El cantar de Rolando: cómo descubrir la vida en lo simple

CIUDAD DE MÉXICO, enero 3 (EL UNIVERSAL).- El encuentro entre dos personajes que parecen tener poco en común es el detonador de "El cantar de Rolando", obra escrita por Isaac Pérez Calzada y dirigida por Paola Izquierdo.

En la soledad del desierto, a la que se enfrenta un hombre maduro, un contador, después de que su carro se descompone, aparece un payaso en busca de su público. El payaso, entonces, le dice al contador que lo llevará, con gusto, a la capital, siempre y cuando acepte ser espectador de su función de circo. "Spoiler alert: todo va a salir mal en la función, pero esto permitirá que el contador recuerde lo divertido que es jugar y cómo el juego puede tener lugar en su vida, sin que él deje de ser quien es. Se trata de recordar que hay cosas sencillas, que nos dan felicidad y que encontrar esas cosas sencillas en la vida cotidiana es menos complicado de lo que uno cree", explica Izquierdo, en entrevista.

Los dos personajes son solitarios y están esperando que suceda algo que cambie sus vidas: "Resulta que el cambio pasará a través de su encuentro inesperado en el desierto. No esperan, en realidad, encontrarse el uno al otro; son totalmente dispares y pareciera que no tienen cosas en común, pero, en medio del resto del mundo, se encuentran en la dificultad", abunda la directora, quien en 2016 recibió de la ACPT el Premio Actriz de Comedia por el monólogo #NoSoyGorda, de María Chayo.

Acorde con el argumento, "El cantar de Rolando", que no es una pieza compleja y pareciera justificarse con el juego per se, opta por la sencillez en escena. "¿Recuerdas cómo era eso de jugar?", pregunta la directora. A través del humor blanco, la pieza busca remitir a la infancia. "Incluimos la música que escuchaban mis papás cuando eran pequeños: Henry Mancini, Leroy Anderson, los Beatles, el bebop... No queríamos que tuviera un lugar definido por la música. Entonces, hay canciones de varios lugares y distintas épocas, que invitan al juego escénico. También hay muchísimos efectos sonoros, que remiten a ciertas caricaturas que veíamos cuando éramos pequeños, como 'La pantera rosa' y 'Fantasías animadas de ayer y hoy'. En realidad, todo, cada acción que sucede en escena está acompañada de música y sonido. Es una locura, un estímulo continuo que tiene al filo de la computadora a quien maneja el audio porque debe ser muy preciso con las acciones del elenco. El fin es crear una atmósfera, como si estuviéramos viendo una caricatura en tercera dimensión".

Salvo dicho aspecto, se trata de un montaje sin pretensiones y también se trata —abunda la directora—, del derecho a reír y divertirse: disfrutar la vida, mirar la noche, sentir la risa pura y el gozo pleno. "Hay papás que han visto la obra y dicen: me dieron muchas ganas de jugar con mi chavito, con mi chavita. Estamos hablando de regocijarse con el tiempo que pasamos junto a quienes queremos e imaginar cómo una tela puede ser un fuego; una pelota, la luna; una cuerda, la herramienta de un equilibrista; un juguete, el compañero de lucha. Cualquier cosa es un pretexto para el juego y el contador es el personaje que más hace esto, mientras Rolando, el payaso, se prueba 80 vestuarios", concluye.

La obra puede verse del 13 al 28 de enero de 2024, los sábados y domingos, a las 13:00 horas en el Foro La Gruta. Isaac Pérez Calzada, autor de la obra, interpreta al contador, mientras que al payaso le da vida Juan Acosta.