” formaba parte de un casete que Yoko les entregó a los otros ex Beatles antes del intenso trabajo que se hizo para Anthology, en el que Lennon había escrito “Para Paul”. Cuando lo hizo estaban distanciados y ni podía ni siquiera sospechar que iba a morir asesinado por un psicópata americano llamado Mark Chapman. Cuando se escucha esa letra ahora, tanto tiempo después de todo, suena como una reflexión hecha por Lennon desde el fondo del universo sobre la estrecha colaboración entre ambos, que hizo posible que un puñado de canciones de música popular se convirtieran en el fenómeno cultural más perdurable de nuestro tiempo.
En este sentido, “Now and Then” va más lejos que “Free as a Bird”. No solo permite especular que Lennon esperaba que Paul hiciera algo con estas canciones sino que funciona como el cierre definitivo de las hostilidades entre ambos, lo que llevó a McCartney a tener que defender su posición como motor artístico del grupo y aquel con mayores inquietudes vanguardistas. Un camino revisionista que fue desde el libro Many Years From Now (encargado a Barry Miles) en 1997 a la miniserie McCartney 3, 2, 1 y el monumental Get Back que consagró al neozelandés Peter Jackson como el nuevo quinto beatle (o el tercero, para atenerse a los ex Beatles vivos).
A pocos días de la edición del primer álbum con canciones nuevas (y sin Charlie Watts) de los Rolling Stones, la maquinaria de Los Beatles responde con lo que, afirman, es la última canción. Ejercicios de memorabilia antes que apuestas artísticas.
“One, two”. Paul abre la canción con la voz sobria de sus 80 años. No es esta la cuenta de cuatro del pop que le cambió la vida a millones de adolescentes y jóvenes en todo el mundo sino otra serena y contenida. Una última inhalación. Los Beatles se terminaron en abril de 1970 con un comunicado de prensa de McCartney, pero vuelven a terminarse con estos cuatro minutos crepusculares. Y es otra vez Paul el que decreta un nuevo cierre para la banda más influyente de todos los tiempos.
Del otro lado suena el principio. “Love me do” (“Amame”), con la característica armónica de John y el golpe de bombo y tambor de feria provinciana de Ringo. Pero cuando se la escucha seguida de “Now and Then” tampoco es igual. Y no es por la nueva masterización. Es otra cosa. Algo más profundo e indescifrable.
La edición física en vinilo y CD saldrá editada con arte de tapa encargado al artista pop norteamericano Ed Ruscha, contemporáneo a los Fab Four, en la tradición de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Peter Blake) y The White Album (Richard Hamilton).