Canet de Mar, Cadaqués y otras localizaciones de ‘Casa en llamas’, favorita en los Goya

Protagonistas de la película La casa en llamas
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Montse es una mujer divorciada que reúne a su familia, a la que hace tiempo que no ve y que necesita, a pasar un largo fin de semana en su casa de vacaciones de Cadaqués. No está pasando por su mejor momento: su exmarido tiene nueva pareja y sus hijos son ya mayores y hacen su vida sin prestarle atención. Lejos de desanimarla, la matriarca está dispuesta a que esos días resulten increíbles, aunque sean numerosos los impedimentos. Como es de suponer, saltarán chispas entre ellos y es que las historias de familias adineradas tirándose los trastos a la cabeza siempre tienen su punto de interés.

Protagonistas de la película La casa en llamas
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Emma Vilarasau, Enric Auquer, Alberto San Juan y Macarena García forman el reparto estelar de este “drama con un poco de comedia y comedia con un poco de drama”, como la define su director, que suena como favorita a hacerse con un buen número de estatuillas en los Premios Goya, entre ellos el de mejor película.

Protagonistas de la película La casa en llamas
Protagonistas de la película La casa en llamas

Simula ser Cadaqués, pero la casa familiar donde transcurre esta historia de ficción y conflictos reales no está en la Costa Brava sino, a 2 horas de distancia, en la comarca del Maresme. Dani de la Orden buscaba una casa “cerca del mar, con una arquitectura de los 70, con líneas rectas, chimeneas y muebles de obra” y la encontró en el pueblo costero de Canet de Mar. Se trata de Can Rovira, una construcción blanca proyectada por el reconocido arquitecto José Antonio Coderch, “el Gaudí de la España de posguerra”, con áreas espaciosas llenas de luz, piscina y vistas al Mediterráneo donde el equipo estuvo grabando durante tres semanas.

Protagonistas de la película La casa en llamas
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La actriz Emma Vilarasau reconoce que rodar en esta casa fue maravilloso: “Cada día hay una salida y una puesta de sol increíbles, este lugar es mágico, te alegra el día”. Lo corroboran los huéspedes que se alojan en ella, pues esta joya arquitectónica “un pequeño paraíso cerca de Barcelona”, dicen, está disponible para alquilar a través de Airbnb.

Vista desde un dron de Canet de Mar, Barcelona
Vista desde un dron de la playa de Canet de Mar. (Alamy Stock Photo)

Canet de Mar se empieza a descubrir por la Riera de Sant Domènech, asombrada por plataneros centenarios, y desde ella uno puede dejarse llevar seducido por su legado arquitectónico y por sus dos playas de arena dorada –la principal y la del Cavaió–, extendidas a lo largo de más de 2 kilómetros de longitud y escenario principal de la película. En varias secuencias se reconoce el casco antiguo, de calles estrechas y con un valioso conjuntode edificios modernistas, como la Casa Roura, construida por el arquitecto Jacint Vilaseca a principios del siglo XX, que actualmente alberga una parte del Museo Municipal.

LEGADO MODERNISTA EN EL MARESME

Vidrieras de colores, azulejos cerámicos, elementos florales y trabajos en hierro forjado y formas sinuosas adornan muchos otros de edificios modernistas de Canet, que conforman una ruta. Muy cerca de Casa Roura vemos las del Marqués de Santa Isabel y Casa Parera. En el Carrer del Mar, la de les Punxes (las agujas), llamativa por sus torres puntiagudas. Y en el número 24 del Carrer de València, Casa Canet. La fachada del ayuntamiento también posee un claro estilo modernista, como el edificio La Finca, obra del afamado arquitecto Josep Puig y Cadafalch, uno de los grandes maestros de este estilo. Otro de los nombres propios, César Martinell, fue el encargado de diseñar el Ateneo Canetense.

Casa del arquitecto Luís Domènech i Montaner en Canet de Mar, Barcelona
Casa del arquitecto Luís Domènech i Montaner.

Martinell fue discípulo del célebre arquitecto Luís Domènech i Montaner, que había nacido en Barcelona, pero en esta villa del Maresme tenía su casa de veraneo. Hoy, además de acoger la oficina de turismo, es un museo que lleva su nombre. La visita (libre o guiada) por su interior transportan a una época fascinante a través de muebles originales, obras de arte y el jardín, pero también se descubre su figura y la influencia que esta vivienda tuvo en dos de sus obras más emblemáticas: el Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau.

Otro estilo, en este caso neoclásico, tiene la iglesia de Sant Pere, en el centro de Canet, que da la bienvenida con un imponente pórtico de columnas en su fachada, y el santuario de la Misericordia, a las afueras del núcleo urbano, sobre una colina desde la que se contempla una amplia panorámica de este rincón del Maresme, tierra de payeses y pescadores y de buenos vinos entre la montaña y el mar.

Castillo de Santa Florentina, Canet de Mar, Maresme, Barcelona
Castillo de Santa Florentina. (Sergi Reboredo / Alamy Stock Photo)

No de la Casa en llamas, pero sí de Juegos de tronos y de la película La tabla de Flandes –basada en el novela homónima de Arturo Pérez-Reverte– ha sido escenario de rodaje el castillo medieval de Santa Florentina, abierto a las visitas y flanqueado por altas torres almenadas, que Lluís Domènech i Montaner, nieto del propietario, reformó siglos después y forma parte de la ruta de las fortificaciones del Maresme.

Película Casa en llamas
Los protagonistas navegan por Calella de Palafrugell. (Ver Cine)

Otras escenas de Casa en llamas se grabaron en diferentes localizaciones de Cataluña. De Cadaqués se identifica la carretera, cuando los coches de la familia pasan por el pueblo, Calella de Palafrugell hace las veces de la cala Treumal, ubicada en realidad en Blanes, y Begur, Lloret de Mar, Vilanova del Vallès y Avinyonet del Penedès aparecen en ciertas secuencias de la película que tras ser uno de los fenómenos de taquilla desde su estreno espera triunfar en la 39 edición de los premios de la Academia de Cine, que se celebran este próximo sábado 8 de febrero en Granada.