Castillos, mudéjar, villas romanas y un exclusivo oasis de bienestar en Tierra de Pinares

Castillo de Coca, Segovia
(Tolo Balaguer / Alamy Stock Photo)

En el corazón de Castilla hay un territorio en el que los límites se desdibujan para formar una comarca natural atípica, repartida entre tres provincias: Tierra de Pinares se extiende por las regiones septentrionales de Segovia, abraza los campos al sur de Valladolid y se completa, con una porción desgajada, en el confín oriental de Ávila.

Su nombre debe su origen a las masas boscosas de Pinus pinaster y Pinus pinea, que, aunque algo mermadas ya respecto a tiempos pasados, siguen pintando el paisaje en buena parte de estas tierras castellanas. Sin embargo, esta denominación, aunque certera, apenas revela una porción de su rica identidad: la comarca bien podría haberse llamado Tierra de Castillos, pues un buen número de fortalezas vigilan todavía el horizonte, o Tierra del Mudéjar, ya que aquí abundan edificios construidos con ladrillo y ese hermoso lenguaje artístico nacido del mestizaje y el diálogo entre culturas.

Pinares
Los pinares pintan el paisaje de estas tierras castellanas. (Javier García Blanco)

OLMEDO, LA CAPITAL DEL MUDÉJAR

También conocida como Villa de los Siete Sietes, Olmedo es un magnífico punto de partida para una ruta por la histórica Tierra de Pinares. Este apelativo rememora su época dorada, cuando la villa contaba con siete iglesias, siete fuentes, siete plazas, siete conventos, siete puertas que franqueaban el acceso a su recinto amurallado, siete casas de noble linaje y siete pueblos en su extenso alfoz.

Santa María del Castillo, Olmedo, Valladolid
Iglesia de Santa María del Castillo de Olmedo. (Javier García Blanco)

Aquel pasado glorioso dejó como huella más visible un soberbio conjunto monumental, donde el arte mudéjar destaca con su humilde pero delicada belleza. Entre sus monumentos más sobresalientes se encuentran la iglesia de Santa María del Castillo y los templos de San Miguel y San Andrés, testigos de una época en la que Olmedo ejercía una notable influencia en el devenir de Castilla.

Parque Temático del Mudéjar, Olmedo
Parque Temático del Mudéjar. (Javier García Blanco)

Los tesoros de este icónico estilo artístico, fruto de la fusión entre arte cristiano y musulmán, no se limita a las iglesias de la localidad. La villa cuenta también con el llamado Parque Temático del Mudéjar, una original propuesta que permite aproximarse a este arte único de una manera original, pues mientras el visitante recorre un pequeño espacio verde en los límites de la villa, puede contemplar minuciosas réplicas a escala de algunas de las obras más señaladas de este estilo artístico en la región.

Palacio Caballero de Olmedo.
El Palacio del Caballero nos traslada al Siglo de Oro. (Javier García Blanco)

En otro rincón de la localidad se levanta otro espacio singular: el Palacio del Caballero, un rincón dedicado a repasar la inmortal obra de Lope de Vega, El Caballero de Olmedo, trasladando al visitante al Siglo de Oro de las letras hispanas, y evocando la pasión y el drama inmortalizado por el Fénix de los Ingenios.

Patio de Castilla Termal Olmedo, Valladolid
Patio de Castilla Termal Olmedo. (Patio de Castilla Termal Olmedo)

UN OASIS DE LUJO Y RELAX

Pero los encantos de esta villa vallisoletana no se limitan a su valioso patrimonio histórico-artístico. Al otro lado de la carretera nacional que conduce a la capital de la provincia, el hotel Castilla Termal Olmedo (castillatermal.com) levantado sobre los vestigios del antiguo convento de Sancti Spiritus, fusiona con maestría el legado histórico con las más modernas comodidades. Este lujoso establecimiento, que antaño dio cobijo entre los muros de sus celdas conventuales a figuras tan ilustres como Santa Teresa de Jesús o Juana I de Castilla, ofrece hoy 82 habitaciones, algunas de ellas ubicadas en las antiguas dependencias religiosas.

Circuito de contrastes de Castilla Termal Olmedo, Valladolid
Circuito de contrastes. (Castilla Termal Olmedo)

Este hotel no es solo una joya histórica transformada en alojamiento exclusivo. Además, ofrece varios espacios termales de excepción: dos piscinas activas, diseñadas para procurar el bienestar de sus huéspedes, con aguas que emanan directamente del antiguo manantial de Sancti Spiritus. La piscina interior, situada en el histórico claustro del convento, preserva la serenidad de antaño, creando un ambiente que invita al relax. La piscina exterior, rodeada de jardines, ofrece un entorno ideal para disfrutar del aire libre mientras se experimenta el confort de las instalaciones. Ambas piscinas están equipadas con jacuzzis, camas y asientos individuales de masaje con burbujas, una línea en serie de chorros relajantes y cortinas de agua que caen como cascadas. 

Por otra parte, el evocador "Patio Mudéjar" propone un recorrido sensorial único. Este espacio combina contrastes térmicos con la delicada belleza de elementos arquitectónicos inspirados en el arte mudéjar, evocando la estética del cercano monasterio de Santa Clara de Tordesillas y recreando su atmósfera serena en un entorno concebido para la relajación. Tanto en la piscina como en el patio, el agua mineromedicinal, apreciada por sus propiedades terapéuticas, fluye como un elemento vital que vertebra una experiencia diseñada para revitalizar cuerpo y espíritu.

Castilla Termal Olmedo, Valladolid
Su atmósfera serena ha sido concebida para la relajación.

La excelencia culinaria también tiene cabida en su restaurante El Hontanar, que apuesta por la cocina de proximidad. Desde guisos tradicionales hasta vinos de la DO Rueda y Ribera del Duero, el establecimiento reinterpreta la gastronomía local con sofisticación. Este oasis no solo invita al descanso, sino que también es punto de partida para explorar los numerosos atractivos de Olmedo y sus alrededores, como el mencionado Parque Temático o la villa romana de Almenara-Puras.

Museo de las Villas Romanas, Valladolid
Museo de las Villas Romanas.
Recreación de la villa romana en el Museo de las Villas Romanas de Olmedo
Recreación de la villa romana de Almenara-Puras. (Javier García Blanco)

En este último rincón, vestigio de la antigua Hispania, se alza el Museo de las Villas Romanas, un extraordinario espacio museístico que gira en torno a una espléndida villa del siglo IV d.C. La visita transcurre en tres actos apasionantes: en primer lugar, un moderno centro de interpretación introduce al visitante en los entresijos de la vida cotidiana en las villas romanas, desvelando sus secretos y costumbres. A continuación, la contemplación del yacimiento original permite admirar sus exquisitos mosaicos, destacando entre ellos la joya que representa a Pegaso, testimonio de la maestría de sus creadores. Por último, una meticulosa recreación de la villa transporta al visitante a un pasado vibrante, cuando la Tierra de Pinares florecía como un enclave destacado en el panorama de la Hispania romana.

Castillo de Cuéllar, Segovia
El castillo de Cuéllar es propiedad de los duques de Alburquerque. (Javier García Blanco)

ENTRE CASTILLOS Y PINARES

Adentrándonos en tierras segovianas nos encontramos con Cuéllar, villa histórica que emerge como una “isla mudéjar en un mar de pinares”, tal como reza su poético lema turístico. Corona el paisaje el castillo de los duques de Alburquerque, obra excepcional que entrelaza con singular destreza las corrientes gótica, mudéjar y renacentista. La fortaleza despliega un tesoro de elementos arquitectónicos únicos: desde su refinada galería renacentista en la fachada sur hasta sus soberbios torreones que señorean el horizonte. En su interior, un patio central engalanado con una doble galería evoca el esplendor de las antiguas residencias nobiliarias castellanas.

El castillo forma un conjunto indivisible con la muralla, considerada una de las mejor preservadas de Castilla. Esta formidable obra defensiva, que hunde sus raíces en el siglo XI, llegó a extenderse dos kilómetros, conservando hoy 1.400 metros que atestiguan su pasada grandeza. Dentro del recinto amurallado, Cuéllar despliega un valioso patrimonio arquitectónico que enriquece su esencia histórica: la iglesia románica de San Pedro, reconvertida en cafetería, convive con notables palacios nobiliarios como la Casa de los Rojas o la de los Velázquez y Ruiz de Herrera. Para comprender la riqueza artística de la villa resulta imprescindible visitar el Centro de Interpretación del Mudéjar, alojado en la histórica iglesia de San Martín, donde se descubre la singular belleza de este estilo artístico.

Castillo de Coca, Segovia
El castillo de Coca es una obra maestra de la arquitectura gótico-mudéjar. (Javier García Blanco)

El camino hacia Coca, donde aguarda una fortaleza de extraordinaria estampa, discurre por un paisaje de serena belleza. Una modesta carretera comarcal serpentea entre un mar de pinos resineros, custodios de una tradición que, durante siglos y hasta nuestros días, ha servido de sustento a estas tierras castellanas. En el corazón de este bosque, como un guardián centenario, se alza el Pino de las Cinco Gachas. Este coloso natural, que ha visto pasar casi cuatro siglos bajo sus ramas, conserva su porte imponente pese a haber perdido uno de sus cinco brazos, ofreciendo una silueta que recuerda la imagen de un gigante que eleva sus brazos al cielo.

El castillo de Coca (castillodecoca.com) sorprende desde el primer momento por su singular ubicación: a diferencia de otras fortalezas, levantadas en promontorios, esta asienta sus cimientos en las profundidades de un foso que aprovecha magistralmente la topografía natural. Esta obra maestra de la arquitectura gótico-mudéjar, diseñada por el brillante maestro alarife Alí Caro, demuestra cómo el humilde ladrillo puede transformarse en un prodigio arquitectónico que conjuga a la perfección la robustez defensiva con la más refinada elegancia artística.

Puerta de la muralla de Coca, Segovia
Puerta de la muralla medieval de Coca. (Javier García Blanco)

La villa de Coca, sin embargo, no agota sus tesoros en el castillo. Sus imponentes murallas medievales, testigos silenciosos de siglos de historia, custodian el legado de la antigua Cauca romana. Entre sus restos más notables destaca la Domus de los Cinco Caños, testimonio de la antigua urbe que, según algunos historiadores, vio nacer al poderoso emperador Teodosio el Grande.