Desde Carlos a Catalina y Meghan: así se saltan los royals la norma de no firmar autógrafos

Catalina, princesa de Gales, en el Chelsea Flower Show credit:Bang Showbiz
Catalina, princesa de Gales, en el Chelsea Flower Show credit:Bang Showbiz

Los actos públicos y encuentros con los miembros de la familia real británica se rigen por una serie de normas a las que deben ceñirse tantos ellos como aquellos que les conocen, y quienes no han nacido en el seno de la realeza pueden tardar en acostumbrarse a seguirlas.

En el caso de la esposa del príncipe Harry, la actitud más natural con que abordaba su papel institucional dejó de celebrarse como una novedad refrescante muy pronto para pasar a verse como una falta de respeto. En cuanto se acabó el período de luna de miel con los tabloides, Meghan empezó a ser acusada de saltarse el protocolo con su maquillaje, su vestuario, su manicura o ignorando dos reglas de oro que siguen todos los miembros de la familia real británica: nada de selfies ni de autógrafos.

Es cierto que Harry y ella posaron alguna vez para selfies, sobre todo cuando se lo pedían niños o adolescentes, pero no han sido los únicos. Muchos otros miembros de la monarquía se han colado a propósito en un selfie, posando con muecas divertidas o directamente sonriendo a la cámara cuando se dan cuenta de que alguien se está tomando una fotografía con ellos de fondo. Incluso la difunta reina Isabel II cayó en esta tentación en alguna ocasión.

El tema de los autógrafos es más delicado. En principio, los royals no pueden firmar ningún trozo de papel por miedo a que los falsificadores puedan usarlo como referencia más tarde. Meghan acaparó muchos titulares durante una de sus primeras apariciones públicas con el príncipe Harry al firmar aparentemente un autógrafo para una joven admiradora de su anterior trabajo como actriz, pero en realidad no había roto el protocolo.

La duquesa jugó con las normas, y en lugar de su nombre, escribió: "Hola, Katie con K". Ella no es la única que conoce este truco. Su cuñada Catalina, con quien tantas veces se la ha comparado, ha sido la invitada sorpresa este lunes en la exposición anual Chelsea Flower Show, y varios niños le pidieron por favor que firmara los dibujos que habían hecho de su visita a la exhibición. Negarse habría sido bastante incómodo por miedo a que alguno rompiera a llorar, así que ella encontró una solución intermedia optando por hacer sus propios dibujos.

"Me llamo Catherine. No se me permite escribir mi firma, es una de esas reglas que hay", les explicó para disculparse de antemano antes de dibujar flores, árboles y mariposas.

Tampoco es que los royals vayan a meterse en un lío si se encuentran en una situación en la que estampar su firma en un trozo de papel es más fácil que ignorar la petición. El rey Carlos también firmó un autógrafo en 2010 cuando un matrimonio le aseguró que a su hijo le haría mucha ilusión. Las circunstancias justificaban que lo hiciera: la familia había perdido su casa en las inundaciones que habían afectado aquel año al condado de Cornualles y Carlos había preguntado si podía hacer algo por ayudarles. El monarca escribió "Charles 2010" en una tarjeta de cartón con su propia pluma y pidió perdón por su mala caligrafía alegando que le temblaba la mano al no tener donde apoyarse.