Estas son las causas del problema de salud que ha confesado que padece Jessica Bueno

La pérdida de olfato o anosmia es un problema de salud que ya conocemos la mayoría de nosotros debido a que se trata de uno de los síntomas que aparecen con la COVID-19. Sin embargo, no todos sabíamos que este trastorno puede ser hereditario. La modelo Jessica Bueno, de hecho, ha confesado que padece este problema durante una conversación con sus compañeros en GH Vip 8. Para saber por qué ocurre, hablamos con la experta en otorrinolaringología, la Dra. Adriana Izquierdo, miembro de la Comisión de Rinología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y coordinadora de la Unidad de Olfato en el Consorci Sanitari de Terrasa.

¿Cuáles son las causas que producen la pérdida de olfato?

Lo primero que le preguntamos a esta experta es por qué podemos perder el sentido del olfato y nos explica este problema, conocido médicamente como anosmia, puede tener diversas causas. "Las más frecuentes, indica, abarcan aproximadamente entre el 70% y 80% de los casos". Estas causas incluyen:

  • Infecciones virales: enfermedades como la COVID-19 son una causa común de pérdida del olfato. Otros virus, como la gripe o el resfriado común también pueden hacer que perdamos en sentido del olfato.

  • Enfermedades inflamatorias nasosinusales: esto incluye condiciones como la sinusitis crónica, con o sin pólipos nasales, la rinitis alérgica, el asma, las bronquitis y otras enfermedades inflamatorias nasales.

  • Traumatismo craneoencefálico: los traumas en la cabeza pueden afectar el sentido del olfato, y los pacientes que experimentan traumatismos craneoencefálicos también pueden sufrir anosmia.

  • Enfermedades neurodegenerativas: patologías como el alzhéimer y el Parkinson son ejemplos de enfermedades neurodegenerativas que pueden estar asociadas con la pérdida del olfato.

Causa hereditaria de la anosmia

Otras causas: un pequeño porcentaje de casos (alrededor del 20%) puede deberse a otras causas, como tumores cerebrales, efectos secundarios de ciertos medicamentos (por ejemplo, betabloqueantes y algunos diuréticos), lesiones quirúrgicas o condiciones congénitas en las que el paciente nace con anomalías en las estructuras olfativas. De hecho, un pequeño porcentaje puede sufrir un tipo de anosmia hereditaria.

"Son muy poco frecuentes, pero existen patologías que cursan con anosmia o pérdida total del sentido del olfato desde la infancia. En otras palabras, hay casos congénitos y casos hereditarios en los cuales las estructuras olfativas pueden estar lesionadas o incluso ausentes, como ocurre, por ejemplo, en una agenesia de los bulbos olfatorios, donde el paciente nace sin una estructura cerebral fundamental conocida como bulbos olfatorios. También pueden presentarse otras malformaciones o síndromes que se asocian con la afectación del sentido del olfato de forma hereditaria".

¿Cuándo hay que acudir al médico ante una pérdida de olfato?

La pérdida de olfato dificulta la calidad de vida y modifica el apetito e incluso el estado de ánimo en las personas que la sufren. Además, estos individuos también pueden sufrir pérdida de gusto, lo que dificulta la ingesta de algunos alimentos, y que no sean capaces de detectar si algo de lo que ingieren está en mal estado o, tampoco, disfrutar del placer de una buena comida. Todo ello, puede afectar a su estado de ánimo. Por ello, si se sufre pérdida de olfato hay que acudir al médico.

"Cuando un paciente experimenta una pérdida persistente del sentido del olfato, que dura más de dos meses, es importante que consulte a un especialista. No todos los otorrinolaringólogos tratan específicamente los trastornos del olfato, por lo que es crucial buscar un experto en esta área", indica la especialista.

Las pruebas encaminadas a la detección de la pérdida del sentido del olfato comprenden, entre otros aspectos, un análisis cualitativo mediante la olfacción de sustancias como gasolina, café, flores, queso, etc.

¿Cómo se trata la anosmia?

En cuanto al tratamiento, la Dra. Adriana Izquierdo señala que va a depender en gran medida de la causa de la pérdida del sentido del olfato. Es decir, "si el origen ha sido una disfunción olfatoria postinflamatoria, debido a condiciones como pólipos nasales o rinitis alérgica, es necesario abordar la patología subyacente". Esto implica tratar la sinusitis crónica, la rinitis alérgica y otras afecciones relacionadas. Para ello, existen tratamientos tópicos, como corticosteroides, que han sido ampliamente estudiados y que han demostrado mejorar el sentido del olfato en estos casos. Además, también se han descrito tratamientos adyuvantes, como la aplicación tópica de vitamina A.

"El uso de suplementos de omega 3 y alfa lipoico también se ha estudiado en este contexto, aunque los resultados de los estudios son variados, por lo que es importante analizarlos con detenimiento", añade. En cualquier caso, es esencial personalizar el tratamiento según las necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta su situación clínica específica.

Por otro lado, si la pérdida del olfato ha sido provocada por una infección viral, como hemos observado en la pandemia, el tratamiento demostrado en este tipo de patología es el entrenamiento olfativo. De hecho, existen metaanálisis y ensayos clínicos que respaldan la efectividad de la reeducación y el reentrenamiento del olfato en estos casos.

En situaciones de pérdida del olfato debido a un traumatismo craneoencefálico, también se puede mejorar con el entrenamiento olfativo, que implica el uso de estímulos para ayudar al paciente a volver a aprender cómo oler y qué oler. Ocurre lo mismo en el caso de enfermedades neurodegenerativas. "Se han descrito múltiples tratamientos, pero se ha observado que el entrenamiento olfativo es especialmente efectivo, ya que se centra en recuperar la memoria olfativa", concluye la especialista de la SEORL-CCC.