#CDMA: basquetbolista propone que las mujeres jueguen en tanga

Quizá el nombre de Gilbert Arenas no signifique nada para alguien que no es aficionado a los deportes. Es más, ni siquiera quienes no son seguidores empedernidos de la NBA sabrían reconocer a ese atleta.

Arenas fue un buen jugador en el máximo circuito del basquetbol norteamericano, siendo votado tres veces para participar en el Juego de las estrellas y en otras tres se le incluyó en el mejor quinteto de la NBA. Sin embargo, su conducta extracancha, así como su menguado desempeño a nivel atlético lo arrojaron a que no tuviera cabida en la liga y terminara jugando para un equipucho en China, a sus escasos 33 años.

Hoy Gilbert Arenas vuelve a los reflectores mediáticos tras una entrada en Instagram en la que aparecen dos guapas mujeres en tanga echando unas canastas entre ellas, con el siguiente comentario:

“Ahora bien, esto es lo que los Estados Unidos esperaban cuando anunciaron la #WNBA en 1996… no ese montón de chicas corriendo por ahí como si fueran miembros del elenco de #orangeisthenewblack… no me malinterpreten, tienen una que otra #lindura, pero hay muchísimas #criaturas jugando por ahí jajajajajaja si #skylardiggins saliera vestida así, no me importaría que fallara todas sus bandejas… voy a comprar boletos para toda la temporada y no sé dónde mierdas está #tulsa jajaja #nuevosuniformesparael2016PORFAVOR y si piensas que esto es sexista, entonces 9 de cada 10 veces tú eres la fea y ni siquiera pagamos para verte jugar, #donkeykong…”.

La WNBA —la liga profesional de mujeres— condenó sus comentarios llamándolos: “repugnantes, totalmente irrespetuosos y equivocados”. El resto de Internet también se ha volcado sobre Arenas, pero el problema no es ése sino que el mensaje del basquetbolista está respaldado por 9,670 personas que le dieron “me gusta” en la plataforma. Eso sin mencionar a todos aquellos hombres en el mundo que piensan lo mismo al ver el basquetbol o cualquier otro deporte femenil. Como un miembro de este género, solo me queda avergonzarme y pedir una disculpa en nombre de ellos.

Eso no quiere decir que no disfrute la belleza femenina como cualquiera de mis colegas. Tampoco que no haya fantaseado con las súpermodelos que aparecían en las portadas de la edición de trajes de baño en la revista Sports Illustrated cada año. Creo que el asunto está en mezclar conceptos.

Como empedernido seguidor de los deportes, me fascina presenciar las proezas que sus protagonistas realizan en cada evento. La diferencia es que no discrimino entre quién las hace. Puede ser alguien como Stephen Curry que cada vez anota los tiros de tres puntos más lejos de la media luna o el momento en el que la jugadora de futbol universitario Rachel Hill hace un recorte afuera del área y saca un punterazo que se clava en el ángulo derecho de la portería. Ambos son grandes logros, enormes jugadas, solo que una recibe mayor atención de los medios que la otra. Situación que también es reprochable. Pero lo que resultaría inaudito es que en lugar de hablar de la hazaña en cuestión, alguien comente sobre el uniforme del jugador, en vez de su destreza y capacidades atléticas.

No es de extrañarse que un tipo como Gilbert Arenas haya quedado fuera de la principal liga de baloncesto. Pero el llamado es a todos los neandertales que están de acuerdo con él: o cambian de actitud o también quedarán marginados de cualquier relación, porque dudo que una mujer quiera acercarse a ellos.