Yahoo Estilo Carolina de Mónaco rescata una pamela de terciopelo de hace 25 años
Carolina de Mónaco ha acudido en compañía de su hijo Pierre Casiraghi y su hermano, el príncipe Alberto de Mónaco, al funeral del aristócrata Max de Baden en Salem, Alemania, donde este falleció el pasado 29 de diciembre. Como dicta el protocolo fúnebre, todos han vestido al completo de negro, pero, a pesar de la sobriedad de la ocasión, hemos encontrado una peculiaridad en el estilismo de la princesa de Hannover que nos remonta 25 años atrás.
La sobriedad de Carolina de Mónaco
La princesa Carolina se ve impecable y muy elegante con un abrigo de paño largo, pañuelo al cuello, medias de cristal, salones de media altura y, como complementos, un bolso clásico de Chanel, guantes de cuero y una pamela de terciopelo con cinta satinada. Un conjunto más que apropiado para la solemne cita que ha reunido este viernes aristocracia europea tan solo una semana después del funeral del arzobispo Bernard Barsi, religioso que mantenía una estrecha relación con la familia Grimaldi.
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Se trata del mismo look que Carolina de Mónaco lució en la catedral de San Nicolás de Mónaco durante la misa en honor al arzobispo, a excepción del tocado y el calzado, ya que se decantó aquella vez por un velo de encaje y unos tacones de aguja. Desconocemos qué firmas están detras de cada una de sus prendas, pero una de ellas resaltó, más bien, por su antigüedad en el vestidor de la Princesa. No hablamos de su atemporal abrigo ni del icónico bolso acolchado de la maison francesa sino de su pamela negra de terciopelo con ala ancha, un accesorio con más de dos décadas de historia.
Una pamela que conserva desde 1997
Tendremos que transportarnos 25 años atrás en el tiempo a la celebración del Día Nacional de Mónaco, el 19 de noviembre de 1997, para atestiguar la última vez que la hermana del príncipe Alberto llevó este sombrero en un evento público. Si nos fijamos en las imágenes, podemos distinguir que también lució unos zapatos de tacón con puntera fina muy similares al par seleccionado para el funeral de Max de Baden, aunque el resto del look no guarda relación alguna por cuestiones protocolares.
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En las mencionadas festividades del Día Nacional de Mónaco, la princesa de Hannover vistió un traje de dos piezas en tonalidad azul pastel de la colección Alta Costura Otoño/Invierno 1997 de Chanel. La chaqueta consta de un cuello camisero con doble botonadura dorada, en sintonía con la espectacular joyería seleccionada para la ocasión.
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