Los católicos nicaragüenses acompañan a Santo Domingo de Guzmán por las calles de Managua

San José, 4 ago (EFE).- La imagen de Santo Domingo de Guzmán recorrió este viernes los barrios orientales de Managua, acompañada de cientos de católicos nicaragüenses, como parte de su festividad en los primeros 10 días de agosto.

La concurrida procesión, que fue resguardada por un fuerte dispositivo policial, salió del templo de Santo Domingo, en el antiguo casco urbano de Managua, e hizo un recorrido por los barrios de la capital nicaragüense, en medio de un ambiente de algarabía, danzas, música filarmónica, pólvora y alcohol, según constató EFE.

Los desfiles religiosos de Santo Domingo son una excepción, pues las autoridades nicaragüenses han prohibido las procesiones en las calles a la Iglesia católica, con la que mantiene fuertes roces.

En el recorrido de este viernes, de unas diez horas por algunos barrios populares ubicados en el oriente de Managua, los católicos nicaragüenses pagaron promesas pintados con aceite usado de motor, disfrazados de indígenas o esclavos africanos, o cargando réplicas de la imagen.

La imagen de Santo Domingo es cargada por los feligreses que pagan promesas a cambio de favores recibidos y aunque sea diminuta, de unos 18 centímetros de alto, resalta entre la multitud por estar adornada con miles de flores rojas y blancas.

La romería hizo un recorrido circular por el populoso mercado Oriental, de 106 hectáreas de extensión y considerado uno de los más grandes de Centroamérica, que destaca por su poca salubridad y que, con sus más de 20.000 establecimientos fijos, atrae diariamente a más de 100.000 personas, entre comerciantes -incluido vendedores ambulantes- y compradores.

Al paso de la imagen por las viviendas de los barrios orientales de Managua, las familias se unían a esta festividad popular.

Las calles elegidas para la procesión de Santo Domingo de Guzmán son cerradas al tráfico de vehículos para permitir a los feligreses pagar sus promesas.

El paseo de "minguito" congrega no solo a los feligreses, sino a una tropa de vendedores ambulantes de comida y bebidas, y a simples curiosos.

Según esta tradición, el 1 de agosto la venerada imagen de Santo Domingo de Guzmán baja de su santuario, en Las Sierritas, al sur de Managua, y permanece en un templo situado en el norte de la capital, durante diez días.

El 10 de agosto la imagen es nuevamente devuelto a Las Sierritas, en medio de una multitud de donde se guarda, venera y vuelve a las calles hasta el año siguiente.

La tradición religiosa se remonta a 1885, cuando la imagen del santo se le apareció en el tronco de un árbol al leñador Vicente Aburto.

(c) Agencia EFE