Carolina de Mónaco ha aguantado carros y carretas con tal de no perder su título de princesa

MONTE CARLO, MONACO - MARCH 29:  HSH Princess Caroline of Hanover and Ernst-August of Hanover attend the 2008 Monte Carlo Rose Ball 'Movida' on March 29, 2008 at the Monte Carlo Sporting Club - Salle des Etoiles in Monte Carlo, Monaco. (Photo by Palais Princier Monaco Pool/WireImage)
Carolina de Mónaco se plantea el divorcio de Ernesto de Hannover (Photo by Palais Princier Monaco Pool/WireImage)

La hija de Grace Kelly ha aguantado carros y carretas durante décadas con tal de no perder su título de princesa de Hannover pero, a día de hoy, los escándalos de Ernesto quizá ya hayan dejado de compensarle.

Cuando Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover se casaron en secreto en el Palacio Grimaldi en enero de 1999 lo hicieron por amor. Sin embargo, una década después y debido a los excesos y a las polémicas de él, pusieron punto y final a su vida en común.

Este anunciado cese de la convivencia entre ambos no implicaba una separación a ojos del público pero Carolina lleva meses sin acudir a un acto público con Ernesto y, de hecho, a día de hoy -que han pasado 20 años- siguen casados legalmente.

Es sencillo deducir porqué Carolina nunca le ha pedido el divorcio a su todavía marido a pesar del lastre que le supone su mala prensa: ella perdería su título de princesa de Hannover. Pero, a día de hoy, con Ernesto de nuevo descontrolado y pillado cogiendo bruscamente por la muñeca a su actual pareja, Claudia Stilianopoulos, en Madrid, a Carolina parece pesarle más su reputación que el titulo monárquico.

Ella le ha usado en ese aspecto y ahora ya no le compensa, cosa comprensible vistas las actitudes del príncipe alemán. De hecho, varios medios se hacen eco de que Carolina prepara al fin el divorcio formal para borrar de su vida a Ernesto aunque eso implique que el hijo mayor del príncipe, Ernesto Jr. podría perder toda su legítima herencia.

La relación entre el hijo mayor y (fruto de su relación con Chantal Hochuli) y Carolina es estupenda y se apunta a que otro motivo por el que ella no se divorcia, es para evitar que Ernesto pueda tener más descendencia y desherede a su primogénito, con el que lleva tiempo en litigios legales por unos castillos que tiene Ernesto en propiedad.

GERMANY - APRIL 28:  Princes Ernst August Junior and Christian, sons of Prince Ernst August in front of the castle - The Marienburg Castle, near Hanover, Germany, will be the scene of an exceptional international auction - In Autumn, 2005 - Prince Ernst-August of Hanover -born in 1983, and eldest son of the present head of the House Hanover, took over his family's German properties in 2004 - Last year he and his younger brother, Prince Christian -born in 1985- took the decision to hold an auction, whose proceeds will be put towards establishing a family trust which will help to maintain the family's art collection in Germany - As a result of the sale, the Fürstenhaus in Hanover-Herrenhausen and the Schloss Marienburg, will be able to remain open to the public and properly maintained in Hanover, Germany on April 28th, 2005.  (Photo by Franck CRUSIAUX/Gamma-Rapho via Getty Images)
Ernesto Jr. de Hannover es, a día de hoy, el heredero natural de su padre a pesar de la mala relación (Photo by Franck CRUSIAUX/Gamma-Rapho via Getty Images)

Sin embargo, de cara al grosso de la herencia, la Ley de la Cámara de 1836 dice que el primer hijo es el heredero natural pero que para heredar, su padre debe darle el beneplácito para su matrimonio, cosa que Ernesto no hizo dada su mala relación. Así, el único modo de asegurarse que le llegue todo a él, es que Ernesto no tenga otro hijo y Carolina (según recoge la revista ‘Bunte’) teme que si le da el divorcio, eso pase, incluso a los 67 años de él volviéndose a casar y a ser padre.

Carolina de Mónaco ha renunciado toda su vida, o gran parte de ella, a poderse casar con otro hombre pero ahora, a estas alturas de la película y viendo el incorregible estilo de vida de su todavía marido, habría decidido dar el paso aunque esto le cueste dejar de ser princesa.

Al fin y al cabo, la imagen de Carolina de Mónaco va intrínsecamente ligada a la de princesa de Hannover y eso, al menos popularmente, ya no va a cambiar aunque Ernesto se casara con otra mujer o, simplemente, aunque cesaran de ser matrimonio porque, aunque legalmente sigan unidos, hace muchos años que ya no se les espera ver juntos en absoluto.

Todo tiene un límite y parece que Carolina ha llegado al suyo, la mala prensa de Ernesto habría conseguido que deje a un lado sus intereses personales e institucionales para volver a ser una mujer completamente libre.