Carismático y con buen timing: Alex Caniggia sorprendió en su debut como conductor de Los Desconocidos de siempre

Cómodo, carismático y con mucha picardía: Alex Caniggia sorprendió en su debut como conductor de Los Desconocidos de siempre
Cómodo, carismático y con mucha picardía: Alex Caniggia sorprendió en su debut como conductor de Los Desconocidos de siempre

Con total naturalidad, Alexander Caniggia hizo su debut como conductor de televisión al frente de Los Desconocidos de Siempre, el programa de entretenimientos con el que eltrece busca cautivar a la audiencia de la primera tarde, la franja que va de las 14.30 a las 16, durante los meses de verano. La respuesta de Caniggia a la apuesta que hizo el canal con una figura que jamás había estado al frente de un envío fue un éxito: a lo largo de una hora y media, el “Emperador” no solo mostró su carisma y picardía, sino que, además, supo guiar a los participantes y le imprimió dinamismo al envío .

“Bienvenidos al primer programa de Los Desconocidos de Siempre”, abrió la tarde con su ya conocida voz el periodista deportivo y locutor Walter Queijeiro. Y luego de presentar al participante y enumerar las ocupaciones de los desconocidos, dio pie para que su excompañero de El Hotel de los famosos haga su entrada triunfal al estudio: “Hay un millón de pesos en juego y también un millón de conductores, pero ninguno como él. Con ustedes, el Emperador, ¡Alex Caniggia!”.

De inmediato, por un costado del estudio, apareció el flamante conductor. Enfundado en un traje blanco, que decidió acompañar con una remera negra y unos lentes de marco transparente, el rey de los realities -formato que decidió abandonar luego de varias experiencias- se metió de lleno en su nuevo rol: anunció el inicio del ciclo y destacó su debut. “Mirame, se viene una nueva era, un nuevo conductor: fachero, carismático, con onda”, expresó, fiel a su estilo.

Lo que siguió fue un ida y vuelta con Queijeiro que dejó al descubierto la buena onda entre ellos . “¿Cómo estás, Walter?”, quiso saber Alex. “Excelente, listo para el éxito”, respondió el locutor detrás del micrófono. “¿Walter, vos me seguís a todos lados o cómo es esto?”, lo chicaneó el Emperador. “Es la idea”, atinó a responder el periodista. “O sea, te veo en El Hotel, te re cabió. Te gané. Ahora te veo acá”, continuó el conductor. “¿Te das cuenta de que siempre estás atrás mío, Walter?”, continuó. “Intento ser como usted, los uno con los uno”, salió airoso del paso Queijeiro, y Alex no tuvo más remedio que salir del paso dedicándose a lo suyo.

Sin nervios y muy cómodo en su nuevo rol, el ganador de El Hotel de los Famosos presentó a Lucas, el primer participante del programa, le hizo varias preguntas sobre su vida para conocerlo un poco mejor, le puso un simpático apodo por su voz ronca -lo bautizó “raspi”- y lo invitó a arrancar de lleno con el juego.

Un formato innovador

Alex Caniggia en el debut de Los Desconocidos de Siempre
Alex Caniggia en el debut de Los Desconocidos de Siempre

El hijo de Mariana Nannis y Claudio Paul Caniggia debutó como conductor con un formato novedoso en la televisión local. En cada una de las emisiones de Los Desconocidos de Siempre, un participante se enfrenta a un panel de diez desconocidos con diferentes aptitudes, oficios o trabajos comprobables. El objetivo del jugador es adivinar, a través de su intuición y de algunas pistas, cuáles de las ocupaciones enumeradas corresponden a cada uno de los desconocidos.

Cada uno de los desconocidos tiene en sus manos un documento equivalente a un monto de plata, que le entrega al concursante si este logra adivinar su ocupación. El participante puede sumar hasta un total de un millón de pesos.

El juego tiene una segunda instancia, la del “pariente misterioso”. El concursante intentará adivinar de cuál de los desconocidos es familiar esta persona, pero antes deberá someterse a una difícil decisión: arriesgar una respuesta y perder plata en caso de fallar o duplicar el monto en caso de acertar o pedir ayudas que cuestan parte del premio hasta arriesgar.

Un debut a su medida

Alex Caniggia demostró que no es ningún improvisado a la hora de encarar nuevos desafíos: desde que comenzó el programa se mostró suelto, seguro de sus intervenciones y muy atento a las distintas situaciones que se le presentaron . Además, supo pasar de un juego a otro sin perder dinamismo. Otro punto que estuvo a su favor fue la dupla que formó con Queijeiro, un apoyo que le otorgó al programa algunos momentos divertidos y que le dio algo de aire al Emperador cuando lo necesitó.

Alex Caniggia en Los Desconocidos de Siempre
Alex Caniggia en Los Desconocidos de Siempre

En relación a cómo se mostró ante las cámaras, el hijo del exdelantero de la Selección Argentina le imprimió a su nueva faceta sus ya famosos modismos y frases: su inconfundible acento, sus palabras en inglés, su arenga frecuente, varios “te re cabió” y “zarpado” y su seguridad al hablar de sí mismo.

En cuanto a los participantes, supo llevarlos a lo largo del juego: cuando se equivocaron los alentó a seguir, cuando acertaron festejó y cuando los notó perdido se los hizo saber. “¡Estás muy ansioso, Raspi! Estás sudando la pelada”, señaló en un momento al primero concursante, y lo invitó a relajarse un poco más. “Pensá, mente fría”, le dijo un rato después, y cuando notó que empezaba a sumar aciertos, bromeó: “Raspi, ya quiero que pierdas, te estás llevando toda mi guita”, lo apuró.

Gracias a la dinámica del juego, Alex se prestó a participar de distintas situaciones: hizo una jugada de rugby cuando una de las desconocidas se reveló como jugadora de ese deporte y se mostró muy atento al breve show de magia que ofreció otro de los profesionales. Además, felicitó a una locutora que se animó a hacer una promo del programa en vivo y aplaudió a una artista que se animó a cantar a capella.

Alex Caniggia en el debut de Los Desconocidos de Siempre
Alex Caniggia en el debut de Los Desconocidos de Siempre

También hubo, a lo largo del primer programa de Caniggia, varios “casi exabruptos” del Emperador. “Walter, ¿sabés la diferencia entre Flores y Floresta?”, le preguntó el conductor a su amigo, cuando uno de los desconocidos comentó de qué barrio era. “¡No!”, respondió Walter. “No en la tarde de eltrece”, lo frenó en seco Queijeiro, y Alex de inmediato retomó el rol más serio que le tocó afrontar ahora en la televisión local.