La carta de amor que conmovió a todos en el programa de Alejandro Fantino

Suele ocurrir: las grandes historias de amor generan emoción y empatía. Máxime si involucran correspondencia de puño y letra. En el inicio de su programa, Alejandro Fantino compartió una carta manuscrita con una historia de amor que lo conmovió hasta las lágrimas. Historia que se resignifica en medio de la pandemia de coronavirus.

De principio a fin, el conductor de Fantino a la tarde no pudo ocultar la emoción que le produjo leer la misiva al aire. Tras explicar que había tachado una parte, porque así se lo pedía la remitente, se dispuso a compartir el texto con la audiencia.

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"Hubiera sido más fácil que te escribiera por las redes sociales, por Facebook, pero lo mío es una historia de amor. Y las historias de amor se escriben de puño y letra, no con el teclado. Y las historias de amor tienen una energía o fuerza que hacen que las cosas pasen o sucedan", comienza la carta que Fantino leyó en silencio, sin música de fondo.

Tras una breve pausa, el conductor continuó con la lectura. Así, Fantino reveló que la autora de la carta era una mujer de 62 años que se había criado en el campo y que a los 23 se casó con su esposo.

"Este año cumplimos 40 años de casados, tuve una vida feliz, hermosa, plena, digna. Crié dos hijos hermosos: la más grande de 38, el más chiquito de 35. Disculpame que no te dé sus nombres, es por cuidar mi historia y mi vida. El [nombre del] pueblo, si lo leés, después tachalo", exige la autora.

Antes de seguir adelante con el relato, Fantino indicó que se trataba de un pueblo de la provincia de La Pampa. "Trabajé hasta los 40 años. Luego me quedé en casa porque creímos que uno de los dos tenía que estar en casa por si alguno de los chicos lo necesitaba. Nuestros hijos se fueron a estudiar a una ciudad más grande y ya nunca regresaron", describe la mujer.

Después de explicar que continuaba limpiándoles la habitación, como una manera de no sentir el nido vacío, llega el fragmento más emotivo: "Fue a mis 60 años que me di cuenta que estábamos solos en casa con mi marido. Antes, tal vez, no lo había asumido. Me había dado cuenta, pero no lo había asumido".

Luego de la introducción y de compartir que solo vacacionaban en un balneario de la Costa Atlántica, Fantino siguió leyendo la narración de la mujer, protagonizada por un comerciante que conoció en su pueblo. "Se acercó y me preguntó cómo hacía para salir del pueblo. Nos quedamos charlando tres minutos. Volví a encontrarlo en la plaza, mientras comía una naranja. Nos reconocimos y esa vez charlamos por otros 10 minutos. Me contó qué leía, de la Divina Comedia [de Dante Alighieri], Rojo y negro de Stendhal, luego me hizo leer Las mil y una noches y muchos libros de amor".

Fantino siguió adelante con la carta y, en cada párrafo, su emoción se hacía cada vez más evidente; lo mismo sucedía con el resto de los presentes en el estudio: "Una tarde fui a devolverle un libro y me subí a su auto. No me preguntes por qué lo hice, pero me subí. Era tarde y yo había inventado una visita a la iglesia para rezar el rosario. Él me abrió la puerta y me dijo: '¡Qué linda está usted!' Me tomó de la mano y nos besamos junto a un libro que tenía en mi falda. Libro que aún guardo. El libro es Como agua para chocolate [de Laura Esquivel]".

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Hacia el final de la carta, la mujer revela que su amante también es casado, tiene su misma edad y cuatro hijos. "Me di cuenta de que lo amo, que es la historia de amor que merezco vivir. ¿Pero cómo hago? Ni siquiera pude hablar con mis hijos. No quiero hacerlos parte de esto. ¿Qué debo hacer? ¿Jugármela? ¿Deberé vivir este amor en silencio y para mí?", pregunta la autora, que firma como "Una mujer enamorada".

"Me mató -se sinceró Marcela Tauro, la primera del programa en reaccionar al relato-. Es una mujer que no sabe qué hacer, y estamos en este año... Es una historia de amor profunda. ¿Y sabés cuántas debe haber? Perdón que me emocione. Me parece que tiene que jugarse".