Es inevitable que 'La casa del dragón' y 'Los anillos de poder' se hagan daño mutuamente

En vez de buscar una fecha de estreno que no solapara ambos títulos, La casa del dragón y El señor de los anillos: Los anillos del poder, el regreso dos de las franquicias fantásticas más admiradas de todos los tiempos, decidieron enfrentarse y fijar su debut en el mismo periodo de tiempo. Mientras que el spin-off de Juego de Tronos llegó a nuestras pantallas el domingo 21 de agosto, el universo de J.R.R. Tolkien lo hizo el pasado viernes 2 de septiembre, lo que se traduce en que la emisión semanal de sus capítulos transcurra con apenas dos días de diferencia.

Elrond en 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' (Foto: Ben Rothstein/Prime Video)
Elrond en 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' (Foto: Ben Rothstein/Prime Video)

Para los amantes del fantástico que están dispuestos a pagar la suscripción a HBO Max y Prime Video supone toda una alegría tener estas dos series de forma tan continuada, además de que hablamos de producciones que apuestan por experiencias muy diferentes. Mientras que La casa del dragón apuesta por las intrigas de la corte y los conflictos políticos como principal arma, Los anillos del poder juega en una línea mucho más épica y aventurera. Por esta razón, podemos pensar que su emisión tan pegada no les va a suponer una dura competencia entre ellas, sin embargo, esto no es del todo así.

Mi impresión viendo el estreno El señor de los anillos: Los anillos de poder fue el estar ante la producción televisiva más impresionante que había visto nunca. Los 465 millones de dólares que Amazon se habría gastado en la serie, que implicarían una media de unos 58 millones por episodio, eran notorios en pantalla. Con su increíble belleza artística, la épica de sus batallas o los apabullantes parajes de la Tierra Media tenía la impresión de estar ante una gran producción para cines y no viendo un capítulo destinado a la pequeña pantalla. Ni siquiera Juego de Tronos me hizo sentir algo parecido, porque, por muchas batallas o escenarios fastuosos que tuviera, era notorio que el presupuesto de cada capítulo estaba lejos de los grandes blockbusters de fantasía que acostumbramos a ver en salas.

El rey Viserys I en 'La casa del dragón' (Foto: cortesía de HBO Max)
El rey Viserys I en 'La casa del dragón' (Foto: cortesía de HBO Max)

Por esta razón, cuando he visto el tercer capítulo de La casa del dragón, el estrenado el pasado domingo 4 de septiembre, sentí que su grandeza se me quedaba a medias. Por poner ejemplo, en las escenas con las que arranca y cierra el capítulo, la batalla por los Peldaños de Piedra que encabeza Daemon Targaryen con su dragón, por mucha acción, épica y grandilocuencia visual que tenga me fue muy difícil no hacer la comparación con lo que había visto unos días antes en Los anillos del poder. Mientras que aún tenía en mente la belleza de los parajes de Valinor, los pequeños esbozos de las épicas batallas de El Silmarillion, la grandeza de Khazad-dûm o el nivel de detalle impreso en cada plano de la Tierra Media, no paraba de pensar en lo mal que luce ver tanta niebla y fondos borrosos en este momento tan espectacular. Y sentía que no lo disfrutaba tanto como quería.

Al final, aunque HBO también tire la casa por la ventana con su ficción fantástica, la diferencia de presupuesto es notoria e inevitablemente lleva a disfrutar menos de las partes épicas del spin-off de Juego de Tronos. Pero también pasa al contrario, porque La casa del dragón también deja en evidencia uno de los mayores problemas de Los anillos de poder. Como ya pasó en la serie original de HBO, esta nueva ficción centrada en los Targaryen está llena de intrigas y diálogos punzantes que convierten meras conversaciones en situaciones retorcidas, consiguiendo mantenernos pegados a la pantalla sin necesidad de usar la grandilocuencia de batallas o dragones. Y viendo la adaptación de El señor de los anillos de Amazon, que en sus primeros capítulos solo ha hecho esbozos de sus tramas sin dejar aún definido su camino y personajes, uno se da cuenta de lo muy por encima que está el guion de La casa del dragón y de que la adaptación de Tolkien podría haber atinado más en sus comienzos.

Imagen de Rhaenyra Targaryen (Milly Alcock) en 'La casa del dragón' (cortesía de HBO Max) y Galadriel (Morfydd Clark) en 'Los anillos del poder' (Matt Grace, cortesía de Prime Video)
Imagen de Rhaenyra Targaryen (Milly Alcock) en 'La casa del dragón' (cortesía de HBO Max) y Galadriel (Morfydd Clark) en 'Los anillos del poder' (Matt Grace, cortesía de Prime Video)

Aunque quedara impresionado con Los anillos de poder, reposándola no podía dejar de pensar en que me faltaba épica en sus diálogos, frases memorables, que su guion no se limitara a la mera presentación y que supiera jugar mejor con sus personajes, insinuaciones y pistas sobre su futuro. Y podría haber pensado en ello comparándola con la trilogía de Peter Jackson, que (por el momento) sale ganando frente a la serie en estos detalles, pero todo el rato me venía a la mente Juego de Tronos, su spin-off y lo bien que exprimen cada pequeño detalle de sus escenas o líneas de guion, porque, teniendo su emisión tan seguida, es inevitable tener ambas producciones en mente y que las comparaciones sean inevitables. Y creo que, por todo lo que vengo exponiendo, ambas salen perdiendo con este estreno tan simultáneo.

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